Éxodo
5:15-16
15 “Entonces los jefes israelitas fueron a
quejarse ante el rey. Le dijeron:
—¿Por
qué nos trata así Su Majestad? 16 Su gente no sólo
nos exige que hagamos ladrillos, sino que ni siquiera nos da paja, y para colmo
nos golpea. Si no estamos entregando la misma cantidad de ladrillos, es por
culpa de ellos.”
El Señor me impulsó a abrir esta página de blog en el año
2012 el cual ha conducido a revelaciones como ésta para el cuerpo de Cristo
sobre cuál es el corazón de Dios para su pueblo y cómo sus líderes y miembros han
estado manejando o descuidando la aplicación de los principios de su Reino. Una
vez más, estamos tratando con el tema de dar a Dios en los diezmos y ofrendas.
El Señor ha visto cómo muchos de sus líderes se han
vuelto como Faraón en la manera en que tratan con las ovejas bajo su cuidado.
Ellos han construido un reino propio a expensas del rebaño que Dios les confió como
si fueran ellos sus esclavos en esta y otras áreas. No es nada nuevo ver la forma
en que muchos lideres se han hecho presa de la agenda del enemigo a través de los
relatos de historia Bíblicas en la que han adoptado la mentalidad del espíritu
de este mundo y las tendencias de Faraón, rey de Egipto.
Faraón, quien orquestó la opresión del pueblo de Dios y
exigió que ellos dieran su cuota de produccion de ladrillos aunque no tuvieran
los materiales requeridos para hacerlo, continúa oprimiendo al pueblo de Dios
en la iglesia. Hoy, esto se traduce en la forma en que muchas de las
congregaciones carecen del conocimiento o entendimiento necesarios de Dios y de
su Hijo Jesucristo como la cabeza de todo Cristiano (nosotros somos su cuerpo),
y de los caminos de su Reino que podrían ayudarles a vivir en alineamiento con
el orden de Dios al dar su diezmo y ofrendas y vivir bajo la influencia de su Espíritu
en todas las áreas de sus vidas.
De esta manera, pueden tomar lo que aprenden dentro de
las cuatro paredes y aplicarlo al ser usados de Dios en sus esferas de
influencia y autoridad. Sin embargo, su falta de conocimiento y entendimiento
de cómo llevar sus vidas de acuerdo a los propósitos de Dios, incluso en su
entrega a Dios, los ha convertido en violadores de sus principios y ahora están
lidiando con las consecuencias de sus violaciones. La falta de conocimiento y
entendimiento de sus líderes que en muchos casos los cruzó a la codicia y a la
ambición egoísta (adoración de Mammon), causó que los que los siguen también
abandonaran los principios de Dios aún cuando los preceptos encontrados en la palabra
de Dios se cumplirán haya comprensión de ellos o no. Oseas 4:6-7 dice,
6 “Mi pueblo no ha querido
reconocerme como su Dios,
y por eso se está muriendo.
¡Ni los sacerdotes me reconocen!
Por eso no quiero que sigan
sirviendo en mi templo.
Ya que olvidaron mis mandamientos,
yo también me olvidaré de sus hijos.
reconocerme como su Dios,
y por eso se está muriendo.
¡Ni los sacerdotes me reconocen!
Por eso no quiero que sigan
sirviendo en mi templo.
Ya que olvidaron mis mandamientos,
yo también me olvidaré de sus hijos.
7 “Mientras más sacerdotes había,
más gente pecaba contra mí;
por eso, en vez de premiarlos,
los voy a humillar.”
más gente pecaba contra mí;
por eso, en vez de premiarlos,
los voy a humillar.”
Gálatas 6:7-9 también nos expica, 7 “No
crean ustedes que pueden engañar a Dios. Cada uno cosechará lo que haya
sembrado. 8 Si seguimos nuestros malos deseos,
moriremos para siempre; pero si obedecemos al Espíritu, tendremos vida
eterna. 9 Así que no nos cansemos de hacer el bien
porque, si seguimos haciéndolo, Dios nos premiará a su debido tiempo.”
Otro ejemplo de la opresión que el pueblo de Dios ha
sufrido, que les causó incluso que rechasaran traer sus diezmos y ofrendas a
Dios se puede ver en 1 Samuel 2:12-17 que dice,
12-17 “Los hijos de Elí eran
muy malos y no
respetaban ni obedecían a Dios. Hacían cosas terribles con las ofrendas que la
gente llevaba al santuario.
Por
ejemplo, la Ley de Dios decía que, al presentar las ofrendas, primero se debía
quemar la grasa del animal y luego darle al sacerdote una porción de la carne.
