Mateo 6:24
“Nadie puede servir
a dos señores; porque aborrecerá al uno y amará al otro, o se dedicará al uno y
menospreciará al otro. No pueden servir a Dios y a las riquezas.”
Muchos de nosotros hemos oído hablar de la doctrina de
dar esperando recibir en proporción o por encima de lo que hemos dado, pero
esto no es una doctrina Bíblica. Esto los puede alarmar, pero lo que se
practica aquí es en realidad la doctrina del comercio (donde se hace un intercambio
de un artículo o dinero para recibir una mercancia). El que hizo el comercio en
la escritura fue el diablo y a través de su principado de Baal (dios de la
agricultura a cargo del sistema económico satánico que es venerado por muchos
que practican el ocultismo y la idolatría) y su espíritu de avaricia/Mammon
(medio hombre-medio toro símbolo del dios de la riqueza obtenida por la
codicia).
Este es también el sistema utilizado en el mundo y
aquellos bajo la influencia de este Principado dan sólo con la expectativa de
recibir algo a cambio, especialmente para su propio beneficio. Un ejemplo de
esto es cuando Amán quiso dar 330,000 kilos de plata para ver que el pueblo
judío que vivía dentro de las provincias del gobierno del rey Asuero fuese
eliminado. Él intercambió el dinero con la expectativa de presenciar la
eliminación del pueblo judío en esa zona. Lo hizo por su propio beneficio al
ser utilizado por el enemigo para expandir su reino satánico en la tierra a
través de la posición de autoridad que ocupaba Amán. Esther 3:8-9 dice,
8 “Luego Amán dijo al rey Asuero:
—Hay
un pueblo disperso y separado entre los pueblos en todas las provincias de tu
reino, cuyas leyes son diferentes de las de cualquier pueblo. Ellos no observan
las leyes del rey y el rey no tiene ventaja en dejarlos vivir. 9 Si
al rey le parece bien, que se decrete por escrito que se los destruya, y yo
pesaré en manos de los administradores de las obras públicas trescientos
treinta mil kilos de plata, que serán traídos a los tesoros del rey.”
Ezequiel 28:16, 18 también nos describe las maneras
comerciales de Satanás que, después de servir al Señor cubriéndolo con su
adoración, se elevó con altanaería y orgullo y comenzó a hacer cosas que demostraban
que él esperaba recibir algo similar a la adoración que Dios estaba recibiendo
de él. Dice,
16 “” ‘A causa de tu gran comercio
te
llenaron de violencia y pecaste. Por eso, te expulsé del monte de Dios,
y un
querubín protector hizo que desaparecieras de en medio
de
las piedras de fuego."
18 "Por tus muchos pecados
y
por la iniquidad de tu comercio profanaste tu santuario.
Yo,
pues, hice que en medio de ti
se
desatara y te devorase el fuego.
Te
convertí en cenizas sobre la tierra ante los ojos de cuantos
te
observaban.”
Pero el tipo Bíblico de dar nos lleva a dar al Señor en
todo lo que hacemos, porque lo amamos y amamos a nuestro prójimo como hemos
aprendido a amarnos a nosotros mismos (Lee Lucas 10:27). Esto se debe a que
debemos poner nuestra fe (confianza) en Él y su poder para suministrar lo que
necesitamos y de esta manera estamos cumpliendo la ley del amor. Él solo es
nuestra fuente y podría llenarnos de su amor, afecto, provisión, gracia,
fuerza, compañerismo, apoyo, claridad mental, fortaleza espiritual, etc., y Él
nos da esas cosas según las riquezas de su gloria. Lo que es más, Él es capaz
de hacer extremadamente y abundantemente sobre todo lo que podíamos pedir o
pensar. Efesios 3:14-20 explica,
14 “Por esta razón doblo mis rodillas ante
el Padre, 15 de quien toma nombre toda familia en
los cielos y en la tierra, 16 a fin de que,
conforme a las riquezas de su gloria, les conceda ser fortalecidos con poder
por su Espíritu en el hombre interior 17 para que
Cristo habite en sus corazones por medio de la fe de modo que, siendo
arraigados y fundamentados en amor, 18 ustedes sean
plenamente capaces de comprender, junto con todos los santos, cuál es la
anchura, la longitud, la altura y la profundidad, 19 y
de conocer el amor de Cristo que sobrepasa todo conocimiento para que así sean
llenos de toda la plenitud de Dios.
20 Y a aquel que es poderoso para hacer
todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o pensamos, según el
poder que actúa en nosotros,”
Al leer Filipenses 4:14-20, podemos ver que el pueblo de
Filipo ayudó al apóstol Pablo en sus tiempos difíciles enviándole ayuda
financiera una y otra vez. Es evidente que ellos conociían el verdadero
principio Bíblico de dar y recibir donde dieron, especialmente para asociarse
con él con el fin de apoyarlo en el cumplimiento de su llamamiento en Macedonia
y Tesalónica. Por esto, entendieron que Dios mismo lo contaba a su cuenta como
ofrenda hecha a Él. También entendieron como el apóstol afirmó que Dios era el
que proveería todas sus necesidades de acuerdo con las riquezas de su gloria y
para su gloria solamente. La escritura dice,
14 “sin embargo, hicieron bien en participar conmigo en mi tribulación.
15 también saben, oh Filipenses, que al
comienzo del Evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó
conmigo en cuanto a dar y recibirse sino ustedes solos. 16 porque
aun a momento enviaron para mis necesidades una y otra vez. 17 no es
que busque donativo sino que busco fruto que abunde en la cuenta de ustedes. 18
sin embargo, todo lo que he recibido y tengo abundancia. Estoy lleno, habiendo
recibido de Epafrodito lo que enviaron, como olor fragante, un sacrificio
aceptable y agradable a Dios. 19 mi Dios, pues, suplirá toda
necesidad de ustedes conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. 20
A nuestro Dios y padre sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.”
