Wednesday, March 31, 2021

El Remanente que Escapa de las Trampas de las Obras Muertas 2: Saliendo de Cojear Entre Dos Opiniones


Continuando con la enseñanza # 1 de esta serie, mencionamos que la Sangre que Jesús derramó por nuestra redención, nos ayudó a no necesitar de confiar en el sacrificio de animales para limpiar nuestra conciencia. Su sacrificio de una vez por todas nos redimió y nos dio acceso a Su trono de gracia y misericordia. El se convirtió en el sacrificio para que nosotros no suframos las consecuencias de nuestra naturaleza pecaminosa heredada de Adán después de el que perdió su autoridad para co-gobernar la tierra con Dios porque se la cedió al enemigo debido a su desobediencia. Ahora que fuimos liberados de las obras muertas, podemos servir al Dios Viviente en plena rendición a Él y dar nuestra adoración únicamente a Él.


Y en esta enseñanza, estudiaremos la diferencia de motivos para hacer sacrificios entre los profetas de Baal y Asera y el profeta Elías. Y así, el Libro de 1 Reyes nos dice que hubo una sequía severa en la tierra de Israel. La idolatría del pueblo, empezando por sus líderes, el rey Acab y la reina Jezabel, había hecho que los cielos se cerraran y por medio de la palabra del profeta Elías, los cielos no enviaron lluvia durante tres años y medio. Por lo tanto, su fuente de subsistencia (la agricultura) fue cerrada porque la tierra no podía producir sus cultivos ya que el agua se había convertido en un elemento de mucho valor por su escasez. 


Tanto las personas como los animales sufrieron las consecuencias de esta devastadora sequía, pero Dios quería que fueran liberados de esta devastación porque Él vio su sufrimiento y escuchó sus gritos de ayuda. Por esta razón, el pueblo de Israel fue convocado al Monte Carmelo. Una confrontación estaba a punto de comenzar. 1 Reyes 18:1-2revela,


"Más tarde, durante el tercer año de la sequía, el Señor dijo a Elías: ‘Preséntate ante el rey Acab y dile que ¡pronto enviaré lluvia!’. Entonces Elías fue a ver al rey Acab. Mientras tanto, el hambre se hizo muy intensa en Samaria.” NTV


Como principio espiritual, Dios juzga la idolatría por falta de arrepentimiento del pueblo porque continúan poniendo otras cosas en el pedestal de sus corazones que sólo le pertenece a Dios. Esto crea un vacío que consume todas las obras muertas de idolatría. Sólo nuestro arrepentimiento cambia las cosas y así podemos comenzar a ver la restauración en nuestra vida. Nos arrepentimos pidiéndole a Dios que nos perdone de los pecados cometidos y también producimos fruto que demuestre nuestro arrepentimiento. Mateo 3:1-2, 5-6, 8 nos muestra: 


En esos días, Juan el Bautista llegó al desierto de Judea y comenzó a predicar. Su mensaje era el siguiente: “Arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios, porque el reino del cielo está cerca.’ ...Gente de Jerusalén, de toda Judea y de todo el valle del Jordán salía para ver y escuchar a Juan; y cuando confesaban sus pecados, él las bautizaba en el río Jordán. ...Demuestren con su forma de vivir que se han arrepentido de sus pecados y han vuelto a Dios.” NTV


Como se mencionó, el arrepentimiento significa que dejamos de realizar esas obras muertas y, en cambio, perseguimos hacer lo que le agrada a Dios y demuestra que es Él a quien adoramos en todo lo que hacemos. También perseguimos la renovación de nuestra mente para que nuestras creencias equivocadas que produjeron esas obras muertas cambien a la verdad de la palabra de Dios (Romanos 12:1-2). Esto, a su vez, nos ayudará a vivir siguiendo Su voluntad perfecta porque nuestra relación con Él se basa en reconocer y recibir Su amor por nosotros. Y como sabemos que Él nos ama y quiere lo mejor para nosotros, queremos complacerlo y obedecerlo.


