Éxodo 20:23
“No fabriquen ídolos de oro o plata para adorarlos en vez de adorarme a
mí.” TLA
Este mandamiento
podría entenderse como una advertencia para no hacer estatuas o amuletos, o
hacer rituales o conseguir pociones para que nos ayuden a "triunfar y
tener poder". Mientras que eso es verdad porque el verdadero éxito y poder
sólo puede venir de nuestra relación con Dios, también existe el hecho de que
cuando vivimos nuestra vida aparte de la dirección de Dios, lejos de mostrarle
nuestra dependencia solamente de Él, y nuestra voluntad fiel de servirle y
hacer todo lo que Él nos pide que hagamos en cualquier área de nuestra vida,
nos convertimos en ladrones de su gloria.
Cuando no
obedecemos sus órdenes, le estamos mostrando que preferimos convertirnos en
nuestros propios dioses. Hemos mencionado que esto es lo que le sucedió a Adán
y a Eva cuando decidieron obedecer la incitación de la serpiente en lugar de
mantener con firmeza el mandato del Señor sin importar el tipo de tentación que
les llegara. También, cuando preferimos convertirnos en nuestros propios dioses,
estamos abriendo camino para que el espíritu de la auto-exaltación venga a
influenciarnos.
Este espíritu
quiere obtener renombre y elogio de los demás por las cosas que conseguimos
lograr. En otras palabras, este espíritu quiere aclamación y honor. Pero el
problema con eso es que cuando Dios nos está llevando a través de un proceso y
rechazamos el proceso y su tiempo para que podamos cumplir nuestros llamados y
propósitos de Él, corremos el riesgo de convertirnos en un obstáculo para otros
y de esta manera obstruir lo que Él quiere hacer no sólo en nuestras vidas,
sino también a través de nuestras vidas para que otros lo conozcan y reciban
los beneficios de entrar en contacto con un portador de gloria.
Eliseo entendía
esto acerca de Dios y su proceso en el desierto. Mencionamos en la última enseñanza
que él se centró en lo que Dios quería de él durante su tiempo de preparación
en el desierto. Él podía recibir a personas que necesitaban su ayuda, ya que
sabían que él era la voz de Dios para la región y podía darles la solución de
Dios que necesitaban para sus problemas. Pero a pesar de que el podía oír la
voz de Dios para traer soluciones para otros, todavía necesitaba mantener el
mandato del Señor y seguir resistiendo en el desierto hasta que Dios lo sacó en
el momento del final de su proceso.
Después de que
este período terminó, Eliseo pudo recibir ofrendas que le permitirían cumplir
la visión de Dios para su Ministerio y para su sustento. Vemos en 2 Reyes 8:7-9
que después de que Eliseo terminó su tiempo en el desierto de pruebas, él vino
a Damasco y supo que otro hombre de renombre estaba enfermo. Esta vez fue
Ben-Hadad rey de Siria. Cuando el rey se dio cuenta de que el hombre de Dios
había llegado a la zona, envió a su siervo con una ofrenda que esta vez Eliseo
podía recibir.
7 “Tiempo después, Eliseo se fue a la ciudad de Damasco. Ben-hadad, el rey
de Siria, estaba enfermo, y cuando le dijeron que el profeta había llegado, 8 le
dijo a Hazael: ‘Toma un regalo y llévaselo al profeta. Dile que le pregunte a
Dios si voy a sanar.’
9 Hazael fue a buscar a Eliseo, y en cuarenta camellos,
le llevó de regalo de lo mejor que había en Damasco. Cuando llegó delante de
Eliseo, le dijo:
—Ben-hadad,
rey de Siria, te considera como un padre. Me envía para que me digas si él va a
sanar de su enfermedad.” TLA
Eliseo había
completado con éxito un proceso importante en el que soportó todas las
tentaciones de buscar auto-aclamación y control de sus circunstancias. También
hemos visto que Jesús pasó por el mismo proceso y las tentaciones a las que
lamentablemente, muchos en el cuerpo de Cristo han sucumbido cuando no
entienden que están pasando por un proceso en el que están obligados a seguir
el liderazgo del Espíritu Santo muy estrechamente, al mantener una comunión
fuerte con El y eso es todo lo que Dios requiere de ellos en ese momento.
Él no nos pedirá
que busquemos fortuna o fama o éxito sin la preparación apropiada en la que El escudriña
nuestros corazones para mostrarnos las cosas que ve. Durante este tiempo Dios no
se preocupa de perfeccionar nuestros dones, tanto como en perfeccionar nuestro
corazón para obedecer todo lo que Él nos pide hacer o dejar ir por la causa de
su Reino, y dejar de seguir nuestras agendas carnales. Es por eso que vemos en
Mateo 4:1-11 que Jesús también estaba obligado a pasar tiempo en el desierto de
pruebas y todas las cosas que Él soportó del enemigo que no podía descarrilarlo
de su proceso porque Él conocía su identidad como Hijo de Dios y también que
Dios estaba dispuesto y podía proveer lo que Él necesitaba, podía protegerlo, y
llevarlo a avanzar al lugar y tiempo donde cumpliría su llamado.
Por esta razón, Él
fue capaz de vencer todas las tentaciones del enemigo durante su tiempo en el
desierto antes de entrar en su tiempo y lugar designado para entrar en el
Ministerio en nombre del pueblo (jurisdicción o Metron) asignado a Él. Éstos
eran el pueblo de Israel. Jesús entendía que sólo Dios podía convertirlo en un
portador de su gloria y Él que lo envió es el único merecedor de recibir la
gloria debida a su nombre y no ídolos. Además, Jesús no necesitó buscar la
auto-exaltación porque toda gloria y exaltación pertenecen solamente a Dios. La
escritura dice:
1 “Luego el Espíritu de Dios llevó a Jesús al desierto,
para que el diablo tratara de hacerlo caer en sus trampas.
