Libertad para recibir a través del perdón
- esta es la enseñanza final de esta serie, pero no la menos importante de
todas las que hemos mencionado que nos ayudarán a recibir respuestas a nuestras
oraciones. Ninguna de estas posturas funcionará si no hay perdón en nuestros
corazones. Podemos confesar y reclamar las cosas que queremos ver manifestadas (Marcos
11:22-24), orar juntos en común acuerdo con otros porque la Biblia dice que
donde dos o más se reúnen para pedir algo en acuerdo, nuestro Padre celestial lo
cumplirá (Mateo 18:19), o podemos tratar de usar cualquiera de las otras
posturas de oración. Sin embargo, necesitamos cumplir dos condiciones
principales cuando le pedimos a Dios cualquier cosa:
1-Lo que pedimos debe ser la voluntad del Padre para
nosotros (Mateo 7:21).
2-Tenemos que venir a Él libres de rencores cuando
oramos. Mark 11:25-26 advierte,
25 “Y
cuando oren, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que también su
Padre que está en los cielos les perdone a ustedes sus ofensas. 26 Porque
si ustedes no perdonan, tampoco su Padre que está en los cielos les perdonará a
ustedes sus ofensas.’” RVC
Es primordial que tomemos tiempo para examinar
nuestros corazones y permitir que Dios nos muestre si hay rencor hacia alguien porque
si no hemos liberado a aquellos que nos han herido, nos han ofendido, se
burlaron de nosotros, nos calumniaron y hablaron chismes de nosotros, o nos
maltrataron de alguna manera, no podemos recibir lo que le estamos pidiendo a
Dios que haga por nosotros. Veamos un par de ejemplos de este importante
principio de perdonar a otros o a nosotros mismos antes de recibir respuestas a
nuestras oraciones encontrado en la Biblia.
El ejemplo de Job - mencionamos
en otras enseñanzas de esta serie que Job recibió una doble porción de herencia
cuando oró por sus amigos. Pero la razón por la que sus amigos vinieron a él
para que orara por ellos es porque habían hablado mal de él y lo culparon por todo
lo que le estaba pasando sin entender que él estaba en un proceso que Dios le
permitió pasar antes de que pudiera ser confiado con las verdaderas riquezas del
Reino y rangos superiores de autoridad en el espíritu. Ellos pensaron e incluso
dijeron que Job debía haber estado en pecado, y es por eso que él estaba
pasando por todo lo que él atravesó.
Sin embargo, ellos no sabían que al hacer eso, se auto-provocaron
entrar en el mismo proceso en el desierto de pruebas que Job pasó porque
juzgaron mal el hombre ungido de Dios. Su juzgamiento violó el principio que
dice ' no toques a mi ungido y no hagas daño a mis profetas. ' 1 Crónicas
16:2-22 dice:
20 “Andaban
de nación en nación,
y de un reino a otro reino;
21 pero Dios no dejó que lo agraviaran,
sino que por ellos castigó a los reyes
22 y dijo: «¡No toquen a mis ungidos!
¡No les hagan daño a mis profetas!’” RVC
y de un reino a otro reino;
21 pero Dios no dejó que lo agraviaran,
sino que por ellos castigó a los reyes
22 y dijo: «¡No toquen a mis ungidos!
¡No les hagan daño a mis profetas!’” RVC
Así que, para que no recibieran aquello a lo que se habían
abierto, Dios ordenó a los amigos de Job que fueran a darle una ofrenda que Él
les especificó para Job, y Job oraría por ellos porque Dios respondía sus
oraciones, pero no las oraciones de aquellos que hablaron mal de él y lo
acusaron falsamente. Pero también está el aspecto de que Job necesitaba perdonarlos.
Sin el perdón, él no pudo haber orado y recibir respuestas de Dios. Su corazón
necesitaba estar limpio y libre de rencor, amargura y resentimiento hacia ellos,
porque entendía que Dios tenía un propósito en permitir incluso que otros lo
acusaran y tuvieran actitudes erróneas hacia él, porque eso le ayudó a
asegurarse de que su corazón estaba bien con Dios, a pesar de lo que otros
pensaban de él.
