Wednesday, March 27, 2013

Honor en la Mesa del Señor

Este es otro tema escrito en mi libro pronto a estar disponible.
1 Corintios 11:20-32 (NBLH)
20 Por tanto, cuando se reúnen, esto ya no es comer la Cena del Señor. 21 Porque al comer, cada uno toma primero su propia cena, y uno pasa hambre y otro se embriaga. 22 ¿Qué? ¿No tienen casas para comer y beber? ¿O desprecian la iglesia de Dios y avergüenzan a los que nada tienen? ¿Qué les diré? ¿Los alabaré? En esto no los alabaré.

El Señor me reveló la condición de la iglesia en el área de la comunión con El y entre hermanos que Él quiere ver cambiada. Esto comienza con la forma en la que nos relacionamos con Él y entre nosotros. Cuando se menciona la cena del Señor, no se refiere sólo a tomar la comunión. Se refiere a nuestras actitudes cuando vamos a reunirnos a la iglesia a escuchar su palabra (el pan) y la manifestación del poder de su palabra (el vino). Algunos vienen listos para recibir la palabra y a embriagarse en el espíritu, pero no se preparan en casa tan bien como se espera de ellos. Quieren que el predicador haga todo el trabajo mientras no pasan suficiente tiempo en la palabra y la oración en sus horas personales. En otras palabras, ellos prefieren oír hablar del novio (Jesús) que llegar a conocerlo por sí mismos. Por otra parte, otros pasan tiempo con el Señor en su casa, pero todavía hay áreas en sus corazones que necesitan renovación.
Además, por una u otra razón, caminar con Dios para algunos se trata de sus propias ambiciones egoístas más que ayudar a los necesitados en el cuerpo de Cristo—la iglesia. Estas personas se convierten en obstáculos que impiden a otros que están verdaderamente hambrientos de las cosas de Dios y la manifestación del poder de su palabra que es entregada a través del(a) mensajero(a) de Dios o predicador(a).
Los versículos del 23 -26 dicen, “23 Porque yo recibí del Señor lo mismo que les he enseñado: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, 24 y después de dar gracias, lo partió y dijo: “Esto es Mi cuerpo que es para ustedes; hagan esto en memoria de Mí.” 25 De la misma manera tomó también la copa después de haber cenado, diciendo: “Esta copa es el nuevo pacto en Mi sangre; hagan esto cuantas veces la beban en memoria de Mí.” 26 Porque todas las veces que coman este pan y beban esta copa, proclaman la muerte del Señor hasta que El venga.” NBLH

En la misma noche de la cena de Pascua y antes de ir a la Cruz a morir por nuestros pecados, el Señor fue traicionado por uno de sus discípulos, Judas (Mateo 26.24-25). El Señor llama a esta acción de no participar de su cuerpo y su sangre correctamente una traición. Además, la inmadurez de algunos creyentes les tiene pensando todavía que ir a la iglesia a oír la palabra se relaciona más con el obtener las claves para ganar más dinero que tener una verdadera relación con El y dar todo de ellos incondicionalmente. Después de todo, como verdaderos ciudadanos del cielo, todo lo que nos ha dado Dios es para que lo usemos como administradores de sus riquezas en gloria y no para que  lo acumulemos solo para nuestro propio uso y mucho menos que impidamos a otras personas obtener su parte justa de las bendiciones. Esta es otra manera en que aquellas personas son usadas del enemigo como agentes causantes de la división en lugar de la unidad. 


Por otra parte, Judas Iscariote estaba bajo la influencia del espíritu de religión y el espíritu de avaricia a las riquezas cuando él traicionó a Jesús. Esta influencia todavía existe y es la misma razón por la que muchos traicionan a otros miembros de la iglesia y fomentan la división. Estos dos componentes del espíritu Anticristo —la  religión y la avaricia a las riquezas, no sólo influyeron en Judas para hacerlo traicionar a Jesús. Según hemos podido leer en el nuevo testamento, veremos que hay varios ejemplos de las verdaderas intenciones del corazón de Judas hacia Jesús y el Reino de Dios. El espíritu del Anticristo ya operaba a través de él a pesar de que era un líder designado por Dios para caminar bajo la guía y ser un discípulo de Jesús. Judas no quería soltarse de esa influencia a pesar de que se le dieron muchas oportunidades de hacerlo por medio de todas las cosas milagrosas que Jesús hizo antes de ir a la Cruz.
La manipulación para conseguir lo que quería era más importante para él que los caminos del Reino de Dios (Mateo 26:8) y aunque fue ordenado por Dios Padre que su hijo fuera traicionado, Judas fue utilizado para convertirse en un obstáculo para Jesús. Afortunadamente se arrepintió, (Mateo 27-4), pero en vez de arrepentirse y aprender a caminar con Dios sin la influencia del Anticristo, él optó por renunciar a su llamado y morir. Él pudo haber enseñado a otros a reconocer si esa influencia existe en ellos y cómo discernirlo como lo hizo él para que también se arrepintieran.
Los versículos del 27-30 añaden, 27 Por lo tanto, cualquiera que coma este pan o beba de esta copa del Señor en forma indigna es culpable de pecar contra el cuerpo y la sangre del Señor. 28 Por esta razón, cada uno debería examinarse a sí mismo antes de comer el pan y beber de la copa. 29 Pues, si alguno come el pan y bebe de la copa sin honrar el cuerpo de Cristo, come y bebe el juicio de Dios sobre sí mismo. 30 Esa es la razón por la que muchos de ustedes son débiles y están enfermos y algunos incluso han muerto.” NTV