2 Después de ayunar en el desierto cuarenta días con sus
noches, Jesús tuvo hambre. 3 Entonces llegó el
diablo para ponerle una trampa, y le dijo:
—Si en
verdad eres el Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en pan.
4 Jesús le contestó:
—La Biblia
dice:
‘No sólo de
pan vive la gente;
también necesita obedecer
todo lo que Dios manda.’
también necesita obedecer
todo lo que Dios manda.’
5 Después el diablo llevó a Jesús a la ciudad de
Jerusalén. Allí lo subió a la parte más alta del templo, 6 y
le dijo:
—Si en
verdad eres el Hijo de Dios, tírate abajo, pues la Biblia dice:
‘Dios
mandará a sus ángeles
para que te cuiden.
Ellos te sostendrán,
para que no te lastimes los pies
contra ninguna piedra.’
para que te cuiden.
Ellos te sostendrán,
para que no te lastimes los pies
contra ninguna piedra.’
7 Jesús le contestó:
—La Biblia
también dice: ‘Nunca trates de hacer caer a tu Dios en una trampa’.
8 Por último, el diablo llevó a Jesús a una montaña muy
alta. Desde allí podían verse los países más ricos y poderosos del mundo. 9 El
diablo le dijo:
—Todos
estos países serán tuyos, si te arrodillas delante de mí y me adoras.
10 Jesús le respondió:
—Vete de
aquí, Satanás, porque la Biblia dice:
“Adoren a
Dios y obedézcanlo sólo a él”.
11 Entonces el diablo se fue, y unos ángeles vinieron a
servir a Jesús. TLA
Podemos ver en
el texto que toda tentación servía para cuestionar si Jesús conocía su
identidad como hijo de Dios, y que la protección y la exaltación provienen de
Dios, en su forma, y en su tiempo. Entonces, vemos que por supuesto, Él pasó la
prueba y en el versículo 11 se puede observar que como Él había terminado su
tiempo en el desierto, entonces pudo recibir ayuda de otros.
No hasta que
Jesús había terminado su tiempo de preparación para entrar en el Ministerio, pudo
también tener discípulos para verter en ellos lo que el Padre había derramado
en Él por medio de su Espíritu. Esto es porque la palabra y las instrucciones que
le fueron dadas y cada revelación tenía un tiempo designado para ser revelados
a través de Él. Si Jesús lo hubiera hecho por su cuenta antes del tiempo de
Dios, Él les habría dado comida espiritual al pueblo que se habría contaminado
y mezclado con otras doctrinas en los corazones de la gente porque esta palabra
tenía un tiempo específico para ser revelada y no antes. Después de que Jesús fue
comisionado para entrar en el Ministerio entonces hubo hombres y mujeres que le
daban ofrendas para su sustento y Ministerio. Lucas 8:1-3 expone esto cuando
dice:
1 “Después de esto, Jesús andaba por todas las ciudades y
aldeas, y allí proclamaba y anunciaba las buenas noticias del reino de Dios. Lo
acompañaban los doce, 2 y también algunas mujeres
que habían sido sanadas de espíritus malignos y de enfermedades: María, a la
que llamaban Magdalena, y de la que habían sido expulsados siete demonios; 3 Juana,
la mujer de Chuza, el intendente de Herodes; Susana, y muchas otras que los
atendían con sus propios recursos. RVC
Ahora permítanme
mencionar que Guejazí, el siervo de Eliseo y sus hijos también fueron
restaurados de su lepra cuando decidieron compartir los despojos que
descubrieron que los asirios habían dejado atrás después de que Dios les tendió
una emboscada para poner fin a la sequía en la tierra. Los hombres compartieron
el botín diciéndoles a las personas que estaban en un tiempo muy degradante de sequía
dónde podían conseguir los bienes que ellos habían encontrado en abundancia. 2 Reyes
7 explica esto. La lepra los había dejado y Guejazí pudo pararse delante del
rey de Israel.
La Biblia
explica que nadie que tuviera lepra podía acercarse a las multitudes y mucho
menos estar cerca del rey. Así que el hecho de que Guejazí estaba delante del
rey y conversando con él, demuestra que estaba libre de la lepra. Su acto de
bondad que también demostró su arrepentimiento por tratar de adelantarse al tiempo
de Dios para él, provocó que Dios lo restaurara y también a sus hijos a la
salud y a una relación correcta con El. Esto hizo que él fuera capaz de servir
al Señor y al rey en nombre de otros. 2 Reyes 8:4-5 dice:
4 “El rey estaba en ese momento hablando con Guejazí, el criado del varón
de Dios, y le decía:
‘Por favor,
háblame de todas las maravillas que ha hecho Eliseo.’
5 Y mientras Guejazí le contaba al rey cómo Eliseo le
había devuelto la vida a un muerto, la madre del hijo resucitado por Eliseo
llegó a pedirle al rey la devolución de su casa y de sus tierras. Guejazí
exclamó entonces:
‘Su
Majestad, ¡ésta es la mujer, y éste es su hijo, al que Eliseo devolvió la
vida!.’” RVC
Por lo tanto, lo
mismo nos pasa a nosotros cuando le pedimos a Dios que escudriñe nuestros
corazones para ver si encuentra en nosotros que hemos tratado de robar su
gloria por ir delante de su tiempo y lugar para nosotros cumplir nuestros
llamados. Él espera nuestro clamor con arrepentimiento, mientras lo buscamos
con todo nuestro corazón para que nos limpie de la influencia del espíritu de
la auto-exaltación para continuar exaltando su nombre por encima de cada nombre
y tentación del enemigo. Sólo a Dios sea toda la gloria. ▪
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