Sin embargo, cuando la gente apenas iba a quemar la grasa, venía un sirviente
de los hijos de Elí y le decía al que presentaba la ofrenda: ‘Dame la carne que
le toca al sacerdote, para que yo se la prepare. Debo llevarla cruda porque el
sacerdote no la quiere ya cocida’.
A
veces alguien contestaba: ‘Déjame quemar primero la grasa, y luego te llevarás
lo que gustes’. Pero el sirviente le respondía: ‘Si no me la das ahora, me la
llevaré por la fuerza’.
Muchas
veces el sirviente llegaba con un tenedor, lo metía en la olla donde se estaba
cocinando la carne, y todo lo que sacaba era para los hijos de Elí.”
Aquí vemos cómo los hijos de Eli estaban más preocupados
por edificar su propio reino que de edificar el Reino de Dios en la vida del
pueblo. Ellos exigían que se ofrecieran las ofrendas a la manera de ellos e
incluso tomaban la carne ofrecida por la fuerza tal y como lo hacían los
conductores de esclavos del Faraón que obligaban a los israelitas a producir
por cualquier medio posible aún cuando no se tenian los materiales necesarios.
Hay líderes fieles que entienden su posición en nombre
del pueblo de Dios y se preocupan por edificar y empoderar estos templos de
Dios. Pero hay muchos otros atrapados en el torbellino de la codicia,
ambiciones egoístas, y siguiendo su propia agenda e ideologías a expensas del
pueblo de Dios y su desarrollo como cristianos maduros que se convierten en la
verdadera esposa de Cristo.
Esto también ha sido cierto para aquellos llamados a
formar parte de los cimientos de la casa de Dios — sus apóstoles y profetas.
Muchos de ellos han sufrido desprecio, persecución, y han sido dejados a sufrir
por sí solos, ya sea por falta de finanzas ó en sus ministerios y otras áreas
de sus vidas por permitir que Dios los use como su boca y pioneros que
supervisan los movimientos de su Espíritu en su casa. Números 18:30-32 nos
dice,
30-32 “’Cuando ya me hayan dado la mejor
parte, lo demás será para ellos. Se lo podrán comer donde quieran, junto con su
familia. Ése será su pago por servirme en el santuario. Diles que me obedezcan
y no me ofendan usando mal las ofrendas que los israelitas apartan para mí. De
lo contrario, morirán’.”
Además, Romanos 16:1-2 describe un ejemplo de lo que la
iglesia está obligada a hacer en nombre de las voces proféticas que no sólo
proporcionan los oráculos de Dios para su pueblo, sino que también proveen
protección contra los ataques del enemigo que el pueblo de Dios puede haberse
abierto a causa de su idolatría. Al no
tener autoridad sobre el enemigo por estar bajo su influencia o porque su nivel
de autoridad no coincide con el nivel del ataque demoníaco, o porque Dios los está
procesando en el desierto de las pruebas donde crecerán en sus rangos
espirituales de autoridad, Dios les manda estos profetas entre ellos para
proporcionar esa ayuda protectora. Dice,
1”Tengo muchas cosas buenas que decir
acerca de Febe, quien es líder en la iglesia de Puerto Cencreas, 2 y
ha entregado su vida al servicio del Señor Jesucristo. Recíbanla bien, como
debe recibirse a todos los que pertenecen a la gran familia de Dios. Ayúdenla
en todo lo que necesite, porque ella ha ayudado a muchos, y a mí también.”
Debido al tratamiento y al daño que han sufrido los
profetas ungidos de Dios, el Espíritu Santo ha sido apagado hasta el punto de
que aquellos ministerios que han maltratado a estos portadores de su Reino han
sido dejados para lidiar con el mismo destino que Eli y sus hijos sufrieron
como líderes: a ellos se les dijo “Ichabod” que siginifica que la gloria de
Dios se había alejado de ellos. Esta partida de la gloria de Dios de sus vidas
trajo la muerte a Eli y a sus hijos. De la misma manera, la muerte se
manifiesta en muchas formas en la vida de aquellos que han escogido defender
sus propias agendas y despreciado los mensajes y perseguido a los mensajeros de
Dios.