El ejemplo de José –
sabemos que los hermanos de José estaban celosos de él y querían matarlo. José
les había hablado de sus sueños, pero eso no ayudo las cosas para él. En lugar
de matarlo, sus hermanos lo arrojaron a un hoyo y más tarde lo vendieron a un vendedor
de esclavos egipcio. Allí, en Egipto, tuvo que saltar muchos obstáculos. Entre ellos,
José tuvo que huir de la lujuriante atracción de la esposa de Potifar que lo
llevó a la cárcel porque fue acusado falsamente.
Allí en la prisión fue ascendido como administrador, y
el Espíritu Santo le dio la interpretación de los sueños del panadero y del
mayordomo que restauró al mayordomo de nuevo al Palacio para servir al Faraón.
El mayordomo le había prometido a José que le pediría al Faraón que lo sacara
de la cárcel, pero pasaron un par de años antes de que eso sucediera. José
llegó al Palacio después de un tiempo, y se convirtió en el segundo al mando después
del Faraón. Su posición fue estratégica y ayudó a hacer de Egipto el país más
rico e importante del mundo en esos tiempos debido a la sabiduría para la
administración que Dios le había dado a José.
Sin embargo, cuando la sequía se había desatado en
otras partes del mundo, incluyendo la tierra donde vivían el padre y los
hermanos de José, ellos terminaron viniendo a Egipto para encontrar alivio de
la sequía. Después de algunos encuentros con sus hermanos, José finalmente les
dijo quién era porque su popularidad y rango de autoridad en ese país lo habían
hecho rico y sus hermanos no lo habían reconocido. Una vez que él se reveló a
ellos, él tenía la opción de elegir el vengarse por sí mismo o el perdonarlos
por lo que le habían hecho años anteriores. Él eligió perdonarlos y la familia
se pudo reconciliar. También pudo ver a su padre de nuevo y ser el que les
ayudó a ser completamente aliviados de la sequía cuando se mudaron a Egipto
para estar con José.
Sin perdonar a sus hermanos, José no habría podido
disfrutar plenamente de la recompensa que Dios tenía para él en Egipto, el
lugar donde más sufrió. Lo que, es más, su posición e influencia en la tierra
habría sido de corta duración porque si hubiera usado su autoridad para
vengarse, Dios lo habría removido porque la razón por la que Dios lo envió por
delante de su familia, era para ayudarlos durante el tiempo en que ellos más lo
necesitaban. Afortunadamente, el eligió
reconciliarse con su familia y asegurarse de que no sufrirían la hambruna que otros
tuvieron que soportar durante siete largos años.
Las finanzas y el rencor – otro
aspecto importante de nuestro caminar como creyentes cuando se trata de dar
ofrendas a Dios es que, cuando venimos al altar a darle a Dios de lo que Él nos
dio, si nuestro corazón tiene algo en contra de otra persona, u otra persona
tiene algo contra nosotros y lo sabemos, estamos obligados a hacer lo mejor que
podamos para resolver el problema, asegurándonos de que perdonamos y somos
perdonados, para que podamos darle una ofrenda limpia al Señor. Mateo 5:23-24
dice:
23 “Por
tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene
algo contra ti, 24 deja allí tu ofrenda delante del
altar, y ve y reconcíliate primero con tu hermano, y después de eso vuelve y
presenta tu ofrenda.” RVC
Esto es clave de obedecer porque el dinero tiene voz,
y si lo que está hablando de nosotros es la revelación de lo que está en
nuestros corazones hacia otros, o que otros fueron heridos o perjudicados por
nosotros y no hemos hecho nada al respecto, y de esta manera estamos violándolos
a ellos y a este principio del Reino, nuestra ofrenda hablará en contra de
nosotros, en lugar de a favor de nosotros. Recuerden lo que Gálatas 6:7 dice,
No se engañen. Dios no puede ser burlado. Todo lo que
el hombre siembre, eso también cosechará. RVC
Ciertamente no queremos sembrar que Dios no nos libere
de nuestras ofensas porque no hemos perdonado las ofensas de nuestro hermano o
hermana (Mateo 6:14-15). También no queremos ver que el daño o la herida que le
causamos a otros vengan sobre nosotros porque fuimos descuidados con los demás
y sembramos las semillas equivocadas para nosotros mismos en nuestro tiempo de
necesidad. Lucas 6:36-38 ofrece para nosotros el patrón que debemos seguir para
recibir de Dios en abundancia cuando le damos ofrendas, incluyendo ofrendas de
dinero. Dice,
36 “Sean
ustedes compasivos, como también su Padre es compasivo.