2 Crónicas 7:14 también dice: “pero si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, busca mi rostro y se aparta de su conducta perversa, yo oiré desde el cielo, perdonaré sus pecados y restauraré su tierra.” NTV


Otra cosa que sucede cada vez que hemos elevado nuestra adoración a un ídolo y a lo que es falso, es que nuestros corazones se endurecen y vemos las cosas de una manera malvada (retorcida). Esto se debe a que Satanás ha puesto un velo sobre nuestros ojos que nos impide ver la luz y la verdad de la Palabra de Dios. Entonces empezamos a estar atraídos y llamar lo que es malo bueno, y lo que es bueno lo llamamos malo. Por lo tanto, nuestra visión retorcida de las cosas nos hace rechazar a Dios así como a las personas que traen lo que es bueno y para nuestro beneficio. Pero el arrepentimiento elimina este velo de falsedad. 1 King 18:17-18 muestra, 


"Cuando Acab vio a Elías, exclamó: —¿Así que realmente eres tú, el alborotador de Israel? —Yo no le he causado ningún problema a Israel—respondió Elías—. Tú y tu familia son los alborotadores, porque se negaron a obedecer los mandatos del Señor y, en cambio, han rendido culto a las imágenes de Baal.” NTV


2 Corintios 3:14-17 también dice: "Pero la mente de ellos se endureció y, hasta el día de hoy, cada vez que se lee el antiguo pacto, el mismo velo les cubre la mente para que no puedan entender la verdad. Este velo puede quitarse solamente al creer en Cristo. Efectivamente, incluso hoy en día, cuando leen los escritos de Moisés, tienen el corazón cubierto con ese velo y no comprenden. En cambio, cuando alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado. Pues el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.” NTV


Vimos que Dios había anunciado al profeta Elías que iba a enviar la lluvia que detendría la sequía. Pero primero, Él probaría que sólo Él es Dios. Para ello, Dios hizo que el profeta Elías reuniera al pueblo de Israel, al rey Acab y a los profetas de Baal y Asera que servían a la reina Jezabel. Una vez reunidos, el profeta reprendió su doble mente y los exhortó a elegir a quién adorarían verdaderamente: a Dios o a Baal. 1 Reyes 18:20-21 explica, 


"Entonces Acab convocó a todos los israelitas y a los profetas al monte Carmelo. Elías se paró frente a ellos y dijo: «¿Hasta cuándo seguirán indecisos, titubeando entre dos opiniones? Si el Señor es Dios, ¡síganlo! Pero si Baal es el verdadero Dios, ¡entonces síganlo a él!». Sin embargo, la gente se mantenía en absoluto silencio.” NTV


Después, Elías pidió a los que vivían de la idolatría que proporcionaran dos toros—uno para cortar en pedazos para su sacrificio a su ídolo y otro para que el profeta lo sacrificara al Dios Altísimo. Sin embargo, la condición importante a la que debemos prestar atención aquí es que nadie podía encender el fuego a su sacrificio, ni los falsos profetas ni el profeta Elías. Porque el Dios que respondió con el fuego resultaría ser el Único Dios verdadero. 1 Reyes 18:23-24 revela,


"Ahora traigan dos toros. Los profetas de Baal pueden escoger el toro que quieran; que luego lo corten en pedazos y lo pongan sobre la leña de su altar, pero sin prenderle fuego. Yo prepararé el otro toro y lo pondré sobre la leña del altar, y tampoco le prenderé fuego. Después, invoquen ustedes el nombre de su dios, y yo invocaré el nombre del Señor. El dios que responda enviando fuego sobre la madera, ¡ese es el Dios verdadero!»; y toda la gente estuvo de acuerdo.” NTV


Cada uno de los toros representaba algo diferente para aquellos que preparaban los altares para su sacrificio. Para los profetas de Baal y Asera, su toro representaba al dios de su codicia por poder económico y posesiones materiales. Baal era el dios de la lluvia que hizo que la tierra produjera para ellos cultivos abundantes y Asera era considerado su diosa de la fertilidad y la abundancia. Pero todo se hacía de una manera pervertida. Los rituales que realizaban a sus dioses estaban llenos de inmoralidad y otros tipos de perversión. 


Lo que es más, y como se mencionó anteriormente acerca de estos idólatras y el sistema en el que operaban era que la mayoría de las veces eso implicaba la codicia. Una persona codiciosa también es avariciosa, ansiosa y con un deseo excesivo de obtener posesiones materiales que muchas veces pertenecen a otros (Fuente: Merriam-Webster Dictionary). El nombre de su dios es Mammon y su figura es de un hombre con la cabeza y las pezuñas de un toro, y el cuerpo de un hombre. 


Mammon se define como riquezas que vienen de una influencia malvada u falso objeto de adoración o devoción. También es el nombre del demonio de la codicia. (Fuente:Léxico.com). (Véase también Derribando al Gigante de Avaricia en la Iglesia Hoy y Cortando su Cabeza con su Propia Espada un blog de este sitio publicado el 25 de enero de 2019). 


