Friday, April 5, 2013

La Semilla de la Riqueza

Una vez más, estoy dando aquí otro extracto de mi próximo libro que ruego a Dios les ayude a ver la importancia de tener una visión y comprensión de por qué Dios provee, así como las cosas que más importan en su reino.
En todo lo que hacemos, incluso en el manejo de nuestras finanzas, estamos plantando semillas que serán cosechadas en algún momento en nuestras vidas o serán cosechadas después por las próximas generaciones. El acaparamiento y el hacer alarde de las posesiones  en lugar de entender la razón por las que las riquezas y los recursos nos son dados es una forma segura de terminar en la muerte espiritual. También se incluyen como consecuencias la ceguera a la dirección de Dios, el no poder oír su voz y no poder percibir su presencia en nuestras vidas como cuando estamos detrás del volante con una venda en los ojos y los oídos que no nos permite ver ni oír adónde vamos.
El Señor me dio una revelación sobre nuestra comisión a multiplicarnos en otras almas. Estas almas son personas que se convierten en nuestros hijos espirituales o discípulos que, a través de nuestra influencia, aprender a caminar con el Señor. También aprenden el camino de la Cruz que Dios ha prescrito para sus vidas hasta que puedan también compartir la gloria de la resurrección de Jesús en la multiplicación de almas que ellos lleguen a influenciar. Génesis 17:2 dice: “Yo haré un pacto contigo, por medio del cual garantizo darte una descendencia incontable.” NTV
Esta multiplicación sucedió en la vida de nuestro antepasado Abraham a través de los hijos de Israel que se hicieron numerosos y son los primeros hijos de Dios de muchas generaciones de sus hijos. También pasó más tarde a través de su descendencia en Jesucristo. Génesis 22:17-18 nos acierta de esto cuando Dios dijo a Abraham, “17 ciertamente te bendeciré. Multiplicaré tu descendencia hasta que sea incontable, como las estrellas del cielo y la arena a la orilla del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos; 18 y mediante tu descendencia (Jesús), todas las naciones de la tierra serán bendecidas. Todo eso, porque me has obedecido.” NTV (Énfasis de la autora).
Esta promesa fue hecha a Abraham cuando pasó la prueba dada por Dios a sacrificar a su hijo Isaac, su preciosa promesa de Dios. Debido a su obediencia, Dios le garantizo que él vería a Dios como el Dios que vela por proveerle sus necesidades y le daría acceso a todo lo necesario para obtener la multiplicación de sus descendientes. Yo también tuve que sacrificar las promesas de Dios para mí y el resultado ha sido que, como mencioné en otro capítulo, yo soy capaz de ser el recipiente que Dios utiliza para impartir a través de este libro, las bendiciones y beneficios que Él me ha dado. Esta es una riqueza sin fin. A El
solamente sea toda la gloria.▪
Imagen de Google.com

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