37 ‘No
juzguen a otros, y Dios no los juzgará a ustedes. No condenen a otros, y Dios
no los condenará a ustedes. Perdonen, y Dios los perdonará. 38 Den
a otros, y Dios les dará a ustedes. Les dará en su bolsa una medida buena,
apretada, sacudida y repleta. Con la misma medida con que ustedes den a otros,
Dios les devolverá a ustedes.’” DHH
No podemos reclamar para nuestras vidas el versículo
38 mientras descuidamos los versículos anteriores en este pasaje. Necesitamos
seguir el procedimiento apropiado y podemos ver en estos versículos que
primero, necesitamos asegurarnos de que no hablemos contra otros, incluyendo
aquellos que nos han ofendido o lastimado. También estamos amonestados a no
tratar de tomar la posición de Dios como juez para señalar con el dedo y
condenar o declarar a otros culpables. Pero debemos dejar la venganza solo en
las manos de Dios (Romanos 12:19). Lo que se espera de nosotros en cambio, es
que los perdonemos y los liberemos de lo que han hecho contra nosotros, y
busquemos ayuda si la herida y la ofensa fueron severas y necesitamos un toque sanador
profundo de nuestro Señor.
Hay otras fuentes, pero estoy incluyendo aquí un artículo de Katie Souza
de los Ministerios “Extended End” en Maricopa, Arizona publicado por elijahlist.com. Yo
misma utilizo este procedimiento para ayudarme cada vez que veo la necesidad de
sanación en mi alma o Dios me pide que lo busque para ser sanada de heridas
pasadas. Sigue el enlace aquí para la version en inglés. "Three Basic Steps for Inner healing"
Sigue el enlace aqui para la versión en espaňol que tambien tiene un par de explicaciones mias. "Tres Pasos Basicos Para la Sanacion Interna"
Hemos mencionado antes que cuando juzgamos y señalamos
el dedo a otros y elegimos caminar con rencor hacia otros por lo que nos hicieron,
nos abrimos para que el mismo espíritu que los oprimió a ellos e influencio
para que nos hirieran daño venga y nos oprima a nosotros y también nos influencie
para hacerle el mismo tipo de daño a otros. Necesitamos recordar el adagio que
dice que cuando apuntamos un dedo a otros, cuatro dedos también nos apuntan a
nosotros.
Esto es cierto porque nos convertimos en aquello a lo
que no perdonamos de otros. No podemos vivir nuestras vidas siendo legalistas y
pensar que todo el mundo debe ser castigado y que podemos mantener una lista de
lo que se nos ha hecho, pero olvidamos que otros también pueden estar guardando
una lista de lo que les hemos hecho 1 Corintios 13:5). Es primordial que
busquemos la sanación de nuestros corazones porque eso también nos ayuda a
discernir y evaluar las circunstancias que nos rodean y el verdadero motivo de los
corazones de otras personas de la manera correcta.
Eso también nos ayuda a caminar como creyentes maduros
y ser conocidos por el amor de Dios en nuestros corazones (Mateo 5:5) que se
demuestra en cómo lidiamos con las circunstancias en nuestras vidas y las
personas involucradas para que podamos separarlas de las cosas que ellos han
hecho contra nosotros. En otras palabras, juzgamos el pecado, pero no el
pecador. Esta es otra forma en la que nos separamos del mundo porque nos hemos
convertido en agentes de salvación,
sanación, liberación y restauración, ya que permitimos que el amor perfecto de
Dios en nosotros expulse sus temores. 1 Juan 4:18 dice:
“En esa clase de amor no hay temor, porque el amor
perfecto expulsa todo temor. Si tenemos miedo es por temor al castigo, y esto
muestra que no hemos experimentado plenamente el perfecto amor de Dios.”