También muchos de aquellos que forman parte de las piezas
esenciales del corazón de Dios para su pueblo han dejado en muchos casos la
mesa de Dios para sentarse a comer de la mesa del enemigo. Pero es con Dios con
quien deben mantener una comunión constante y significativa. Esto es crucial
para que puedan obtener los nutrientes adecuados para el pueblo de Dios en
lugar de información contaminada, ya que han sido dejados solos y a encontrar
sus propios medios de sustento para ellos y sus hogares. Por esta razón y
muchos otras, Dios ha enviado a sus mensajeros a su casa para declarar la
purificación y el lavado que no pueden ser retenidos más tiempo comenzando con
sus líderes. Malaquías 3:1-5 testifica,
1-2 “El Dios todopoderoso ha dicho:
“¡Miren
al mensajero de mi pacto! Ustedes esperan su llegada, y él ya se ha puesto en
marcha. Lo estoy enviando delante de mí, para que me prepare el camino. Cuando
menos lo esperen, yo entraré en mi templo. Yo soy el Dios todopoderoso, a quien
ustedes buscan.
‘Mi
mensajero ya viene. Pero, cuando llegue, nadie va a poder resistir su
presencia. ¡Ese día nadie va a poder mantenerse en pie! Mi mensajero es como el
fuego que purifica los metales; es como el jabón que limpia la mugre. 3-4 Cuando
llegue, se sentará a borrar los pecados de los descendientes de Leví, como si
purificara oro y plata en el fuego. Así ellos podrán presentar las ofrendas de
la gente de Judá y de Jerusalén. Las presentarán como a mí me agrada, y yo las
recibiré con alegría, como antes las recibía”.
5 El Dios todopoderoso ha dicho:
‘Voy
a iniciar un juicio contra ustedes. Actuaré como testigo contra los que
practican la brujería, contra los que son adúlteros, contra los que hacen
juramentos falsos, contra los que explotan a sus trabajadores, contra los que
abusan de las viudas y de los huérfanos, contra los que maltratan a los que no
son israelitas, y contra los que me faltan al respeto.”
Una razón importante por la que Dios está haciendo esto
en su casa primero y no afuera en el mundo es porque estamos llamados a juzgar
los caminos del mundo que nos rodea, pero no al pueblo tanto como la influencia
del enemigo en ellos. El pueblo necesita sanación y el enemigo que los oprime
necesita ser echado por aquellos que tienen la autoridad para hacerlo, porque
no están influenciados por lo que ha influido a muchos líderes de la iglesia.
Los profetas traen el mensaje de Dios y lo que se
necesita para la liberación del pueblo. Los lideres no pueden hacer esto si se
comportan como el mundo que en realidad está juzgando a la iglesia por su
hipocresía al manifestar las mismas tendencias descritas en el versículo 5.
Mientras que la iglesia, comenzando con los líderes, esté bajo la influencia
del espíritu de esta época, no puede sacar esas cosas de las personas que
vienen a ser lavadas y limpiadas con el agua de la palabra y donde el Espíritu
del Señor y su fuego pueden quemar esas tendencias lejos de ellos.
Porque sabemos que el juicio de Dios comienza en su casa,
el objetivo principal de esta quema y limpieza es que su novia no se presente
ante Él en su venida con manchas y arrugas y se parezca más a la ramera del
mundo que a su amada novia. Antes de que ella pueda ser presentada ante Él pura
y sin mancha, Dios la está trayendo a través del horno para ayudarla a brillar
como el oro y la plata. Entonces las ofrendas hechas serán presentadas de una
manera que sea aceptable a Dios en nombre de sus líderes y siervos, así como
los necesitados en su casa y ya no traerán reproche, sino el temor reverencial
de Él al mundo que esta perdido, al igual ccomo sucedió en los tiempos del
libro de los Hechos.
Durante esos tiempos la gente fue llevada al conocimiento
de Dios y de Jesús nuestro Señor y el entendimiento de su gracia para nosotros
(2 Pedro 1:2). Este es un aspecto importante que condujo al aumento masivo de
la iglesia durante esos tiempos. Ellos fueron llevados a conocer y entender a Dios
Padre y a su Hijo como nuestro Señor — por lo tanto, ellos cedieron a la
madurez en los caminos del Reino que se puso a su disposición y a medida que
maduraban, su autoridad en el espíritu aumentaba y por lo tanto, pudieron caminar
en dominio en sus esferas de influencia y autoridad.
Así es como la mentalidad esclava fue removida de la
gente y en su lugar fueron transformados para pensar y comportarse como hijos e
hijas de Dios que aprendieron a recibir su gracia para caminar en su propósito
y destino. El espíritu de Faraón ya no podía gobernar en la casa de Dios
durante esos tiempos, y el conocimiento de Dios y de su hijo les ayudó a
gobernar y co-reinar con el Señor Soberano de sus vidas en todas las áreas con
audacia y éxito, incluso en medio de la persecución. Sólo a Dios ser toda la
gloria. ▪
Escritura tomada de la Traducción
del Lenguage Actual (TLA) a menos que se indique lo contrario.
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