La Dispensación de la Gracia de Dios 2: Como Reconocer su Momento de Oportunidad

Cantares 2:3-4 (NTV)

³ “Como el manzano más selecto del huerto
    es mi amante entre los jóvenes.
Me siento bajo su sombra placentera
    y saboreo sus deliciosos frutos.
⁴ Él me escolta hasta la sala de banquetes;
    es evidente lo mucho que me ama.”

En nuestro caminar de preparación y desarrollo para llegar a nuestro destino en Cristo Jesús llegamos a diferentes niveles de descubrimiento en nuestra relación con El. El momento en que aceptamos  tener una relación con Jesús, nos convertimos en los hijos de Dios, adoptados por El para ser guiados por su Espíritu en nuestra vida cotidiana. En esta relación pasamos de ser hijos y evolucionamos hacia una amistad con El que requiere nuestra obediencia continua mientras crecemos las semillas de la fe con las que Dios nos dota por medio de sus promesas y la autoridad para ejecutarlas aquí en la tierra.

Abraham es un buen ejemplo de esto. Santiago 2:23 dice que Abraham creyó a Dios y por ello Él lo consideraba una persona virtuosa e incluso fue llamado amigo de Dios. Así nuestra fe y nuestra creencia en las promesas de Dios nos posicionan como amigos de Dios. Amistad con Dios es también un signo de madurez. Esta relación va más allá de ser sus hijos porque incluso aquí en la tierra nosotros crecemos en diferentes niveles en nuestra relación con nuestros padres. No somos amigos de nuestros padres hasta que hemos llegado a una cierta edad en la que ellos nos pueden confiar de mucho más. Antes nos daban instrucción y entrenamiento, pero cuando llegamos a nuestra edad adulta, en esta etapa podemos manejar la responsabilidad de salir de la casa de nuestros padres y ser confiados con más responsabilidades.

Moisés también fue considerado un amigo de Dios y el Señor podía hablar con él cara a cara (sus secretos) como se indica en Éxodo 33:11. Esto nos sucede cuando buscamos a Dios y perseguimos estar en su presencia con alabanza y adoración, la lectura de su palabra para que nos muestre las cosas que conciernen a su corazón y las revelaciones que nos ayudarán a continuar el andar constante en el camino hacia nuestro destino. Esto se hace con firme obediencia a sus ordenanzas y entonces Él nos podrá confiar más de Él, sus revelaciones, bendiciones, relaciones, etc.

Esto es posible porque hemos crecido como hacedores de la palabra y colaboradores con El según nuestros niveles de fe y hemos aprendido a tomar pasos según sus ordenanzas porque nuestros corazones se consumen con las cosas que tiene Dios en su corazón. Sus deseos se hacen nuestros deseos y hablamos de la misma manera que El habla (afirmamos su palabra como la verdad en nuestras vidas). También el preocuparnos por agradarle y hacer su voluntad se convierte entonces en nuestra absoluta prioridad no importa lo que estamos pasando porque hemos aprendido a no cuestionar sus preceptos y nos sometemos a ellos si los entendemos o no.

Esta es una etapa de desarrollo para convertirnos en la novia de Cristo sin tener mancha ni arruga (de la influencia del mundo que nos rodea porque estamos en el mundo, pero no somos de él) al alcanzar un nuevo nivel de intimidad que otros puedan ver y aprender a saborear porque de esta manera influimos a otros de lo que influye en nosotros que es el amor de Dios. Ester es otro buen ejemplo para nosotros. Esther 2:12-17 nos informa que,

“¹² Antes de ser llevada a la cama del rey, a cada joven se le hacían obligatoriamente tratamientos de belleza durante doce meses: los primeros seis con aceite de mirra, y los siguientes con perfumes y ungüentos especiales. ¹³ Cuando llegaba el momento para presentarse en el palacio del rey, se le permitía elegir la ropa y las joyas que quisiera llevarse del harén. ¹⁴ Esa noche la llevaban a las habitaciones privadas del rey, y a la mañana siguiente, la pasaban a un segundo harén, donde vivían las esposas del rey. Allí quedaba al cuidado de Saasgaz, el eunuco del rey que se ocupaba de las concubinas. Jamás volvía a la presencia del rey a menos que a él le hubiera agradado de manera especial y la mandara llamar por su nombre.

¹⁵ Ester era hija de Abihail, tío de Mardoqueo. (Mardoqueo había adoptado como hija a su prima menor, Ester). Cuando a Ester le llegó el turno de ser llevada ante el rey, ella siguió el consejo de Hegai, el eunuco encargado del harén. No pidió nada aparte de lo que él le sugirió, y todos los que la veían, la admiraban.