NTV
Muchas personas viven con el miedo, que abre el camino
para la falta de perdón, el orgullo, la ira, el resentimiento, la amargura, y otros
pecados, porque no quieren ser heridos u lastimados nuevamente, y es la razón por
la que la mayoría de ellos no perdona. Pero cuando permitimos que nuestro
amoroso Padre haga un trabajo profundo de eliminar cada capa de dolor y de ideas
de que Él no nos ama o que otros no pueden amarnos, podemos ser liberados de un
corazón huérfano, y en su lugar, permitir que su paz que sobrepasa todo
entendimiento guarde nuestras mentes y nuestros corazones (Filipenses 4:6-7), y
de esa manera , podemos extender esa misma paz a los que nos rodean tanto como
podamos, porque se nos ha ordenado vivir en paz con todos lo mejor posible.
Romanos 12:18 dice esto, “Hasta donde dependa de
ustedes, hagan cuanto puedan por vivir en paz con todos.” DHH
Elegir caminar en obediencia a este mandato y pedirle
a Dios que nos ayude a obedecer su palabra para estar en paz con los que nos
rodean tanto como sea posible, nos ayuda a ser desarrollados en los frutos del
espíritu encontrados en Gálatas 5:22-24 que dice,
22” En
cambio, el Espíritu de Dios nos hace amar a los demás, estar siempre alegres y
vivir en paz con todos. Nos hace ser pacientes y amables, y tratar bien a los
demás, tener confianza en Dios, 23 ser humildes, y
saber controlar nuestros malos deseos. No hay ley que esté en contra de todo
esto. 24 Y los que somos de Jesucristo ya hemos
hecho morir en su cruz nuestro egoísmo y nuestros malos deseos.” TLA
Lo que, es más, caminar en los frutos del espíritu listados
esta vez por la versión Reina Valera Contemporánea que en Gálatas dice 5:22-23,
22 “Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre,
templanza. Contra tales cosas no hay ley.” RVC
Queremos ver las señales y milagros que Dios promete
que nos seguirán porque creemos (Marcos 16:17-18) y elegimos caminar en amor y
perdón hacia los demás y esto a su vez nos ayudara a que se manifiesten a través
de nosotros los dones del espíritu declarados en 1 Corintios 12:6-11 para
beneficios de los que nos rodean:
6 “Se
pueden realizar distintas actividades, pero es el mismo Dios quien da a cada
uno la habilidad de hacerlas. 7 Dios nos enseña
que, cuando el Espíritu Santo nos da alguna capacidad especial, lo hace para
que procuremos el bien de los demás.8 A algunos, el
Espíritu les da la capacidad de hablar con sabiduría, a otros les da la
capacidad de hablar con mucho conocimiento, 9 a
otros les da una gran confianza en Dios, y a otros les da el poder de sanar a
los enfermos. 10 Algunos reciben el poder de hacer
milagros, y otros reciben la autoridad de hablar de parte de Dios. Unos tienen
la capacidad de reconocer al Espíritu de Dios, y de descubrir a los espíritus
falsos. Algunos pueden hablar en idiomas desconocidos, y otros pueden entender
lo que se dice en esos idiomas. 11 Pero es el
Espíritu Santo mismo el que hace todo esto, y el que decide qué capacidad darle
a cada uno.” TLA
Por lo tanto, seamos personas que perdonamos
rápidamente y a menudo, porque se nos manda perdonar hasta 70 veces 7 (Mateo
18:27). Esto significa que perdonamos siempre y perdonamos a todo el mundo
porque también necesitamos perdón cuando hacemos cosas con conocimiento o
desconocimiento que puedan herir u ofender a otros. Así que, recordemos que, si
queremos ser usados de Dios con fuerza, necesitamos liberar a otros que nos han
causado daño o nos han ofendido si no queremos ser oprimidos de una manera que
nos haga hacer lo mismo con otros. Sólo Dios sea toda la gloria. ■
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