En este nuevo extracto de mi próximo libro, en el quiero recalcar la
importancia de que los creyentes se levantanten para luchar por
Israel y recuperar lo perdido por la iglesia en poder y autoridad y
con el Espíritu Santo de Dios Altísimo como el capitán y líder de
este movimiento en la tierra en nombre de su pueblo. La razón
de este movimiento es para que podamos tomar dominio en la tierra que
Él nos ha prometido.
Esta es una temporada en la que no es suficiente buscar a Dios para
nosotros mismos y las cosas que nos pertienen sólo a nosotros. Al
igual que en el libro de Esther, ella junto con Mardoqueo, el rey y
los otros judíos que se unieron para derrotar al enemigo, veremos
este patrón y el principio de la unidad para luchar y trabajar para
lograr grandes avances y victorias en toda la Biblia. Una sóla
persona no pudo realizar la obra.
Por esta razón, necesitamos unirnos como un cuerpo y de acuerdo a la
dirección de Dios para luchar en unidad y uno para el otro para ver
grandes manifestaciones de su gloria y el poder para libertarnos,
ampliar nuestros territorios y ver grandes victorias
sobrenaturalmente. Jezreel es sinónimo de dominio, pero a esta clase
de dominio se llega luchando y trabajando en unidad, así que vamos a
obedecer el mandato y llamado de Dios en esta hora para todos sus
hijos, incluyendo la bendición
y beneficio a los judíos y la iglesia. A Él
sea toda la gloria.
.. .las naciones de la tierra vendrán a la luz de la iglesia que
será exaltada por encima de otras montañas como el lugar donde la
ley y la palabra de Jehová saldrán para enseñar a los hombres sus
caminos. Ellos seguirán al Señor
para caminar en su luz y gloria en todas las áreas de sus vidas
(Isaías 2; Miqueas 4). Este es un gran ejemplo de los judíos y los
creyentes Unidos como pueblo peculiar de Dios.
»En ese día, yo responderé
—dice el Señor—.
Le responderé al cielo cuando clame por nubes,
y el cielo contestará a la tierra con lluvia.
Entonces la tierra responderá a los clamores sedientos
del grano, de las vides y de los olivos.
Y ellos a su vez responderán:
“Jezreel” que significa “¡Dios siembra!”.
En ese tiempo yo sembraré una cosecha de israelitas
y los haré crecer para mí.
Demostraré amor
a los que antes llamé “no amados”.
Y a los que llamé “no son mi pueblo”,
yo diré: “Ahora son mi pueblo”.
Y ellos responderán: “¡Tú eres nuestro Dios!”». (Énfasis de la autora).
—dice el Señor—.
Le responderé al cielo cuando clame por nubes,
y el cielo contestará a la tierra con lluvia.
Entonces la tierra responderá a los clamores sedientos
del grano, de las vides y de los olivos.
Y ellos a su vez responderán:
“Jezreel” que significa “¡Dios siembra!”.
En ese tiempo yo sembraré una cosecha de israelitas
y los haré crecer para mí.
Demostraré amor
a los que antes llamé “no amados”.
Y a los que llamé “no son mi pueblo”,
yo diré: “Ahora son mi pueblo”.
Y ellos responderán: “¡Tú eres nuestro Dios!”». (Énfasis de la autora).
Un poco de historia nos iluminara para entender la importancia de
tener dominio en las áreas
que Dios nos ha llamado a poseer, pero llegar a ese dominio bajo la
guia de Dios. Este tipo de influencia de la iglesia en la tierra
prometida como lo fue en el valle de Jezreel ha sido impugnada por
muchas generaciones en tiempos bíblicos. Jezreel significa "Dios
siembra". El valle de Jezreel lleva ese nombre por la ciudad de
Jezreel, y era una ciudad del norte de Israel en el territorio
asignado a la tribu de Isacar. Marcó el límite entre Samaria al sur
y Galilea al norte, Meguido y la llanura de Meguido, también
conocida como la llanura de Esdraelón justo al oeste de Jezreel.
Había un gran tráfico a través de este valle porque formó una
ruta más fácil por el Levante (parte oriental del Mediterraneo) que
cruzar las montañas en ambos lados. También fue el sitio de muchas
batallas históricas. Uno de ellos fue la batalla de Megido.
Las tierras de Jezreel se dice que poseen algunas de las tierras más
fértiles y maravillosas vistas en Israel por lo que es el corazón
agrícola del país, rica en arollos. Lo rico y natural de esta
tierra fértil hizo de Jezreel un lugar muy codiciado y disputado y
quien controlaba el valle, tenía también control de la tierra y la
gente. Una de las batallas libradas en Jezreel que trajo la victoria
a los israelitas era la batalla liderada por Gedeón contra los
madianitas, los amalecitas y los hijos de Oriente (Jueces 6-7).
También fue el lugar donde Saúl y sus hijos fueron derrotados con
los israelitas por los filisteos que llegaron a ocupar la tierra (1
Samuel 31:6-7).
Años más tarde, el rey Acab construyó un palacio de verano en
Jezreel. Nabot, su vecino, era propietario de un viñedo muy
fructífero en la tierra que había heredado de sus antepasados. Acab
codiciaba el viñedo y quería hacer un jardín de vegetales en él,
pero cuando el le preguntó a Nabot si podría comprar su tierra,
Nabot se negó. Jezabel, la reina de Acab ideó un plan diabólico
que resultó en la muerte
de Nabot para que ella pudiera robar el viñedo para Acab. Esto trajo
el juicio de Dios sobre Acab, Jezabel y su casa que fue profetizado
por Elías, y los perros lamieron la sangre de Acab de su carruaje de
combate y se comieron la carne de Jezabel en Jezreel. (1 Reyes 21,
22:37-38, 2 Reyes 9:36).
Dios ha prometido restaurar Jerusalén y la iglesia para sí mismo y
darles dominio en la tierra al ser Él
reconocido nuevamente como su Dios y toda adoración de ídolos cese,
causándoles descansar de sus enemigos y como se señaló antes,
tendrán la luz y la gloria de Jehová que reposará
sobre ellos surgiendo de una relación amorosa duradera con el Dios
viviente.
Como se indicó antes, Dios es un Dios que ha sembrado las plantas
desde el principio de la creación. Génesis 2:8 dice: el Señor Dios
plantó un jardín hacia el Oriente del Edén, y allí puso el hombre
a quien él había formado.
Todo tu pueblo será justo;
poseerá para siempre su tierra,
pues yo lo plantaré allí con mis propias manos
con el fin de darme gloria a mí mismo. NLT.
poseerá para siempre su tierra,
pues yo lo plantaré allí con mis propias manos
con el fin de darme gloria a mí mismo. NLT.
Esta es una promesa al pueblo de Dios que se levanta para luchar y
trabajar en unidad con el fin de tomar dominio sobre sus áreas de
influencia y donde han sido llamados, para que el reino de Dios
pueda ser avanzado y ampliado en la tierra. Una persona no puede
hacerlo solo. Dios nos está llamando para unificarnos y
convertirnos en reyes que extiendemos el juicio de Dios a el enemigo
y también nos convierten en sacerdotes que extiendemos misericordia
y gracia a los perdidos y los caídos para que su camino hacia la
restauración puede comenzar. ▄
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