Monday, March 25, 2013

Ponte el Turbante Nuevo

Zacarías 3:3-5
3Josué estaba vestido de ropas sucias, en pie delante del ángel. Y éste habló, y dijo a los que estaban delante de él: “Quítenle las ropas sucias.” Y a él le dijo: “Mira, he quitado de ti tu iniquidad y te vestiré con ropas de gala.” Después dijo: “Que le pongan un turbante limpio en la cabeza.” Y le pusieron un turbante limpio en la cabeza y le vistieron con ropas de gala; y el ángel del Señor estaba allí.” NBLH
Cuando confesamos que Jesús es nuestro Señor y Salvador, también lo invitamos a tomar las riendas de toda área de nuestras vidas y nos convertimos en personas que hemos "nacido de nuevo." Este segundo nacimiento es del Espíritu de Dios. La primera vez nacimos del agua al salir del vientre de nuestras madres (Juan 3:5) pero nuestra mente, nuestro espíritu humano, nuestras emociones y nuestras voluntades deben renovarse a la verdad de la palabra de Dios.
Al igual que Josué el sumo sacerdote una vez fue hecho sucio con el pecado como se dijo en el pasaje anterior, nosotros también estamos sucios en el momento que pasamos a ser parte de la  familia del reino de Dios. Estamos sucios, con comportamientos pecaminosos, actitudes, pecados cultural es y generacionales, el culto a otros dioses o ídolos y las tradiciones a las que nos hemos adaptado que son cosas de este mundo que no glorifican a Dios. Toma el ser guiado por el Espíritu de la verdad para que nos guíe a través de la palabra de Dios a ser limpiados de la inmundicia que nos ha mantenido en esclavitud a la corrupción y decaimiento.
El diccionario define el decaimiento en tal forma entre otras: disminución de la excelencia, prosperidad, salud, etc.; deterioramiento, declive, decaimiento, putrefacción, pudrición. Estas son palabras que ayudan a describir lo que sucede con una persona que no vive bajo la dirección del Espíritu Santo de Cristo Jesús que murió en la cruz. El murió para salvarnos de nuestros pecados y derramó su sangre para hacernos justos ante los ojos del Padre cuando creemos en El y lo que hizo por nosotros. El sacrificio que Jesús hizo por nosotros es un gran ejemplo del sacrificio al que somos llamados a hacer para que otros tengan la experiencia de la vida abundante que El murió para darnos.
Pero antes de que podamos aceptar el reto de hacer un sacrificio por los demás, tenemos que renovar nuestras mentes a la palabra de Dios que nos ayuda a caminar en la paz, la prosperidad y la seguridad (Jeremías 33:6, 9). Ezequiel 36:25 dice, "25Entonces los rociaré con agua pura y quedarán limpios. Lavaré su inmundicia y dejarán de rendir culto a ídolos 26 Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes. Les quitaré ese terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y receptivo. Pondré mi Espíritu en ustedes para que sigan mis decretos y se aseguren de obedecer mis ordenanzas.” NTV
El leer la palabra de Dios continuamente, rendirle culto y adoración cantando canciones que levanten su nombre más alto que cualquier otro nombre y escoger vivir una vida que le agrada a Él, nos ayuda a obedecer sus ordenanzas y preceptos para nosotros. De esta manera podemos ser luz que hace que otros pueden ser atraídos a El mediante nuestro ejemplo. Así también nos estamos rindiendo a Dios para que nos limpie de todo lo que ha causado decadencia en nuestras vidas. Jesús murió en la cruz para darnos vida en abundancia (Juan 10:10), plenamente y hasta que rebose.
Como se dijo antes, la palabra de Dios nos ayuda renovar nuestras mentes a la verdad de lo que Jesús murió para darnos, de modo que cuando dejamos que el Señor nos ponga el "turbante de la renovación" sobre nuestras cabezas, podemos aprender a caminar libres de ataduras hacia una vida abundante. Esto toma el resto de nuestras vidas y cada fase de ese proceso nos lleva a una etapa más de victoria. Al aprender a soportar el proceso que remueve las viejas creencias y formas de pensar con la verdad de la palabra de Dios, podemos tener por seguro que esa vida abundante será más evidente.
También la luz de la gloria de Dios brillara cada vez más fuerte dentro y a través de nosotros como un vaso rajado que se ha rendido a ser despojado de toda forma de vida sucia y fea influenciada por el sistema de vida de este mundo. Esta forma de vida del mundo es influenciada por el diablo que es el enemigo de la vida en abundancia que nos dio Cristo y viene en vez a robar, matar y a destruir lo que Dios quiere que poseamos en El.
Romanos 12:2 nos dice, No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.” NTV
Buscando la sabiduría de la palabra de Dios para nuestras vidas y nuestras familias con ahínco, tal y como si estuviéramos buscando un tesoro escondido en la oscuridad (Isaías 45:3), seremos purificados continuamente de esas cosas y situaciones de las que no podemos ser salvados por nuestra cuenta. Esto sucede en todos los niveles del proceso que mencionaba anteriormente y la gracia de Dios y su misericordia hacen posible tal libertad cuando le damos prioridad en nuestras vidas a Él y nos rendimos para ser conducidos en el camino de justicia por amor de su nombre (Salmo 23:3).
Esto sin duda nos hará atractivos a la vista de quienes tienen hambre de tal libertad también. Entonces podemos decirles lo que Dios ha hecho por nosotros, porque lo que tenemos en Él llega a ser atractivo y seductor y atrae a otros a hacerse hambrientos y sedientos de esa vida abundante que Cristo murió para darles también a ellos. A El sólo sea toda la gloria .

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