Tuesday, March 30, 2021

El Remanente que Escapa de las Trampas de las Obras Muertas 1

 

El Antiguo Testamento demuestra ser una sombra y una profecía del nacimiento de Jesús y sus maravillosos y poderosos actos a favor de la humanidad. La sangre derramada por los animales en los tiempos del Antiguo Testamento testifica de Su sacrificio al derramar Su Sangre por nosotros. Ya no necesitamos confiar en toros, cabras o novillos para concedernos el acceso que Jesús nos dio a través de Su gracia al Lugar Santísimo. No somos nosotros los que tenemos que ganar nuestra redención. Por medio de Su sacrificio, Él nos dio un nuevo pacto que nos salvó y nos limpió de las obras muertas. Hebreos 9:11-15 dice,


"Entonces Cristo ahora ha llegado a ser el Sumo Sacerdote por sobre todas las cosas buenas que han venido. Él entró en ese tabernáculo superior y más perfecto que está en el cielo, el cual no fue hecho por manos humanas ni forma parte del mundo creado. Con su propia sangre—no con la sangre de cabras ni de becerros—entró en el Lugar Santísimo una sola vez y para siempre, y aseguró nuestra redención eterna. Bajo el sistema antiguo, la sangre de cabras y toros y las cenizas de una novilla podían limpiar el cuerpo de las personas que estaban ceremonialmente impuras. Imagínense cuánto más la sangre de Cristo nos purificará la conciencia de acciones pecaminosas para que adoremos al Dios viviente. Pues por el poder del Espíritu eterno, Cristo se ofreció a sí mismo a Dios como sacrificio perfecto por nuestros pecados. Por eso él es el mediador de un nuevo pacto entre Dios y la gente, para que todos los que son llamados puedan recibir la herencia eterna que Dios les ha prometido. Pues Cristo murió para librarlos del castigo por los pecados que habían cometido bajo ese primer pacto.” NTV


Dios tiene un grupo de personas llamadas el remanente que responderán a los susurros del Espíritu Santo para entrar en lo nuevo que Dios está haciendo. Estas personas serán impulsadas por su hambre y sed de algo diferente a la desolación y derrota que han vivido. El movimiento del Espíritu Santo en sus vidas ahora los está haciendo conscientes de su necesidad de un Salvador. Estas personas se rehusan a entregar sus vidas al statu quo de la idolatría y la anarquía. Ellas son las personas de las que Isaías 10:20-21 se refiere,


"En ese día, el remanente que quedará en Israel, los sobrevivientes de la casa de Jacob, ya no seguirán confiando en aliados que buscan destruirlos. En cambio, confiarán fielmente en el Señor, el Santo de Israel. Un remanente regresará; sí, el remanente de Jacob regresará al Dios Poderoso.” NTV


Joel 2:32 también dice,

"Y todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo, y entre ellos estará el remanente al cual el Señor ha llamado, porque en el monte de Sión y en Jerusalén habrá salvación, tal y como el Señor lo ha dicho.” RVC


Ellos no son como los profetas de Baal y Asera que se sentaron a la mesa de la inicua reina Jezabel y le sirvieron a ella y a sus dioses/ídolos para gobernar Israel por medio de su oposición a todo lo que venía de Dios. En vez, lo que trajeron a Israel fueron las obras muertas de brujería, inmoralidad sexual, sacrificios de sangre y cosas ofrecidas a los ídolos a cambio de falso poder, riquezas, influencia e incluso para recibir cosas que codiciaban y que le pertenecían a otros (Lea 1 Reyes 21:7-16). 


Este codiciado sistema de idolatría proviene de la naturaleza del que los guía — Satanás, el usurpador y ladrón que siempre ha codiciado nuestra adoración que le pertenece sólo a Dios. Pero Dios está llamando a muchos que cedieron a este falso sistema a responder a Su Espíritu y renunciar a las mentiras del enemigo. Al ellos rendirse al Señor, escaparán de la destrucción designada para los que decidan continuar por este camino. Porque esto es lo que significa ser parte de un remanente, un pequeño grupo que escapa de la destrucción. 


No es por la sangre de toros y cabras ni las cenizas de una novilla, ni rociando cosas impuras mientras buscan vivir vidas santificadas o ser limpiados en su conciencia. Estas obras muertas conducen a la condenación eterna (en el infierno). Sin embargo, la respuesta para evitar una eternidad de destrucción y el fuego del infierno es su arrepentimiento (apartándose) de los pecados y recibir la salvación que Jesús nos dio a todos por el derramamiento de Su Sangre. 


Algunos leyendo esta enseñanza podrían estar pensando, "Yo no hago esas cosas." "No vivo en la inmoralidad o la adoración de ídolos." "No me involucro en las cosas del mundo oscuro." Sin embargo, permítanme explicar que la idolatría no siempre se ve así. Idolatría significa que hemos endiosado cualquier cosa a la que ponemos un valor y atención más alto que a Dios. Eso es un ídolo en nuestras vidas y hemos estado inclinándonos ante ello. 