¹⁶ Llevaron a Ester ante el rey Jerjes, en el palacio real, a comienzos del invierno del séptimo año de su reinado. ¹⁷ Y el rey amó a Ester más que a todas las demás jóvenes. Estaba tan encantado con ella que le puso la corona real sobre la cabeza y la declaró reina en lugar de Vasti.” NTV

Este pasaje aunque un poco largo nos muestra  que estas mujeres todas requerían pasar por un proceso "prescrito" antes de que fueran llamadas para ir ante el rey. Sólo una de ellas (Ester) se encontraba concerniéndose con las cosas que le agradan al rey sin importar lo que le pedían hacer porque el rey y sus deseos se hicieron más importantes para ella que cualquier deseo personal que ella tenía. Las otras mujeres en cambio eligieron lo que querían demostrando de esa manera la condición de sus corazones hacia las cosas de Dios. Estaban muy contentas de ir ante el rey, pero en sus corazones, sus agendas eran más importantes que el corazón del rey. Ellas estaban consumidas más con las "cosas" que podrían obtener que lo que le agradaba al rey y no tomaban en cuenta que esas "cosas" que ellas prefirieron eran subproductos de la bendición de ser llamados para estar con él, pero no eran la bendición en sí.

Esta es también la razón por la que Vasti fue reemplazada por Esther. Esther 1:11-12 se dice que Vasti era una mujer muy bella y el rey la mando llamar porque quería mostrar su belleza  a su pueblo, pero ella se negó a cumplir con el mandato de venir y hacer lo que se le había pedido y esto enojo al rey. Aquí hay una cosa importante que tener en cuenta: ni las concubinas ni Vasti reconocieron que su momento de oportunidad para promoción se había acercado. Este era un tiempo ya señalado por Dios, pero Vasti no lo reconoció porque ella no se había preparado bien para ese momento. Ella se había acostumbrado a pasar por alto muchos de los pasos en su proceso muchas veces debido a su rebeldía lo que la hizo perder la corona al final. Vasti también pudo haber querido mucho estar en la presencia del rey, pero al igual que las concubinas que no fueron elegidas para la corona, había agendas ocultas que le impidieron obedecer cada petición del Él.

Esto también demuestra que se trataba de un patrón para Vasti y no era una desobediencia de una sola vez. Su última desobediencia se convirtió en el acto catalizador que hizo que el rey decidiera que él no podía mantenerla en esa posición de autoridad sobre su reino. Este patrón de desobediencia la cegó de reconocer cuando había llegado el momento designado para ella tomar el lugar de liderazgo que la ayudaría a guiar a otros al mismo patrón de obediencia firme que se esperaba y requería de ella debido a su amor reverencia por el rey. Ella pensó que poseer la mitad del reino ya estaba garantizado para ella y eso la llevaría a obtener más opulencia y disfrutar de los placeres de la vida sin importar lo que el rey pensaba quería.

Además, verdadero honor no era parte del carácter de Vasti. Para ella, honor significaba recibir reverencia de aquellos a su alrededor sólo debido a su posición en el reino. Es cierto que su posición le garantizaba ser honrada, pero en verdad ella exigía que otros se humillaran ante ella. Todo lo que hacía, lo hizo con la mentalidad de "que puedo ganar yo al hacer esto?" en lugar de decir “Que podría ganar el rey y su reino con esto?”, la respuesta es siempre la gloria debida a su nombre. Vasti llegó a ser tan arrogante que incluso pensó que tenía los mismos derechos que el rey y podía demandar honor hasta de él también, pero en su lugar, ella fue degradada como una más de las concubinas.

Los animo a leer todo el libro de Ester para que ver por otra parte, y con la ayuda de su primo Mardoqueo, (la principal representación del Espíritu Santo en este libro) Ester reconoció que la posición que le dieron en el reino era para una tarea estratégica y para un tiempo específico a favor del pueblo de Dios. En el versículo 16 se dice que esto sucedió durante el invierno del séptimo año del reinado del rey — esto significa que hubo un tiempo específico y designado, pero sólo  Ester presto atención a esto y quiso prepararse y perfeccionarse en lo que el rey requería de ella antes de estar en su presencia más de lo que ella podría buscar obtener para sí misma. Estamos llamados a ser perfectos, porque él  Señor es perfecto, podemos hacerlo sólo cuando nuestra fe se hace perfecta a través del amor por Dios y nuestro prójimo.

Por lo tanto, Esther hizo lo correcto, no importa que difícil o tardías fueran las circunstancias que tuvo que soportar. A través de cada prueba y tribulación ella reconoció que el tiempo en el que ella fue elegida para presentarse ante el rey no era no sólo para beneficio de ella, sino ella se estaba preparando porque había un gran grupo de personas que necesitan aprender lo que ella aprendió durante su tiempo de preparación (a morir a la carne y aceptar con reverencia y obediencia todo lo que el rey pide hacer), que los ayudaría a ser libres para adorar a Dios sin opresión. Su comprensión de este momento importante en su vida hiso que todo a su alrededor se alineara y la ayudara a convertirse en la próxima Reina. Esto es lo que le hizo ganar el favor del rey y ser elegida Reina "para una ocasión como esta."

Dios nos llama en esta hora a reconocer nuestro tiempo designado por el que nos ha preparado. Buscar su presencia, exaltarlo, y obedecer todo lo que Él nos pide hacer es muy importante en esta hora. Hemos llegado al momento de cosechar lo que hemos sembrado y recibir la recompensa de Jesús según su voluntad y la preparación a la que nos cedimos (Apocalipsis 22:12). La gran división ha comenzado a abrirse y estamos siendo posicionados en el lugar que Dios ha preparado para nosotros. A él solamente sea toda la gloria.∎

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