De la misma manera, Mateo 6:19-21 nos amonesta, 19 “’No acumulen para ustedes tesoros en la
tierra, donde la polilla y el óxido corrompen, y donde los ladrones se meten y
roban. 20 Más bien, acumulen para ustedes tesoros
en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido corrompen, y donde los ladrones no
se meten ni roban. 21 Porque donde esté tu tesoro,
allí también estará tu corazón.”
No obstante, Lucas 6:37-38 ha sido un pasaje muy mal
entendido y ampliamente utilizado en la iglesia para explicar la entrega de
diezmos y ofrendas. Pero en realidad, lo que nos dice es que a medida que
damos, estamos sembrando. Sí, estamos sembrando no sólo en el área de las
finanzas para nuestros tiempos de necesidad, sino también para los tiempos en
que no deseamos ser juzgados, ni condenados, sino perdonados. Esto es cierto en
el área de las relaciones interpersonales cuando damos a otros que no nos están
dando en la misma proporción de amor, cuidado, atención, perdón, favor o
entendimiento que nosotros les damos a ellos. Pero también cuando somos
nosotros los que tenemos que aumentar en estas áreas para reconstruir la
confianza de los demás hacia nosotros. Para ello, es posible que necesitemos
perdón y otra oportunidad para dar y sembrar para la restauración de esas
relaciones que Dios nos ha dado que no valoramos antes. La escritura dice,
37 “’No
juzguen, y no serán juzgados. No condenen, y no serán condenados. Perdonen, y
serán perdonados. 38 Den, y se les dará; medida
buena, apretada, sacudida y rebosante se les dará en su regazo. Porque con la
medida con que miden se les volverá a medir’”.
Aquellos que siguen el sistema demoníaco del comercio se ofenden
y son rápidos para romper y dejar que sus relaciones se deterioren cuando otros
no hacen por ellos lo que esperan porque entran en la relación esperando algo
que se haga también a favor de ellos. Ellos han sido condicionados por la
influencia del gobernante de este mundo a no dar asi como si dieran al Señor
con el fin de ser una bendición para los demás. Pero la verdadera forma Bíblica
de dar dice que damos y sembramos el amor, el afecto, la comprensión, la
amistad, el honor y otras cosas a nuestros padres, hermanos, hijos, cónyuges,
amigos, jefes y otros, tal como queremos que nos den así como se describe en la
regla de oro (véase Lucas 6:31).
Con respecto a la psicología social empleada en este
mundo, se espera que vivamos bajo la ley de reciprocidad que dice, según
Google.com y traducido al español, que — "cuando alguien hace algo bueno
para ti, tendrás un impulso psicológico profundamente arraigado para hacer algo
agradable en devolución. De hecho, tú puedes incluso corresponder con un gesto
mucho más generoso que la buena obra original de ellos. "
Esto puede sonar bien, excepto cuando damos o hacemos
algo por otros con el motivo equivocado de esperar que algo se haga por
nosotros, pero nos decepcionamos cuando elegimos hacer lo que dice la escritura
con la idea de negociar en lugar de dar y confiar en Dios para suministrar lo
que necesitamos. Además, en muchos casos podemos estar haciendo el dar a otros,
pero lo que nos hace vacilar es esperar recibir de la gente como sólo Dios
puede darnos a nosotros debido a nuestra falta de intimidad y comunión con Él.
Es de allí de donde podemos recibir las cosas que necesitamos porque Él es un
recompensador de aquellos que lo buscan diligentemente y nos recompensa con lo
que necesitamos porque Él ya sabe que necesitamos.
Hebreos 11:6 nos dice, “De hecho, sin fe es
imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él
existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad.” NTV
Mateo 6:31-33 también nos indica, 31 “’Así que no se preocupen por todo eso
diciendo: ‘¿Qué comeremos?, ¿qué beberemos?, ¿qué ropa nos pondremos?’. 32 Esas
cosas dominan el pensamiento de los incrédulos, pero su Padre celestial ya
conoce todas sus necesidades.33 Busquen el reino de Dios por
encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que
necesiten.” NTV
Aquellos que no lo buscan, esperan que otros les den lo
que sólo Dios puede dar. Pero no estamos diseñados a dar como Dios da sin tener
ese tipo relación con Él. Un gran ejemplo del verdadero principio Bíblico de
dar a los demás a medida que damos al Señor, confiando en Él para abastecer
nuestras necesidades se encuentra en Efesios 6:5-8. Este ejemplo en particular
puede ser acerca de cómo debemos comportarnos en el mercado o lugares de empleo,
pero es una gran representación de cómo debemos dar a los que nos rodean. Nos
explica,
5 “Esclavos,
obedezcan a sus amos terrenales con profundo respeto y temor. Sírvanlos con
sinceridad, tal como servirían a Cristo. 6 Traten
de agradarlos todo el tiempo, no solo cuando ellos los observan. Como esclavos
de Cristo, hagan la voluntad de Dios con todo el corazón. 7 Trabajen
con entusiasmo, como si lo hicieran para el Señor y no para la gente. 8 Recuerden
que el Señor recompensará a cada uno de nosotros por el bien que hagamos,
seamos esclavos o libres.” NTV
Sólo a Dios sea toda la gloria. ▪
Imágenes
cortesía de Google Images
Escrituras tomadas de la Reina Valera Actualizada 2015 (RVA-2015)
a menos que se indique lo contrario.
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