Tuesday, January 28, 2014

Llamando a Todas las Ester(es) 5: La Semilla del Servicio en la Comunidad


En esta nueva enseñanza proveniente de otro extracto de mi próximo libro, quiero dar mi ejemplo y mi testimonio de cómo Dios me ha usado para bendecir a mi comunidad y ayudar a otros en su momento de necesidad. Es importante que nos convirtamos en conductos disponibles para Dios que traemos salvación, sanación, restauración, liberación y la provisión requerida en sus momentos de necesidad. Cuando otros claman a Dios y Él quiere responder, tenemos que estar preparados y capaces en obediencia para proporcionar lo que se necesita cuando Dios nos elige para ser o para proporcionar la respuesta a sus oraciones. No vivimos para nosotros mismos, sino que todo lo que Dios hace en nosotros, para nosotros y a través de nosotros, y ha proporcionado para nuestras vidas y el llamado que tenemos en Él, así como nuestra preparación y desarrollo, son para que ayudemos a otros a poder tener lo que ellos necesitan en su tiempo, a fin de seguir aprendiendo a andar en los caminos del Reino de Dios y que Jesús sea el todo en sus vidas.

Como Ester y otras personalidades de la Biblia que tomaron muchos riesgos y confrontaron retos e incluso sufrieron persecución debido a su determinación, visión y obediencia para ser utilizados como repartidores de una vida mejor para el pueblo de Dios, nos debemos hacer disponibles y así Dios puede probarse para su propia gloria como el único Dios viviente que está muy presente en sus tiempos de necesidad. Al hacer esto también estaremos sembrando semillas que cosecharemos en momentos cuando más lo necesitemos porque necesitamos uno del otro y somos una comunidad de creyentes que tenemos todo en común (Hechos 4:34-35).

La Semilla del Servicio en la Comunidad

Para ayudar a aquellos en mi comunidad el Señor me despertó alrededor de las 4:00 a.m. una mañana del 2002 y me dijo que rezara por diferentes empresas alrededor de la zona donde yo vivía en ese tiempo. También me dio una visión de una pastelería por la que solía pasar en mi auto casi a diario. El Señor me indicó que rezara por los propietarios y el negocio y luego me dijo que quería que estuviera en ese lugar a las 10:00 de la mañana para orar en persona con ellos. Cuando llegué le dije a la persona detrás del mostrador que resultó ser uno de los dueños la razón de mi visita a ese establecimiento y se vió muy emocionado. Me preguntó si yo podía esperar mientras corría para llamar a su esposa que estaba en la cocina. Esperé y poco después llegó la pareja dispuesta a orar conmigo. Ellos explicaron que su contrato estaba vencido y el propietario del inmueble se negaba a firmar uno nuevo después de que ellos habían estado ocupando ese establecimiento por muchos años. También mencionaron que ellos habían estado clamando a Dios para que alguien viniera a orar por ellos en el negocio. Bueno, Dios les respondió, y yo tuve el privilegio de ser utilizada por el Señor para ser la respuesta a esa oración y me armé con la unción de su Espíritu irrumpidor para romper a través del obstáculo que ellos tenían (Miqueas 2:13). Varios años después continué pasando en mi auto por la panadería mientras hacía mis diligencias y estaba todavía allí con los mismos dueños hasta que ellos decidieron vender el negocio. Una vez me encontré con la dueña en una reunión en la iglesia y ella me reconoció después de varios años y me saludó con un abrazo. Servimos a un Dios maravilloso. Me bendice ver cómo las cosas funcionan mejor cuando obedecemos las impresiones de Dios por medio de su Espíritu para ser respuesta a las oraciones de otros.

Después de rezar por la pastelería y los dueños, el Señor me indicó que también fuera a rezar para otras empresas en el área. Hice eso y me emocioné al ver que nadie rechazó mi oferta para orar por ellos y las empresas, y todas esas empresas están todavía en pie después de tantos años desde que me fui a orar por ellos, con excepción de la pastelería que fue vendida hace unos cinco años. Esta fue una oportunidad increíble para sembrar la semilla en el mandato del Señor porque sabía que algún día yo abriría mi propio negocio. Así que el bendicir a otras empresas también fue un gran momento para sembrar semilla para mi propio negocio. Fui por una semana a diferentes empresas en mi comunidad y fuí recibida con brazos abiertos, con excepción de un restaurante que estaba muy ocupado en el momento, y la persona a cargo no era el administrador. Todavía decidí orar por ellos y dejar una bendición declarada desde mi coche.

Otra cosa que el Señor hizo para hacerme más consciente de ayudar a mi comunidad fue que un dia jueves conducía a casa después de hacer diligencias y noté que en la calle que tomé antes de llegar a mi casa había basura que se había caído de un camión de basura al dar vuelta a la esquina en una colina. En ese momento el Señor me habló y me pidió que recogiera esa basura para que la calle quedara limpia otra vez. Entonces me fui a casa para conseguir todo lo que necesitaba para hacerlo. Este mismo escenario se repitió por unas seis o siete semanas. Yo vivo en Seattle así que incluso bajo la lluvia torrencial tenía que hacer eso. Uno de esos momentos un hombre que vivía en frente de donde se había dejado caer la basura llegó caminando hacia mí bajo la lluvia para darme las gracias por lo que estaba haciendo porque sabía que yo no vivía en esa calle. No me sentí mal que no me ayudó porque entendí que no era su misión del Señor, pero esto era para mí. Así cuando el señor pensó que yo había pasado mi prueba el camión de basura nunca más dejó caer basura en esa calle.

Los tiempos en que nos decidimos a poner nuestros deseos y querencias a un lado para poner las necesidades de otros primero no es algo de temer porque en el momento oportuno y en el tiempo que Dios ha determinado todas esas bendiciones volverán a nosotros, especialmente cuando los necesitamos más. Gálatas 6:9 dice: Así que no nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencido NTV. En muchos casos, las próximas generaciones cosecharán los beneficios de nuestra obediencia en maneras que no podemos imaginar. Esta es otra forma en que el Señor es glorificado a través de nosotros y en nosotros.

Un último ejemplo mencionado en el Antiguo Testamento del pueblo de Dios que dieron sus vidas para seguir este principio de poner a otros en primer lugar, se encuentra en Josué 1:12-15, “Josué habló también con los rubenitas y los gaditas, y con la media tribu de Manasés, y les dijo: «Acuérdense de que Moisés, el siervo del Señor, les dijo que el Señor es también el Dios de ustedes, y que les dará reposo en esta tierra. En la tierra que Moisés les dio a ustedes de este lado del Jordán se quedarán las mujeres, los niños y los ganados; pero todos los hombres valientes y fuertes que haya entre ustedes tomarán las armas y marcharán al frente de sus hermanos, para ayudarlos hasta que el Señor les haya dado reposo a sus hermanos y también ellos hayan tomado posesión de la tierra que el Señor su Dios va a darles. Después de eso, ustedes podrán regresar a la tierra que han heredado en este lado del Jordán, la que Moisés, el siervo del Señor, les ha dado del lado donde nace el sol. Entonces podrán tomar posesión de ella.» “ RVC. A Él sea toda la gloria!


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