En esta nueva enseñanza proveniente de otro extracto de mi próximo
libro, quiero dar mi ejemplo y mi testimonio de cómo Dios me ha
usado para bendecir a mi comunidad y ayudar a otros en su momento de
necesidad. Es importante que nos convirtamos en conductos disponibles
para Dios que traemos salvación, sanación, restauración,
liberación y la provisión requerida en sus momentos de necesidad.
Cuando otros claman a Dios y Él
quiere responder, tenemos que estar preparados y capaces en
obediencia para proporcionar lo que se necesita cuando Dios nos elige
para ser o para proporcionar la respuesta a sus oraciones. No vivimos
para nosotros mismos, sino que todo lo que Dios hace en nosotros,
para nosotros y a través de nosotros, y ha proporcionado para
nuestras vidas y el llamado que tenemos en Él,
así como nuestra preparación y desarrollo, son para que ayudemos a
otros a poder tener lo que ellos necesitan en su tiempo, a fin de
seguir aprendiendo a andar en los caminos del Reino de Dios y que
Jesús sea el todo en sus vidas.
Como Ester y otras personalidades de la Biblia que tomaron muchos
riesgos y confrontaron retos e incluso sufrieron persecución debido
a su determinación, visión y obediencia para ser utilizados como
repartidores de una vida mejor para el pueblo de Dios, nos debemos
hacer disponibles y así Dios puede probarse para su propia gloria
como el único Dios viviente que está muy presente en sus tiempos de
necesidad. Al hacer esto también estaremos sembrando semillas que
cosecharemos en momentos cuando más lo necesitemos porque
necesitamos uno del otro y somos una comunidad de creyentes que
tenemos todo en común (Hechos 4:34-35).
La Semilla del Servicio en
la Comunidad
Para ayudar a
aquellos en mi comunidad el Señor me despertó alrededor de las
4:00 a.m. una mañana del 2002 y me dijo que rezara por diferentes
empresas alrededor de la zona donde yo vivía en ese tiempo. También
me dio una visión de una pastelería por la que solía pasar en mi
auto casi a diario. El Señor me indicó que rezara por los
propietarios y el negocio y luego me dijo que quería que estuviera
en ese lugar a las 10:00 de la mañana
para orar en persona con ellos. Cuando llegué le dije a la persona
detrás del mostrador que resultó ser uno de los dueños la razón
de mi visita a ese establecimiento y se vió
muy emocionado. Me preguntó si yo podía
esperar mientras corría para llamar a su esposa que estaba en la
cocina. Esperé
y poco después llegó la pareja dispuesta a orar conmigo. Ellos
explicaron que su contrato estaba vencido y el propietario del
inmueble se negaba a firmar uno nuevo después de que ellos habían
estado ocupando ese establecimiento por muchos años. También
mencionaron que ellos habían estado clamando a Dios para que
alguien viniera a orar por ellos en el negocio. Bueno, Dios les
respondió,
y yo tuve el privilegio de ser utilizada por el Señor para ser la
respuesta a esa oración y me armé
con la unción de su Espíritu
irrumpidor para romper a través del obstáculo
que ellos tenían
(Miqueas 2:13). Varios años después continué pasando en mi auto
por la panadería mientras hacía
mis diligencias y estaba todavía allí con los mismos dueños hasta
que ellos decidieron vender el negocio. Una vez me encontré
con la dueña
en una reunión en la iglesia y ella me reconoció después de
varios años y me saludó con un abrazo. Servimos a un Dios
maravilloso. Me bendice ver cómo
las cosas funcionan mejor cuando obedecemos las impresiones de Dios
por medio de su Espíritu
para ser respuesta a las oraciones de otros.
Después de rezar por la pastelería y los
dueños, el Señor me indicó que también fuera a rezar para otras
empresas en el área. Hice eso y me emocioné
al ver que nadie rechazó mi oferta para orar por ellos y las
empresas, y todas esas empresas están todavía en pie después de
tantos años desde que me fui a orar por ellos, con excepción de la
pastelería que fue vendida hace unos cinco años. Esta fue una
oportunidad increíble para sembrar la semilla en el mandato del
Señor porque sabía que algún día yo abriría
mi propio negocio. Así
que el bendicir a otras empresas
también fue un gran momento para sembrar semilla para mi propio
negocio. Fui
por una semana a diferentes empresas en mi comunidad y fuí
recibida con brazos abiertos, con excepción de un restaurante que
estaba muy ocupado en el momento, y la persona a cargo no era el
administrador. Todavía decidí orar por ellos y dejar una bendición
declarada desde mi coche.
Otra cosa que el Señor hizo para hacerme más
consciente de ayudar a mi comunidad fue que un dia jueves conducía
a casa después
de hacer diligencias y noté
que en la calle que tomé
antes de llegar a mi casa había basura que se había caído
de un camión de basura al dar vuelta a la esquina en una colina. En
ese momento el Señor me habló y me pidió
que recogiera esa basura para que la calle quedara limpia otra vez.
Entonces me fui a casa para conseguir todo lo que necesitaba para
hacerlo. Este mismo escenario se repitió por unas seis o siete
semanas. Yo vivo en Seattle así
que incluso bajo la lluvia torrencial tenía que hacer eso. Uno de
esos momentos un hombre que vivía en frente de donde se había
dejado caer la basura llegó caminando hacia mí bajo la lluvia para
darme las gracias por lo que estaba haciendo porque sabía que yo no
vivía en esa calle. No me sentí mal que no me ayudó porque
entendí que no era su misión del Señor, pero esto era para mí.
Así cuando el señor pensó
que yo había pasado mi prueba el
camión de basura nunca más dejó
caer basura en esa calle.
Los tiempos en que nos decidimos a poner nuestros
deseos y querencias a un lado para poner las necesidades de otros
primero no es algo de temer porque en el momento oportuno y en el
tiempo que Dios ha determinado todas esas bendiciones volverán a
nosotros, especialmente cuando los necesitamos más. Gálatas 6:9
dice: Así
que no nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo
cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencido NTV.
En muchos casos, las próximas generaciones cosecharán los
beneficios de nuestra obediencia en maneras que no podemos imaginar.
Esta es otra forma en que el Señor es glorificado a través de
nosotros y en nosotros.
Un último ejemplo mencionado en el Antiguo Testamento del pueblo de
Dios que dieron sus vidas para seguir este principio de poner a
otros en primer lugar, se encuentra en Josué 1:12-15, “Josué
habló también con los rubenitas y los gaditas, y con la media
tribu de Manasés, y les dijo: «Acuérdense de que Moisés, el
siervo del Señor, les dijo que el Señor es también el Dios de
ustedes, y que les dará reposo en esta tierra. En la tierra que
Moisés les dio a ustedes de este lado del Jordán se quedarán las
mujeres, los niños y los ganados; pero todos los hombres valientes
y fuertes que haya entre ustedes tomarán las armas y marcharán al
frente de sus hermanos, para ayudarlos hasta que el Señor les haya
dado reposo a sus hermanos y también ellos hayan tomado posesión
de la tierra que el Señor su Dios va a darles. Después de eso,
ustedes podrán regresar a la tierra que han heredado en este lado
del Jordán, la que Moisés, el siervo del Señor, les ha dado del
lado donde nace el sol. Entonces podrán tomar posesión de ella.»
“ RVC. A Él sea toda
la gloria!
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