Tuesday, March 26, 2013

Como Lavar los Pies (Corazones) de Otros

Juan 13:4-17 (NBLH)
se levantó de la cena y se quitó el manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego echó agua en una vasija, y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía ceñida.
Cuando llegó a Simón Pedro, éste Le dijo: “Señor, ¿Tú me vas a lavar a mí los pies?” Jesús le respondió: “Ahora tú no comprendes lo que Yo hago, pero lo entenderás después.” “¡Jamás me lavarás los pies!” Le dijo Pedro. “Si no te lavo, no tienes parte conmigo,” le respondió Jesús. Simón Pedro Le dijo: “Señor, entonces no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.” 10 Jesús le dijo: “El que se ha bañado no necesita lavarse, excepto los pies, pues está todo limpio; y ustedes están limpios, pero no todos.”
11 Porque sabía quién Lo iba a entregar; por eso dijo: “No todos están limpios.”
12 Entonces, cuando acabó de lavarles los pies, tomó Su manto, y sentándose a la mesa otra vez, les dijo: “¿Saben lo que les he hecho? 13 Ustedes Me llaman Maestro y Señor; y tienen razón, porque Lo soy. 14 Pues si Yo, el Señor y el Maestro, les lavé los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. 15 Porque les he dado ejemplo, para que como Yo les he hecho, también ustedes lo hagan.
16 En verdad les digo, que un siervo no es mayor que su señor, ni un enviado es mayor que el que lo envió. 17 Si saben esto, serán felices si lo practican.”
Todos hemos pasado por muchas pruebas y tribulaciones, dificultades, desilusiones y heridas. El viaje es largo y hay que tratar de soportar. Necesitamos ser sanados de circunstancias del pasado, problemas generacionales y problemas de la larga jornada hacia nuestros destinos que en muchos casos nos han hecho insensibles e incapaces de caminar con amor y llevarnos bien con otros. Pero mientras buscamos el toque sanador de nuestro Salvador y Redentor nosotros podemos ser restaurados para que podamos caminar como verdaderos discípulos (John 13:34) que demostramos el amor de Dios y seguimos el ejemplo que Jesús nos dio en el pasaje anterior.
Este pasaje cubre muchos versículos, pero leyéndolos todos, ellos nos ayudarán a entender lo que dice el Señor acerca de cómo cuidarnos unos a los otros. El lavar los pies de los demás es una representación de la limpieza de corazón que podemos ayudar a nuestro prójimo a obtener. Esto se hace con nuestras oraciones, al ministrarles el amor de Dios y ayudarles de la manera necesaria para satisfacer sus necesidades. El objetivo de esta limpieza (de corazón) es para que Dios pueda seguir siendo el único objeto de nuestra adoración y alabanza, y podamos ser purificados de los problemas, angustias y esclavitud a la influencia mundana que nos han impedido caminar en la plenitud de todo lo que Él tiene para nosotros. Algunas de las razones por la que necesitamos ser limpiados son:
1.      Los pies recogen partículas de polvo y suciedad cuando estan expuestos al medio ambiente. De  la misma manera, nuestros corazones pueden recoger fácilmente ofensas, rencor, o pecados que pueden hacernos tropezar y encontrar bloqueos en nuestro camino hacia nuestro destino.

2.      Los pies también sudan o transpiran al laborar en el camino. Esto también significa que sudamos cuando Dios expone en nuestros corazones pecados y creencias torcidas que deben ser removidos con la verdad de su palabra para poder que las superemos. Otra interpretación de esto es que despues de ayudar y ministrar a otros continuamente necesitamos ser fortalecidos y repuestos de los nutrientes necesarios (la palabra, oración y alabanza) que nos mantendrán fuertes en nuestro caminar con Dios y fijados firmemente en el camino que El ha establecido para nosotros rumbo a nuestro destino en El.

3.      También los pies nos pueden doler cuando caminamos en terreno inestable y rocoso. Esto quiere decir que necesitamos orar para la sanación de las heridas en los corazones de los demás cuando ellos se encuentran en situaciones que los sacuden de las malas fundaciones (formas de pensar y creencias que los llevan a seguir caminos torcidos y actuar mal) en sus vidas.

4.      Los pies también pueden llenarse de callos por el largo viaje. Esto sirve para explicar que los corazones pueden endurecerse y cansarse. Por esa razón tenemos que orar por nuestros líderes y por nuestros hermanos para que sus corazones se suavicen otra vez por los muchos golpes de la guerra espiritual y de las pruebas. También oramos para que ellos se recuperen y puedan estar listos para recuperar lo que el enemigo les ha robado y conquistar nuevos caminos.

