Friday, March 29, 2013

El Fideicomiso de Vida de Dios

Mateo 25:13-30 (NBLH)
13 Velen (Estén alerta), pues no saben ni el día ni la hora.
14 “Porque el reino de los cielos es como un hombre que al emprender un viaje, llamó a sus siervos y les encomendó sus bienes. 15 Y a uno le dio cinco talentos (108 kilos de plata), a otro dos y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y se fue de viaje. 16 El que había recibido los cinco talentos, enseguida fue y negoció con ellos y ganó otros cinco talentos. 17 Asimismo el que había recibido los dos talentos (43.2 kilos) ganó otros dos. 18 Pero el que había recibido uno, fue y cavó en la tierra y escondió el dinero de su señor.
19 “Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. 20 Y llegando el que había recibido los cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: ‘Señor, usted me entregó cinco talentos; mire, he ganado otros cinco talentos.’ 21 Su señor le dijo: ‘Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.’ 22 Llegando también el de los dos talentos, dijo: ‘Señor, usted me entregó dos talentos; mire, he ganado otros dos talentos.’ 23 Su señor le dijo: ‘Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.’
24 “Pero llegando también el que había recibido un talento (21.6 kilos), dijo: ‘Señor, yo sabía que usted es un hombre duro, que siega donde no sembró y recoge donde no ha esparcido, 25 y tuve miedo, y fui y escondí su talento en la tierra; mire, aquí tiene lo que es suyo.’ 26 Pero su señor le dijo: ‘Siervo malo y perezoso, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. 27 ‘Debías entonces haber puesto mi dinero en el banco, y al llegar yo hubiera recibido mi dinero con intereses. 28 ‘Por tanto, quítenle el talento y dénselo al que tiene los diez talentos (216 kilos de plata).’
29 “Porque a todo el que tiene, más se le dará, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. 30 Y al siervo inútil, échenlo en las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes.”
Dios es un Dios viviente. Jesús murió en la Cruz y resucitó. Esto le da derecho a llamar revocable su Fideicomiso de vida cuando se trata de repartirnos sus promesas. Esto significa que sus promesas están condicionadas a la obediencia a Él, a su palabra y ordenanzas para nosotros. Un fideicomiso en vida puede ser revocable  porque la persona que lo escribe puede cambiarlo o terminarlo. Se llama en vida porque esta persona aún vive, y se llama fideicomiso porque es un acuerdo legal. Cuando el otorgante de este fideicomiso decide nombrar a alguien como gerente y esta persona designada sigue faltando a sus expectativas, el cedente podría decidir a quién más confiar sus bienes e inversiones porque sabe lo costoso que sería permitir que su mal uso continúe.
Dios es exactamente igual con nosotros. Lucas 12:48 nos indica, “pero el que no la sabía, e hizo cosas que merecían castigo, será azotado poco. A todo el que se le haya dado mucho, mucho se demandará de él; y al que mucho le han confiado, más le exigirán.” NBLH
En la economía de Dios hay más multiplicaciones que sumas, por lo que cuando miramos el fruto de lo que  nos ha confiado, Él se fija en la multiplicación, el beneficio, el volumen de negocios, el rendimiento y el aumento de las ganancias. Dios busca estas cosas en nosotros y las obras que nos ha llamado hacer. Mira para multiplicarse a sí mismo en nosotros a medida que avanzamos a ejercer dominio en la tierra, a multiplicarnos en aquellos que influenciamos,  y a someter la tierra a beneficio de su reino. Dios suele proteger su  inversión de nosotros al llevarnos a un proceso que nos lleva a nuestro destino en El y para su gloria solamente. Además, Él quiere ver su ganancia en nosotros cada vez que mostramos el carácter de su hijo a otros. También busca nuestro rendimiento y aumento de fruto en  obras que son el resultado de nuestra relación con El que nos hace imitarlo en nuestra forma de pensar, actuar y hablar.
Cada vez que Dios no ve lo que está buscando en nosotros después de ciertos períodos de pruebas y moldeamiento a su imagen y semejanza, y guía a vivir de una manera justa y la persona todavía no cede a su gracia para hacer los trabajos que él le ha llamado a hacer, Él se enfrenta con la tarea de quitarle a esa persona desobediente y darle a aquellos que han sido fieles en todos los niveles del proceso en que Él los ha llevado, rindiéndose a su voluntad y sus preceptos no importa lo que tengan que pasar para poder multiplicar y aumentar lo que les fue dado.
Lucas 13:6-7 acierta que, “Luego Jesús les contó la siguiente historia: «Un hombre plantó una higuera en su jardín, y regresó varias veces para ver si había dado algún fruto, pero siempre quedaba decepcionado. Finalmente le dijo al jardinero: ‘Llevo tres años esperando, ¡y no ha producido ni un solo higo! Córtala, sólo ocupa espacio en mi jardín’”. NTV
Por esta razón Jesús maldijo la higuera. Parecía saludable y llena de fruta a la distancia, pero una vez que se acercó a ella y vio que no había ninguna fruta en un momento cuando no sólo debía haber indicaciones de salud en las hojas de la higuera, sino también en su buena fruta, no había nada. No hubo ninguna fruta porque el árbol también tenía muestras de tener una raíz podrida y Jesús sabía que su decaimiento final se aproximaba. Entonces como lo dicen las escrituras anteriores, ¿por qué ese árbol debía ocupar el espacio que podía dejarse para otro árbol que produciría el tipo de fruto necesario porque la tierra no era el problema, el árbol sí. Por eso al pronunciar Jesús las palabras, de una vez la higuera se marchito (Mateo 21:19).
Mateo 3:10 también nos amonesta diciendo, “Ahora mismo el hacha del juicio de Dios está lista para cortar las raíces de los árboles. Así es, todo árbol que no produzca buenos frutos será cortado y arrojado al fuego.” NTV
Esta palabra es para advertirnos a que observemos el tipo de fruto que sale de nosotros. ¿Esta Dios siendo glorificado en nosotros y a través de nuestras vidas o somos dignos de volver a pasar por el fuego de la aflicción para que la iniquidad y pecados en nosotros que nos negamos a dejar ir puedan eliminarse antes de que Dios se enfrente con tener que reemplazarnos para que su plan y propósito al que nos llamó se cumplan en la tierra porque Él no puede usarnos efectivamente para avanzar su reino si reflejamos la inmundicia más que los caminos de Dios?
Este es un momento importante en la vida del creyente para que contemple el llamado de Dios para cada uno y también ver a que le damos más importancia: a las cosas mundanas o el fruto en nosotros que puede reflejar a su Hijo amado en la tierra .Solo a Él sea la gloria.
Imagen cortesia de Google.com

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