Génesis 4:7
“Si haces
lo correcto, siempre te aceptaré con agrado, pero si haces lo malo, el pecado
está listo para atacarte como un león. ¡No te dejes dominar por él!’”
TLA
El camino de la rectitud que lleva a la santidad es uno
que conlleva trabajo, determinación y visión para perseguirlo y mientras
viajamos a través de él, es bueno advertir que se hace más estrecho y empinado.
No muchos permanecen en él porque tenemos que soportar mucho tiempo para poder
seguir su curso, pero al final, trae grandes recompensas. Mateo 7:13-14 dice:
13 “Entren
por la puerta angosta. Porque la puerta y el camino que llevan a la perdición
son anchos y espaciosos, y muchos entran por ellos; 14 pero
la puerta y el camino que llevan a la vida son angostos y difíciles, y pocos
los encuentran.” DHH
En este camino hay una elección constante entre seguir
los caminos de Dios y abandonar las cosas de este mundo que están bajo el
gobierno del príncipe del poder del aire (Efesios 2:2). Es por eso que muchos
son llamados, pero pocos son elegidos para continuar en él (Mateo 20:16;
22:14). Se necesita sacrificio y un precio que pagar para permanecer en este
camino que muchos no están dispuestos a pagar, por lo que permanecen en el
pecado.
Muchos realmente aman al Señor y quieren seguir sus
caminos, sin embargo, las cosas que consumen en su vida diaria hacen que ellos
se descarrilen y se alejen del camino de la justicia y la santidad. No estoy
hablando sólo de comida. Vemos en el pasaje inicial que el pecado llamaba a
Caín hasta que pudo acercarse a su puerta y entrar. Como dice la escritura,
debemos aprender a dominarlo antes de que nos domine. ¿Pero cómo podemos lograr
dominar el pecado? Alimentándonos con las cosas que nos exponen a la rectitud y
la santidad (que nos distingue de los caminos del mundo) y con la obediencia a
todo mandato de Dios.
El pecado que dominó a Caín se convirtió en un
pensamiento que el comenzó a entretener, luego se convirtió en una visión que
quería ser cumplida, contaminó su corazón con ira, celos y envidia hasta que se
convirtió en odio hacia su hermano. Él vio las cosas que su hermano hizo como
mejor y más grandes que lo que él era capaz de lograr porque estaba contaminado
con el espíritu Anticristo que se alimentaba de su complejo de inseguridad e
inferioridad. Su pensamiento asesino se convirtió en un plan hasta que encontró
la oportunidad de manifestar lo que lo consumía.
Así es como el pecado se convierte en acción en
nuestras vidas. Entra por las puertas de nuestros ojos por las cosas que vemos
en la televisión, en el cine o en las revistas. También por las cosas que oímos
en la radio o por las bocas de otros que nos rodean, la música que elegimos
escuchar con las palabras y las actitudes que permitimos que entren por nuestra
puerta del oído. O por las personas que permitimos en nuestras vidas, las malas
compañías que nos atraen a ver, escuchar, o ir a lugares para hacer lo que
pervierte y atraviesa nuestros corazones hasta que nos volvemos duros y
entumecidos a lo que es correcto.
Cuanto más hacemos esto, más caminamos por el
camino ancho, amplio y fácil que lleva a la muerte y llama a lo malo bueno y a lo
bueno malo (Isaías 5:22). Cada vez que comprometemos nuestros valores morales y
oímos un lenguaje burdo que deshonra y avergüenza y trae terror y enojo y
deseos sexuales que son ilegales porque no estamos casados con la persona, nos
corta en el interior de nosotros hasta que nos transforma en la imagen y
semejanza de aquello que permitimos continuamente entrar.
Algunos se comprometen por la soledad y permiten que
las personas equivocadas que podrían sonar y parecer tener buenas intenciones
para con ellos, en realidad viven vidas que están lejos de la voluntad de Dios y
se acercan e influyan en ellos que les permiten su entrada. Otros lo hacen por
miedo a no ser apreciados por sus compañeros, temen el ridículo y la exposición
como alguien que no es lo suficientemente bueno como para ser contado como amigo(a)
o camarada, otros lo hacen para encubrir lo que les hace daño y pretender que
tienen lo que se necesita para sobresalir incluso con los métodos erróneos y el
lugar equivocado para ellos, la gente equivocada, y las circunstancias
equivocadas que podrían atraparlos a la destrucción.
