Friday, March 29, 2013

La Santidad Vs. La Altanería

Este es otro extracto de mi libro que estará disponible próximamente.
Mateo 5:3-11 (NTV)
Las bienaventuranzas
«Dios bendice a los que son pobres en espíritu y se dan cuenta de la necesidad que tienen de él,
    porque el reino del cielo les pertenece.
Dios bendice a los que lloran,
    porque serán consolados.
Dios bendice a los que son humildes,
    porque heredarán toda la tierra.
Dios bendice a los que tienen hambre y sed de justicia,
    porque serán saciados.
Dios bendice a los compasivos,
    porque serán tratados con compasión.
Dios bendice a los que tienen corazón puro,
    porque ellos verán a Dios.
Dios bendice a los que procuran la paz,
    porque serán llamados hijos de Dios.
10 Dios bendice a los que son perseguidos por hacer lo correcto,
    porque el reino del cielo les pertenece.
11 »Dios los bendice a ustedes cuando la gente les hace burla y los persigue y miente acerca de ustedes y dice toda clase de cosas malas en su contra porque son mis seguidores.
Las bendiciones que recibimos en las Bienaventuranzas (Mateo 5:3-12) también sirven como el péndulo que utilizamos para medir nuestro caminar de humildad al crecer en la justicia que nos lleva a la santidad porque la naturaleza de Dios y la del diablo son completamente opuestas. Los hijos de Dios crecerán en niveles de justicia que llevan a la santidad. Esto fue establecido por Dios cuando sacó a los israelitas de Egipto e hizo un pacto con ellos en el Monte Sinaí diciéndoles que serían un reino de sacerdotes y una nación santa (Éxodo 19:6).
Por eso el Señor nos prepara y nos santifica (nos separa y distingue) para ser santos porque Él es Santo (Levítico 21:8) para poder mostrar al mundo que pertenecemos a Él al demostrar su naturaleza Santa en nosotros (números 16:3-7). Por esta razón, no debemos huir de la disciplina de Dios que está diseñada para quitar la inmundicia que nos impide mostrar su carácter de santidad. (Hebreos 12:10).
1 Pedro 2:9 nos dice, “Pero ustedes no son así porque son un pueblo elegido. Son sacerdotes del Rey, una nación santa, posesión exclusiva de Dios. Por eso pueden mostrar a otros la bondad de Dios, pues él los ha llamado a salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa.” NTV
Romanos 6:16,19 también nos explica, “16 ¿No se dan cuenta de que uno se convierte en esclavo de todo lo que decide obedecer? Uno puede ser esclavo del pecado, lo cual lleva a la muerte, o puede decidir obedecer a Dios, lo cual lleva a una vida recta… 19 Uso la ilustración de la esclavitud para ayudarlos a entender todo esto, porque la naturaleza humana de ustedes es débil. En el pasado, se dejaron esclavizar por la impureza y el desenfreno, lo cual los hundió aún más en el pecado. Ahora deben entregarse como esclavos a la vida recta para llegar a ser santos.” NTV
Esto significa que nosotros debemos crecer continuamente en niveles de justicia (el vivir como personas justas) que llevan a la santidad y revelan los frutos del espíritu que se encuentran en Gálatas 5:22-25, “22 En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, 23 humildad y control propio. ¡No existen leyes contra esas cosas! 24 Los que pertenecen a Cristo Jesús han clavado en la cruz las pasiones y los deseos de la naturaleza pecaminosa y los han crucificado allí. 25 Ya que vivimos por el Espíritu, sigamos la guía del Espíritu en cada aspecto de nuestra vida.” NTV
Lo contrario de la justicia que lleva a la santidad es el orgullo que lleva a la soberbia. Las características de un espíritu altivo y orgulloso, según Gálatas 5:19-21, “19 Cuando ustedes siguen los deseos de la naturaleza pecaminosa (deseos de la carne), los resultados son más que claros: inmoralidad sexual, impureza, pasiones sensuales, 20 idolatría, hechicería, hostilidad, peleas, celos, arrebatos de furia, ambición egoísta, discordias, divisiones, 21 envidia, borracheras, fiestas desenfrenadas y otros pecados parecidos. Permítanme repetirles lo que les dije antes: cualquiera que lleve esa clase de vida no heredará el reino de Dios (las promesas de Dios).” NTV (Énfasis de la autora).