Otra manifestación del espíritu del Anticristo a través de la religión es que utiliza las heridas y ofensas en nuestros corazones que no han sido sanadas para ponernos uno en contra de otros (Proverbios 6:16-19). A través del temor que hace que las cosas que no son verdad parezcan ser real, el no discernir apropiadamente la influencia de este espíritu hace que las personas se pongan unos en contra de otros en la iglesia porque es la primera forma en que ese espíritu intenta desviar al pueblo de Dios para que no reciban lo que Dios tiene para ellos. Cuan mayor sea la influencia de este espíritu, mayores son los ataques de unos en contra de otros. De esta manera pecamos contra el cuerpo de Cristo (la iglesia y sus miembros) cuando venimos y nos convertimos en agentes de división y no de la unidad y de amor incondicional. Así muchas personas han perdido sus llamados, sus promesas y hasta sus vidas.

Dios quiere que haya honor en su casa y que comience al poner cada uno de su parte para que haya unidad. Como se ha mencionado en el versículo 30, la división y la falta de honor de uno hacia el otro ha sido causa de que haya tanta enfermedad y debilidad e incluso la muerte en la casa de Dios — no honrar a otros provoca decaimiento en el cuerpo de Cristo que se manifiesta también en nuestros cuerpos, así como en otras áreas de nuestras vidas si no nos arrepentimos y actuamos de forma diferente conforme a la palabra de Dios. Algunos pueden decir que todo está bien en sus vidas porque parecen tener éxito, pero es sólo una cuestión de tiempo antes de que las cosas comiencen a salir mal si ellos no se arrepienten de deshonrar a otros especialmente por fines codiciosos. Por esta razón la Biblia dice que Dios es lento para la ira y grande en misericordia (Salmo 103:8, 145:8). Él nos está dando tiempo para arrepentirnos porque prefiere la misericordia sobre el juicio. Pero aun así su gracia se acaba después que ha dado suficiente tiempo para nuestro arrepentimiento y no tomamos ventaja de esa oportunidad.

Finalmente, los versículos 31 y 32 aciertan que,31 Si nos examináramos a nosotros mismos, Dios no nos juzgaría de esa manera. 32 Sin embargo, cuando el Señor nos juzga, nos está disciplinado para que no seamos condenados junto con el mundo.” NTV


Aquí es cuando debemos venir a Dios con el corazón que refleja lo qué 2 de Crónicas 7:14 amonesta. Dice que si el pueblo de Dios que es llamado por su nombre se humillan y oran y buscar su rostro y se arrepienten de caminar caminos torcidos, entonces él oirá desde los cielos y perdonará nuestros pecados, y él sanara nuestra tierra (esto incluye nuestros cuerpos, finanzas, relaciones interpersonales, etc.).

 Cuando Dios condena las cosas del mundo lo hace para eliminar la influencia del espíritu anticristo que se ha levantado contra su pueblo en su casa y lo hace a través de las heridas y ofensas. Por esta razón Dios no quiere que seamos participes de ese tipo de traición porque de otra forma estaríamos haciendo las cosas de la misma manera que el mundo que no lo conoce y lo rechaza incluso hace. Vamos a prestar atención de esta amonestación para que podamos demostrar al mundo que Jesús está vivo y trabajando poderosamente en nuestras vidas, porque lo honramos a Él y a nuestros hermanos. Él nos salva cuando se lo pedimos (Joel 2:32). Solo a Él sea la gloria.

Imágenes cortesía de: Google.com




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