5.      Los pies pueden contaminarse con hongos. Según MNT (Noticias médicas hoy), los hongos son clasificados dentro de su propio reino y obtienen sus alimentos mediante la absorción de nutrientes en sus alrededores al descomponerlas (romperlas para que se pudran). En el espíritu estos son demonios que se nos apegan y que podrían pasar desapercibidos si no estamos en sintonía enfocada con el Espíritu Santo del Señor y que pueden descarrilarnos a apuntar y disparar contra nuestro hermano o hermana en lugar de apuntar hacia el campamento del enemigo en la guerra espiritual. El camino correcto a seguir, es buscar la restauracion de las relaciones que fueron afectadas por la actividad demoniaca al igual que hacer guerra espiritual para cancelar las obras del diablo y su influencia en nuestras vidas al igual que aplicar la sabiduria de Dios para la restauracion si esta es posible.
Aun si no entendemos lo que la influencia de esos demonios trae y como se manifiesta, podemos saber que su influencia pretende siempre que ataquemos a una persona de nuestro mismo equipo (nuestros hermanos y hermanas en Cristo y a veces líderes) en lugar de dirigir nuestros ataques al campo del enemigo (el reino de Satanás). Esto es porque de acuerdo a efesios 6:12,
nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes (gobernantes) de este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales de maldad en las regiones celestes.” NBLH
El Señor dice en el pasaje de Juan 13:17 que seremos bendecidos si hacemos esto. Esta amonestación puede encontrarse también en Isaías 58:6-8,
“¡No! Esta es la clase de ayuno que quiero:
pongan en libertad a los que están encarcelados injustamente;
    alivien la carga de los que trabajan para ustedes.
Dejen en libertad a los oprimidos
    y suelten las cadenas que atan a la gente.
Compartan su comida con los hambrientos
    y den refugio a los que no tienen hogar;
denles ropa a quienes la necesiten
    y no se escondan de parientes que precisen su ayuda.
Entonces su salvación llegará como el amanecer,
    y sus heridas sanarán con rapidez;
su justicia los guiará hacia adelante
    y atrás los protegerá la gloria del Señor.” NTV
Cuando nos ocupamos de la condición de los corazones de nuestro prójimo  estaremos indudablemente caminando en las bendiciones que nos promete la palabra y podremos demostrar que podemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Algunas veces esto tomara dar nuestras vidas en ayuno por la sanación de los corazones de otros, para que ellos puedan ser restaurados. Esto también nos establece en un camino hacia la madurez espiritual en el que llegaremos  a nuevos niveles de altura, profundidad, amplitud y longitud del amor de Cristo para nosotros y para otros en su iglesia. Esto lo veremos ser manifestado por medio de nuestras continuas oraciones por nuestro pròjimo y nos ayuda a perdonar más rápido y más fácil cuando estamos heridos y ofendidos como dice el versículo 8 del pasaje anterior.
La escritura también dice en el versículo 10 de Juan 13 que una persona que se ha bañado no necesita lavarse, excepto los pies, para ser totalmente limpia. Esto significa que hemos sido bañados en la salvación del Señor Jesús y bautizados en su poder de resurrección. Por eso, necesitamos mantenimiento mediante el lavado para limpiar nuestros corazones. Pero el mandato es no sólo trabajar por nuestra propia salvación con temor y temblor (Filipenses 2:12), sino también  asegurarnos que otros sigan firmes en el camino de la justicia y santidad por medio del lavado de nuestras oraciones a Dios por ellos y de cualquier otra forma en que podamos suplir sus necesidades.
Muchos de nosotros no hemos empezado de la manera correcta. Vivimos nuestras vidas mirando atrás y contemplando el pasado, tocando viejas heridas y decepciones e incluso los errores cometidos por falta de conocimiento o por presunción. Tambien hemos volteado nuestras espaldas y los pies contra el futuro y nuestras promesas de Dios porque nos enfocamos en el pasado como un niño que está en una posición de nalgas en el vientre de su madre (que representa el cainar mirando hacia el pasado) lo que podría ser una experiencia de parto muy dolorosa para la madre. La posiciòn correcta de un feto en el vientre de su madre es estar de cabeza, (representacion de estar enfocados en seguir los caminos de Dios hacia nuestro destino)  El Señor me reveló que alguien en la Biblia también comenzó al revés, pero terminó bien. Su nombre es Jabes.
1 de crónicas 4:9-10 nos da la evidencia al decir, “9 Había un hombre llamado Jabes, quien fue más honorable que cualquiera de sus hermanos. Su madre le puso por nombre Jabes porque su nacimiento le causó mucho dolor. 10 Él fue quien oró al Dios de Israel diciendo: « ¡Ay, si tú me bendijeras y extendieras mi territorio! ¡Te ruego que estés conmigo en todo lo que haga, y líbrame de toda dificultad que me cause dolor!»; y Dios le concedió lo que pidió.” NTV
Jabes fue capaz de caminar en las bendiciones del Señor principalmente porque caminaba honrando a sus hermanos y hermanas. Él no chismeaba en contra de ellos, ni era grosero con ellos, los perdonaba rápidamente y oraba por aquellos que lo atacaban. Él también los honraba dándoles  una mano amiga cuando era necesario y estaba en su poder para hacerlo. En otras palabras, él honraba a todos los altos y los bajos y demostraba el amor de Dios por ellos. Esto lo hizo caminar en las bendiciones del Señor y saber que no había obstáculos a la manifestación de sus oraciones, porque el Señor había peleado sus batallas. Dios le dio honor a Jabes porque él honró a otros.
En esencia, si empezaste de la manera incorrecta no es demasiado tarde regresar al camino del amor al prójimo con la ayuda del Señor. Pídele que te ayude a tornar a la posición correcta y mirar hacia sus promesas de vida abundante para ti y los tuyos y poseerlas porque ahora has dejado de mirar hacia el pasado y perdonas a los que te han herido y ofendido. Como siempre solo a Él sea la gloria!
Imágenes cortesía de google.

No comments:

Post a Comment