Para adorar a este dios algunos realizan rituales de brujería, otros recurren a vivir para sí mismos, ganar, fama y estatus social. La idea de alcanzar posesiones materiales y poder es lo que consume sus pensamientos y comportamientos, sin saber que están atrapados por la influencia de este espíritu. Nunca están satisfechos con lo que tienen y buscan tener todo en cantidades más grandes y mayores.


Eso es porque están impulsados por el miedo a no tener lo suficiente o vivir con carencias. Este miedo, que está arraigado en una mentalidad de pobreza, los lleva a otro tipo de temores y ansiedades. Al final, la única manera en que pueden hacer frente a la vida es controlando y manipulando sus circunstancias. Incluso si no se involucran en rituales de ocultismo, ellos todavía viven como si lo hicieran debido a su estilo de vida de perseguir su propio beneficio y ambiciones egoístas. Porque a esto es lo que son conducidos muchos cuando están lejos de una relación con Dios. Así que esa forma de vivir también es idolatría. 1 Samuel 15:22-23 dice,


Entonces Samuel dijo: ‘Más le agrada al Señor que se le obedezca, y no que se le ofrezcan sacrificios y holocaustos; vale más obedecerlo y prestarle atención que ofrecerle sacrificios y grasa de carneros. Tanto peca el que se rebela contra él como el que practica la adivinación; semejante a quien adora a los ídolos es aquel que lo desobedece. Y como tú has rechazado sus mandatos, ahora él te rechaza como rey.’” DHH


Del mismo modo, el pueblo de Israel que había adoptado las costumbres de Egipto al vivir allí en cautiverio durante 430 años, tenía un becerro de oro hecho con las joyas que habían reunido como parte del saqueo cuando salieron de Egipto. Muy rápidamente olvidaron que el Señor Todopoderoso los había sacado de su esclavitud  con mano poderosa y un brazo extendido. Las costumbres idólatras de Egipto todavía estaban fijadas en ellos, aunque habían salido de allí físicamente. Por lo tanto, ellos se inclinaron ante el ternero dorado y lo llamaron el dios que los sacó de Egipto. Éxodo 32:7-8 explica, 


Entonces el Señor le dijo a Moisés: —Anda, baja, porque tu pueblo, el que sacaste de Egipto, se ha echado a perder. Muy pronto se han apartado del camino que yo les ordené seguir. Se han hecho un becerro de oro fundido, y lo están adorando y presentándole ofrendas; y dicen: “¡Israel, éste es tu dios, que te sacó de Egipto!’” DHH


En todos estos casos, la presencia y la voluntad de Dios habían perdido su valor delante del pueblo, lo que dio paso a la esclavitud a demonios. Por otro lado, para el profeta Elías, en los tiempos del Antiguo Testamento, antes de que Jesús entrara en la tierra, el toro colocado en el altar del sacrificio representaba una ofrenda de pecado. Esta ofrenda se hacia a nombre del sacerdote que presentaba el sacrificio, así como a nombre del pueblo. A través de la ofrenda de pecado que se hacía con un becerro, los pecados cometidos por el pueblo de Israel eran expiados (perdonados). De esta manera, ellos volvían a ser justos ante el Señor. Levítico 16:6, 11 nos dice esto, 


"’Aarón presentará su propio becerro como ofrenda por el pecado para purificarse a sí mismo y a su familia, y así serán justos ante el Señor...’Aarón presentará su propio becerro como ofrenda por el pecado para purificarse a sí mismo y a su familia, y así serán justos ante el Señor. Después de haber matado el becerro como ofrenda por el pecado,” NTV


Este fue otro tipo y muestra del sacrificio que Jesús hizo por nosotros por nuestra redención al igual que el sacrificio que Abraham hizo con el carnero que fue atrapado en el arbusto también era muestra del sacrificio posterior de Jesús. El becerro se ofreció para expiar nuestros pecados en el viejo pacto, pero en el nuevo, Jesús se convirtió en ese sacrificio para nosotros de una vez por todas. Él tomó nuestra culpa del pecado sobre Sí mismo para que no tuviéramos que pagar por esas culpas nosotros. Y en cambio, limpió nuestra conciencia, nos dio adopción como hijos e hijas, así como la vida eterna.


Más en la siguiente enseñanza. A Dios solo sea toda la gloria. * 


Imagen de Google Images 

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