Muchos pueden haber empezado a querer hacer lo
correcto, amar a Dios y desear seguir sus caminos hasta que estimaron que el
precio que se les pedía pagar era demasiado alto. Por lo tanto, se volvieron
reacios a sacrificar más de lo que habían negociado para ir tras la perla de
gran precio que es el Reino y su justicia. Mateo 13:45-46 muestra el nivel de
profundidad, de dedicación, y determinación que debemos tener hacia las cosas
del Reino de Dios para poder permanecer en el estrecho camino que lleva a la
vida,
45 “Sucede
también con el reino de los cielos como con un comerciante que andaba buscando
perlas finas; 46 cuando encontró una de mucho
valor, fue y vendió todo lo que tenía, y compró esa perla.”
DHH
Así que para que nos cuenten entre los justos,
humildes, arrepentidos, fieles, y con un corazón dispuesto a perseguir y
obedecer lo que está en el corazón de Dios, necesitamos hacer lo contrario de
lo que el mundo hace. Como se mencionó anteriormente, la santidad requiere que
caminemos separados de las cosas de este mundo. Sí, estamos en este mundo, pero
no somos de él. Juan 15:16 dice:
“Ustedes
no me escogieron a mí, sino que yo los he escogido a ustedes y les he encargado
que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre les dará
todo lo que le pidan en mi nombre.” DHH
Venimos de otro Reino, un Reino cuya fundación son la justicia,
la verdad, el amor, bondad, y la misericordia (Salmo 89:14; 97:2). Esto
significa que nuestras vidas deben ser consumidas con los caminos de este Reino
y para eso debemos familiarizarnos con su gobernante y Rey. Su nombre es Jesús,
el que hace que nuestro yugo sea fácil y nuestra carga sea liviana (Mateo
11:30), ya que Él toma cada carga que no somos capaces de llevar por nosotros
mismos, porque debemos elegir darle las cargas a Él con el fin de poder caminar
en este estrecho camino. El Salmo 37:5 dice:
“Pon tu vida en las manos del Señor;
confía en él, y él vendrá en tu ayuda.” DHH
confía en él, y él vendrá en tu ayuda.” DHH
Nos mantenemos en el camino de la justicia y la
santidad al permitir que su palabra sea profundamente arraigada en nosotros.
Esto lleva tiempo porque debemos convertirnos en un buen suelo para que su
palabra que nos muestra los caminos del Reino pueda germinar y producir un buen
fruto en nosotros que sale de nosotros a través de las cosas que pensamos los
cuales producen las palabras que pronunciamos y las cosas que hacemos
Proverbios 23:7a dice, 7 “pues como piensa dentro de
sí, así es…”
Lucas 6:45 también dice: “El hombre bueno, del buen
tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del
mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón
habla su boca.” LBLA
La Biblia dice que somos conocidos como hijos de Dios
por nuestro fruto. Este es el fruto de la rectitud y la santidad que nos ayuda
a no comprometernos con los caminos de este mundo. Mateo 12:33 nos dice:
“’Si
el árbol es bueno, dará buen fruto; si el árbol es malo, dará mal fruto; pues
el árbol se conoce por su fruto.” DHH
Para esto, tenemos la necesidad de pasar tiempo con
nuestro Creador y Señor porque Él es justo y Santo, y si queremos caminar como
personas hechas a la imagen y semejanza de nuestro Padre, a través de su Hijo
por su Espíritu Santo (Génesis 1:27) , la intimidad con El en la oración,
leyendo su palabra, alabando y glorificándolo, meditando en su palabra,
ayunando, y buscando escuchar las palabras que salen de su boca.
El aprender a escuchar su voz y poder diferenciarla de
la voz del acusador enemigo y hacerla nuestra principal forma de comunicación
con Él, debe convertirse en nuestro estilo de vida porque aparte de Él no
podemos hacer nada.
