“Pero Él les dijo: ‘¿Ven todo esto? En verdad les digo que no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada.”
Al Dios dirigirnos por el camino que nos llevará al cumplimiento de su comisión para nosotros en la tierra Él tiene que demoler esas cosas que hemos levantado como dioses por encima de Él. La razón es que esas cosas o personas no nos ayudarán como Él puede hacerlo a tener el carácter necesario para ser cimentados y permanecer en el lugar destinado para nosotros. Somos seres humanos que amamos edificar cosas o personas en nuestras mentes y en nuestros corazones hasta que se convierten en dioses. Ejemplos son las riquezas, poder, nuestras profesiones o clase social, nuestras formas de recrearnos y divertirnos, gente influyente, deportistas, artistas, nuestros esposos, novios o amigos, etc.
El rasgo del carácter que Dios quiere desarrollar en nosotros es el carácter de Cristo que nos enseña a adorar al Dios Altísimo y amar, honrar y tratar a otros como nos gusta que se haga con nosotros. En este proceso, Dios nos lleva a diferentes dimensiones en las que podemos descubrir quién es El, quiénes somos nosotros y que cosas que hemos edificado en nuestras mentes y en nuestros corazones que son contrarias a su palabra. El hace que estas edificaciones de dioses falsos se derrumban con el temblor de las pruebas que sacuden lo torcido en nuestra manera de pensar y creer. Hebreos 12:27 nos explica,
“La palabra «nuevamente» nos demuestra con claridad que todo lo creado, lo que se puede hacer temblar será destruido y sólo permanecerá lo que no se puede mover. “PDT
Ciertamente no se siente bien ser sacudidos de esas cosas en las que hemos confiado y dependido por tanto tiempo. Como se he mencionado en mensajes anteriores, estos temblores son necesarios para poder aprender a confiar en el Señor y en el poder de su fuerza y que nos conduce por el camino que Él ha predestinado para nosotros. En Filipenses 3:10 el apóstol Pablo dijo que deseaba conocer a Cristo y experimentar el gran poder que le levantó de los muertos. Pablo entendió la importancia de sufrir con Cristo, compartiendo su muerte (a los deseos de nuestra carne), para poder experimentar la resurrección de los muertos (al madurar y caminar como reflejo de Cristo en la tierra).
Versos 12 a 14 del libro de Filipenses explican que aunque Pablo estaba consciente de su imperfección, él había elegido llegar a la perfección, presionando hasta poseerla así como Cristo la poseyó primero. Su decisión de presionar con fuerza hacia adelante para que él pudiera llegar a la meta y recibir el premio celestial para el cual Dios a través de Cristo Jesús le había llamado era su principal objetivo. Esto lo hizo soportar las pruebas y prepararse para cumplir su meta dentro y fuera de sus temporadas de entrenamiento. No importa qué circunstancias Pablo tuvo que pasar, él entendió el propósito de dichas circunstancias y cedió completamente al Señorío de Cristo en su vida y rindió sus necesidades y deseos y los remplazo con los deseos de Dios para él.
La perfección de la que se habla en el pasaje anterior se explica en 1 Corintios 13, también conocido como "el capítulo del amor." Los versículos 4-7 nos dicen, “4 El amor es paciente, es bondadoso. El amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante. 5 No se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido. 6 El amor no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad. 7 Todo lo sufre todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.” NBLH
Debido a la forma en que Pablo estaba siendo refinado como oro cambió su perspectiva sobre las cosas, y así pudo ver lo que Dios estaba haciendo en su vida para convertirlo en el vaso o medio por el que Él podía moverse de una manera poderosa para salvar a su pueblo. El amor que Dios tiene por su pueblo es lo que lo motiva a salvar a los perdidos y liberar a los marginados y oprimidos, para que El pueda recibir la gloria y la adoración que se debe a su nombre.
Espero que esta enseñanza les explique que Dios se quiere mover a través de nosotros de la misma manera que lo hizo dentro y a través de Pablo con el fin de hacer de nosotros trabajadores que pueden ir a los campos y cosechar los cultivos maduros de almas que anhelan un Salvador y Redentor. Por medio de la preparación que obtenemos en las pruebas entonces ellos podrán ver a Cristo en nosotros y la esperanza de la gloria de Dios en sus vidas (Romanos 5:2). A El sólo sea toda la gloria.▪
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