Además, Dios resiste a los soberbios porque se espera que caminemos con humildad delante de Él. Santiago 4:6 dice que Dios resiste a los soberbios pero da gracia a los humildes, porque si el orgullo es permitido crecer en el corazón de una persona y llega a convertirse en soberbia, esta persona puede empezar a creer que él o ella puede ser como Dios y comenzará a comportarse y hablar de manera desafiante, incluso burlándose de Dios.
Un ejemplo de alguien que fue expulsado de la presencia de Dios a causa del orgullo que le condujo a la soberbia es Lucifer, el Arcángel que cubría el trono de Dios con su alabanza. Isaías 14:12-15 se refiere a esto así,  12 »¡Cómo has caído del cielo,
    oh estrella luciente, hijo de la mañana!
Has sido arrojado a la tierra,
    tú que destruías a las naciones del mundo.
13 Pues te decías a ti mismo:
    “Subiré al cielo para poner mi trono por encima de las estrellas de Dios.
Voy a presidir en el monte de los dioses,
(para ser adorado y tomar el lugar de Dios en los corazones de la gente)
    muy lejos en el norte.
14 Escalaré hasta los cielos más altos
    (en las mentes de la gente) y seré como el Altísimo”.
15 En cambio, serás bajado al lugar de los muertos,
    a las profundidades más hondas.”
NTV (Énfasis de la autora).
Este espíritu de orgullo y altivez se concierne solamente en satisfacerse a si mismo a costa de cualquier cosa o persona que se interponga en su camino, incluso Dios. Pero Dios ve que cuando la Copa de iniquidad (pecado) está llena (Génesis 15:16) entonces la plenitud de su ira se vierte sobre aquellos que son controlados por este espíritu hasta el punto de ser expulsados de la tierra (Isaías 22:17-18). Proverbios 16:18 dice también que el orgullo va antes de la destrucción y un espíritu altivo, antes de una caída. Esto es lo que le sucedió a Goliat, el gigante filisteo que fue derrotado por el Espíritu de Jehová que vino a David, un joven que fue preparado por Dios, y que vivía constantemente delante de Jehová agradándole con su alabanza y obediencia.
Goliat era un hechicero que vino contra el pueblo de Dios y desafió a Dios con arrogancia, entrando así en un territorio inaceptable y nunca tolerable ante los ojos de Dios. Goliat fue un gigante no sólo en estatura, sino también en su propia mente y en las mentes de aquellos que, guiados por el espíritu de temor, fueron presa de los tentáculos de inseguridad e inferioridad y cayeron como presa por creer las mentiras de este gigante y su arrogancia que fueron demostradas mañana y noche durante cuarenta días. Finalmente en este tiempo se llenó su copa de iniquidad, y el derramamiento de la ira de Dios contra él y su ejército era inevitable.