Juan 15:5 dice:
“Yo soy la vid, y ustedes son las ramas. El que
permanece unido a mí, y yo unido a él, da mucho fruto; pues sin mí no pueden
ustedes hacer nada.” DHH
Esto también ayuda a que el suelo de nuestro corazón
esté libre de las cosas contaminadas de este mundo, tales y como todas las
formas de mentiras del enemigo, cada daño y herida en nuestra alma que produce
ideas oscuras y legalistas y conceptos en el filtro de nuestra mente a través
de fortalezas y mentalidades que son opuestas a Él y a su palabra, toda
doctrina engañosa y cosa abominable que produce la maldad la cual conduce al
mal comportamiento ante la vista de Dios. Estas maneras abominables se
encuentran en Proverbios 6:16-19 que dice:
16 “Hay seis
cosas, y hasta siete,
que el Señor aborrece por completo:
17 los ojos altaneros,
la lengua mentirosa,
las manos que asesinan a gente inocente,
18 la mente que elabora planes perversos,
los pies que corren ansiosos al mal,
19 el testigo falso y mentiroso,
y el que provoca peleas entre hermanos.” DHH
que el Señor aborrece por completo:
17 los ojos altaneros,
la lengua mentirosa,
las manos que asesinan a gente inocente,
18 la mente que elabora planes perversos,
los pies que corren ansiosos al mal,
19 el testigo falso y mentiroso,
y el que provoca peleas entre hermanos.” DHH
Muchas de estas cosas vienen porque nos preocupamos de
querer controlar y manipular nuestros caminos en la vida, buscando alguna forma
de piedad con algunas escrituras que estén de acuerdo con nuestro pensamiento,
pero cuando encontramos una palabra del Señor que no está de acuerdo con nuestra
mentalidad, entonces la abandonamos y preferimos los caminos del mundo que
ahogan la palabra de Dios de nuestros corazones, y en cambio, nos llevan al
camino ancho y amplio que al final lleva a la muerte. Lucas 8:12-15 explica la
diferencia entre en un corazón que es una buena o una mala tierra diciendo:
2 “y la
parte que cayó por el camino representa a los que oyen el mensaje, pero viene
el diablo y se lo quita del corazón, para que no crean y se salven. 13 La
semilla que cayó entre las piedras representa a los que oyen el mensaje y lo
reciben con gusto, pero no tienen suficiente raíz; creen por algún tiempo, pero
a la hora de la prueba fallan. 14 La semilla que
cayó entre espinos representa a los que escuchan, pero poco a poco se dejan
ahogar por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, de modo
que no llegan a dar fruto. 15 Pero la semilla que
cayó en buena tierra, son las personas que con corazón bueno y dispuesto
escuchan y hacen caso del mensaje y, permaneciendo firmes, dan una buena
cosecha.” DHH
Lo que, es más, para que nos convirtamos en un buen
suelo, necesitamos permitir que la comida adecuada sea lo que consumimos. La
comida adecuada para nuestro tipo de suelo (hijos de Dios y ciudadanos del
cielo). Es decir, que al igual que no todas las plantas pueden crecer en el
mismo tipo de suelo y clima, parte del país o medio ambiente, necesitamos
llegar a ser el tipo adecuado de suelo que producirá un buen cultivo que es
saludable y se multiplica para alimentar a muchos. Es por eso que conseguir el
abono y compost de la palabra de Dios, la oración, y todo lo demás mencionado
arriba, todas estas cosas nos ayudarán a crecer en el conocimiento de Dios y de
los caminos de su reino.
También necesitamos reunirnos con personas de
mentalidad similar a la nuestra. Personas que van en la misma dirección que
nosotros, también con personas que tienen el tipo de testimonios que queremos
para nuestras vidas y que tienen la sabiduría y la comprensión de la palabra de
Dios para ayudarnos a alcanzar nuestros destinos y alcanzar el tipo de éxito en
Dios que buscamos. También tenemos que cerrar la puerta a las cosas mundanas que
pueden querer arrastrarnos a través de nuestra puerta del ojo, nuestra puerta
del oído, nuestra puerta de la boca, nuestra puerta de las manos, nuestra
puerta de la nariz, y nuestra puerta de los órganos sexuales.
Hay un montón de cosas de este mundo que alimentan el
miedo a través de su programación, incluso en formas sutiles. También alimentan
la oscuridad y los caminos al ocultismo que es idolatría y toda falsa forma de
adoración que apartan a las personas de Dios. Además, las cosas del mundo
alimentan el egoísmo, el orgullo, la soberbia y el odio y a subir presionando y
empujando o durmiendo (con pereza o teniendo sexo), o mintiendo y usando astucia
para alcanzar nuestro camino al éxito. El fin de todo esto es la destrucción. Proverbios
16:16-18 aclara para nosotros,
16 “Más
vale adquirir sabiduría que oro;
más vale entendimiento que plata.
más vale entendimiento que plata.
17 La norma
de los justos es apartarse del mal;
cuidar la propia conducta es cuidarse uno mismo.
cuidar la propia conducta es cuidarse uno mismo.
18 Tras el
orgullo viene el fracaso;
tras la altanería, la caída.” DHH
tras la altanería, la caída.” DHH
Todas estas cosas deben ser purgadas y podadas de
nosotros si queremos todo lo que Dios tiene para nosotros. Cuanto más nos
mostramos fieles a él, más Él nos puede confiar. Así que vamos a creer la
palabra de Dios y seguir su camino de justicia, rectitud y santidad que lleva a
una vida de abundancia al máximo, hasta que se desborda (Juan 10:10) y hacer lo
que dice Santiago 1:21,
“Así pues, despójense ustedes de toda impureza y de la
maldad que tanto abunda, y acepten humildemente el mensaje que ha sido
sembrado; pues ese mensaje tiene poder para salvarlos.”
DHH
Solo Dios sea toda la gloria. ■
Imágenes
cortesía de Google Images
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