Thursday, March 28, 2013

La Dispensación de la Gracia de Dios 3: Como pedirle Prestado al Señor

Salmos 37:21 (NTV)
21 Los perversos piden prestado y nunca pagan,
    pero los justos dan con generosidad.
El salmo 24:1 dice que la tierra es del Señor y todo lo que hay en ella. El mundo y todos sus habitantes le pertenecen a Él. Esto significa que en esta tierra no somos dueños de nada  sino que Dios nos da la oportunidad y el privilegio de administrar sus recursos, finanzas y todo lo que Él pone en nuestras manos. Por esta razón es peligroso descuidar pasar un recurso o finanzas o cualquier otra cosa que el Señor nos pidiera en manos de aquellos a quien Él nos dirige dar.
Porque servimos el gran ‘Yo Soy”, un Dios que es todo para todo aquel que clama a El — Él es un Dios  de propósito, y todo lo que hace en nuestras vidas y a través de nuestras vidas debe seguir su propósito para que la humanidad lo vea como el único Dios que existe y como el creador de todo lo bueno que quiere poner a disposición de aquellos que ama y que están en necesidad. Por esta razón estamos llamados en Gálatas 6:2-3 a compartir las cargas de los demás y de esta manera obedecer la ley de Cristo porque si pensamos que somos demasiado importantes para ayudar a otros, sólo nos estamos engañando a nosotros mismos. No somos tan importantes si pensamos que todo lo que tenemos es sólo para nuestro propio disfrute.
Estamos llamados a avanzar el Reino de Dios no sólo con los dones y talentos que Él nos da, sino también con todos los recursos que Él pone a nuestra disposición. Porque somos sólo administradores, cuando Él nos pide dar a alguien un recurso o cantidad de dinero ya no es nuestro para decidir qué hacer con él. Ahora pertenece en las manos de aquellos que Dios designó a entregárselo para suministrar cualquier necesidad que puedan tener sin demora.
Muchas personas acumulan las cosas que Dios ha puesto en sus manos como respuesta a sus oraciones y con ambiciones egoístas escogen construir sus propios reinos fuera de la mentalidad de que son sólo administradores de las posesiones de Dios. Así se convierten en obstáculo para quienes viven con propósito y con el conocimiento y la comprensión de que ellos están aquí para avanzar el Reino de Dios con todo lo que se les da.
Esta mentalidad también hace de los acaparadores, personas perversas e injustas que no pagan a Dios lo que Él les prestó para poder caminar en la tierra como ciudadanos del cielo que brillan su luz para que otros puedan ver el camino a la salvación. Ellos no pagan a Dios cuando se niegan a dar a los demás cuando el Espíritu de Dios se los pide. Entonces puede llegar una temporada en sus vidas en el que son probados  para ver si han permitido que el espíritu de la avaricia gobierne sus decisiones sobre lo que tienen. Muchos en el cuerpo han fracasado estas pruebas y se han encontrado adorando a este espíritu en lugar del Dios viviente.
Job 8:20 dice que Dios no rechazará a una persona íntegra, pero tampoco dará una mano a los malvados. Esta escritura ilumina lo que sucede cuando una persona ha sido declarada malvada porque adora el trabajo de sus manos con las cosas que Dios le ha dado y ya no se encuentra con las manos limpias delante de los  ojos del Señor.
El Salmo 24:3-5 nos dice, “¿Quién puede subir al monte del Señor?
    ¿Quién puede estar en su lugar santo?
Sólo los de manos limpias y corazón puro,
    que no rinden culto a ídolos
    y nunca dicen mentiras.
Ellos recibirán la bendición del Señor
    y tendrán una relación correcta con Dios su salvador.”
NTV
Estamos obligados a proteger nuestros corazones en lo que respecta a las bendiciones que recibimos del Señor y el botín que obtenemos de las batallas. Esas cosas no están diseñadas para poseernos, sino que estamos para hacer con ellas lo que el Señor nos dirige. No sólo los primeros frutos de lo que recibimos pertenecen al Señor, pero toda la canasta. Dios simplemente está permitiendo que administremos el resto para abastecer nuestras necesidades y deseos y también para dar a los necesitados y de esta manera cumplir con su propósito para cada una de nuestras vidas. Proverbios 22:7 establece que  Así como el rico gobierna al pobre, el que pide prestado es sirviente del que presta.” NTV
La persona rica descrita aquí es Dios, nuestro Señor, y nosotros somos los prestatarios que estamos aquí para servirle con cada parte de nuestras vidas y todo lo que tenemos. Si hemos sido encontrados con  falta cuando Dios nos pone a prueba a ver a qué adoramos en el área de administración de sus bienes y de dar a los demás, vamos a clamar con arrepentimiento  y humildad y buscar su rostro y no sólo su mano para obtener su gracia y misericordia. Él nos puede mostrar donde nos caímos y de esa manera poder encaminarnos nuevamente en la direcciónón correcta para no volver a caer en la tentación y hacer como lo hizo Jesús cuando dijo al diablo en Mateo 4:10, "Adorarás al Señor tu Dios y a él sólo servirás". A El solamente sea toda la gloria.

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