1 de Samuel 17:26, dice que “David les preguntó a los soldados que estaban cerca de él: ¿Qué recibirá el hombre que mate al filisteo y ponga fin a su desafío contra Israel? Y a fin de cuentas, ¿quién es este filisteo pagano, al que se le permite desafiar a los ejércitos del Dios viviente?” NTV
Y en los versículos 45-47 “45 David le respondió al filisteo: —Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en nombre del Señor de los Ejércitos Celestiales, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado. 46 Hoy el Señor te conquistará, y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Y luego daré los cadáveres de tus hombres a las aves y a los animales salvajes, ¡y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel! 47 Todos los que están aquí reunidos sabrán que el Señor rescata a su pueblo, pero no con espada ni con lanza. ¡Esta es la batalla del Señor, y los entregará a ustedes en nuestras manos!” NTV
Otro ejemplo de un rey altivo y arrogante que fue sacado de la tierra debido a su implacable opresión del pueblo de Dios era el rey de Asiria. La escritura dice que él fue utilizado por Dios por una temporada, pero en su altivez él llego a pensar que era invencible y mejor que Dios. Isaías 10:12-14, 16 y 17 establece que, “12 Después de que el Señor haya utilizado al rey de Asiria para llevar a cabo sus propósitos en el monte Sion y en Jerusalén, se volverá contra el rey de Asiria y lo castigará, porque es soberbio y arrogante. 13 Se jacta diciendo:
«Esto lo hice con el poder de mi brazo;
    lo planifiqué con mi astuta sabiduría.
Derribé las defensas de las naciones
    y me llevé sus tesoros.
    Como un toro, he derribado a sus reyes.
14 Les robé las riquezas a sus nidos
    y me he adueñado de reinos como un campesino recoge huevos.
Nadie puede siquiera batir un ala en mi contra.
    Nadie puede decir ni pío en protesta».
16Por lo tanto, el Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales,
    enviará una plaga entre las orgullosas tropas de Asiria,
    y un fuego ardiente consumirá su gloria.
17 El Señor, la Luz de Israel, será un fuego;
    el Santo será una llama.
Devorará con fuego los espinos y las zarzas,
    y en una sola noche quemará al enemigo por completo.”
 NTV
Cuando aprendemos quiénes somos en Cristo y por medio de la comunión con El “Destruimos todo obstáculo de arrogancia que impide que la gente conozca a Dios. Capturamos los pensamientos rebeldes y enseñamos a las personas a obedecer a Cristo” (2 Corintios 10:5); entonces nuestro caminar de humildad será más evidente y podemos derrotar de acuerdo a las instrucciones de su espíritu, la altivez del enemigo y de quienes siguen sus mentiras y altanería para oponerse a los propósitos de Dios en nuestras vidas y las vidas de los que estamos llamados a influir. Cuando nuestras mentes están fijadas en Dios podemos ascender en la adoración con manos limpias y un corazón puro porque el elegir adorar al Señor nos pone en una posición humilde, mientras que le exaltamos a El sobretodo lo demás (Salmo 24). Esto hace que caminemos en victoria y recuperemos lo perdido si lo hacemos continuamente.
Abdías 1:17 nos ofrece esta explicación, “Pero en el monte Sion habrá liberación, y será sagrado.
    El pueblo de Jacob recuperará sus posesiones.
” NVI
Esto corresponde a los despojos de la batalla que el señor está luchando por nosotros. La selección de adorar a Dios también nos pone en una posición de ventaja, en la que experimentamos victoria triunfal sobre el enemigo. Satanás busca ser alabado en nuestros corazones y es por eso que él tentó a Jesús en Mateo 4:8 cuando, después de haberlo llevado a la cima de un monte muy alto que simboliza alabanza, entonces le mostró las naciones del mundo y toda su gloria, y se las ofrecía a Jesús si él se inclinara y lo adorara a él. Pero Jesús le respondió que sólo Dios debe recibir nuestra adoración y disposición de nuestros corazones para servirle a Él. Jesús sabía también que la tierra y su plenitud son del Señor. También lo son el mundo y todos los que viven en él (Salmo 24:1); por lo tanto desde este punto de victoria Jesús pudo decirle a Satanás quién es realmente digno de toda alabanza, el Dios Altísimo.
Cuando adoramos al Señor y decidimos vivir un estilo de vida que glorifica su nombre estamos siendo perfeccionadas en santidad (Romanos 7:1). Efesios 1:4 nos amonesta que Dios nos ha escogido en El antes de la Fundación del mundo para que seamos santos y sin culpa delante de El en amor. A él sólo sea toda la gloria ▪.
Imagenes cortesia de Google.com 

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