Podría ser nuestra apariencia, nuestra carrera o estatus financiero, nuestra familia, hambre de influencia, fama y prestigio, juguetes de alto precio, relaciones, o conexiones. Sin embargo, al permitir que el Espíritu de Dios escudriñe nuestros corazones, tal vez podamos agregar más cosas a esta lista de ídolos que el Señor nos está pidiendo que por medio de nuestro arrepentimiento bajemos del pedestal que sólo le pertenece a El.


Si tener esas cosas no glorifica al Dios Viviente en y a través de nuestra vida, esas cosas nos poseen, no las poseemos. Esas cosas son nuestros dioses o ídolos y vivimos bajo la influencia del sistema de este mundo y de su gobernante, Satanás. Hay incluso Cristianos están siendo liberados de obras muertas donde han creído que tienen que realizar obras para estar en rectitud con Dios. 


Su ídolo— el enfoque propio, les ha impedido reconocer y recibir Su gracia para cumplir en la tierra lo que Él ha predestinado para ellos de antemano para que puedan operar en la tierra en asociación (cooperando) con Él para gobernar la tierra y traer Su Reino a las circunstancias que los rodean para que otros a lo que Dios tiene para ellos. La identidad de estas personas que Han perseguido ídolos está en el lugar equivocado. 


Ellos tienen que entender que por medio de su aceptación de lo que Cristo hizo en la Cruz para el perdón de sus pecados y de recibirlo como su Señor y Salvador, ellos se han hecho hijos de Dios que son amados, justificados y hechos justos. Su aceptación de lo que El hizo por ellos los limpia de toda culpa y, por Su gracia, pueden entrar a participar de las obras de Jesús para conquistar territorio para Su Reino. Estas cosas son reveladas a ellos por medio de su relación con Dios y la guía de Su Espíritu Santo. Por lo tanto, el tratar de vivir de obras muertas que no tienen ningún valor eterno (Dios no los reconoce para la salvación de ellos) los hace seguir viviendo en idolatría. Salmos 24:3-6 dice,


«¿Quién merece subir al monte del Señor? ¿Quién merece llegar a su santuario?» «Sólo quien tiene limpias las manos y puro el corazón; Sólo quien no invoca a los ídolos ni hace juramentos a dioses falsos. Quien es así recibe bendiciones del Señor; ¡Dios, su salvador, le hace justicia!» Así son todos los que te buscan, los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob.” RVC


Dios está llamando a aquellos que buscarán Su rostro (Su presencia) y pasarán de perseguir ídolos de todo tipo a buscar conocerlo y seguirlo a El. Los versículos 3-5 también dicen en la versión Dios Habla Hoy, “¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede permanecer en su santo templo? El que tiene las manos y la mente limpias de todo pecado; el que no adora ídolos ni hace juramentos falsos. El Señor, su Dios y Salvador, lo bendecirá y le hará justicia.” DHH


Vale la pena repetir que Jesús se convirtió en pecado cuando Él no tenía pecado para que tuviéramos vida eterna y escapáramos de las consecuencias de nuestra naturaleza pecaminosa heredada de Adán. Su sacrificio fue de una vez por todas para que no tuviéramos que seguir los rituales exigidos por la ley para ser limpios del pecado sólo temporalmente (durante un año). Su Sangre fue derramada para santificarnos, purificarnos y limpiar nuestra conciencia de una vez por todas de las obras muertas para servir al Dios viviente. Hechos 15:28-29 nos dice que no tenemos que vivir bajo estas cargas. Dice,


"Pues ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros no imponer sobre ustedes ninguna carga aparte de estas cosas necesarias: que no coman carne de animales ofrecidos en sacrificio a los ídolos, que no coman sangre ni carne de animales estrangulados y que eviten los matrimonios prohibidos. Si se guardan de estas cosas, actuarán correctamente. Saludos.’” DHH


Isaías 53:3-6 también nos revela el sacrificio de nuestro Señor Jesús por todos nosotros cuando todos pensaban que Dios lo había azotado y rechazado, pero fue nuestro pecado lo que se puso sobre Él. Él cedió Su vida para salvarnos del castigo que merecíamos, la condenación que nos esperaba en el infierno por nuestra vida pecaminosa de confiar en las obras muertas, ya que confiábamos más en un enemigo que quería que viviéramos en la derrota y la muerte. En Su amor, nuestro Señor Jesús tomó sobre Sí la destrucción y la derrota que el enemigo tenía para nosotros, para que en vez tengamos por Su gracia, vida eterna y vivamos nuestra vida abundantemente en todas las áreas. Dice,


 “Fue despreciado y rechazado: hombre de dolores, conocedor del dolor más profundo. Nosotros le dimos la espalda y desviamos la mirada; fue despreciado, y no nos importó. Sin embargo, fueron nuestras debilidades las que él cargó; fueron nuestros dolores los que lo agobiaron. Y pensamos que sus dificultades eran un castigo de Dios, ¡un castigo por sus propios pecados! Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros pecados. Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz; fue azotado para que pudiéramos ser sanados. Todos nosotros nos hemos extraviado como ovejas; hemos dejado los caminos de Dios para seguir los nuestros. Sin embargo, el Señor puso sobre él los pecados de todos nosotros.” NTV


Más en la siguiente enseñanza. Sólo a Dios sea toda la gloria. * 


Imagen de Google Images

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