Génesis 22:17
17 “ciertamente te bendeciré; multiplicaré tu descendencia
como las estrellas del cielo y como la arena que hay a la orilla del mar; ¡tu
descendencia conquistará las ciudades de sus enemigos! 18 En tu
simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, por cuanto atendiste
a mi voz.’”
Dios le hizo esta promesa a Abraham después de que vio su
disposición a sacrificar a su hijo prometido cuando Él se lo ordenó. A primera
vista, esta escritura puede implicar una referencia a multitudes de personas
que Abraham heredaría a través de las generaciones. Pero en realidad, se
refiere a una gente de calidad que tendrá tal influencia que pueden ser
comparados con los rascacielos que se pueden ver desde kilómetros de distancia.
Serán vistos como estrellas porque mucha gente los verá
como modelos a seguir para conocer a Dios y los caminos de su Reino. Su
identidad como la novia guerrera de Cristo que camina con dominio en la tierra
en las esferas que dadas para ejercer autoridad y poder del Reino también los
harán ser observados y solicitados por miles de personas de diversas áreas de
nuestra sociedad.
Estos hombres y mujeres son vasos rotos de los que emana
la luz de Dios que alumbra el camino del Reino para otros. Y en las áreas donde
fueron quebrantados, Dios demostrará a través de ellos su poder para destruir
las obras del diablo. Ellos también se comparan con la arena de la orilla del
mar porque son mansos — sabiendo que su poder y autoridad para hacer hazañas
grandes y sobrenaturales en la tierra viene por su relación con el Dios vivo,
su Creador, Señor, y único objeto de su adoración.
Al igual que Mardoqueo en el libro de Esther, ellos no se
inclinan ante el sistema de este mundo que está lleno de idolatría y pueden
estar seguros en su Dios para ver al enemigo de sus llamamientos removido de su
camino y colgados en la horca que construyó para ellos para que puedan seguir
avanzando y defender el Reino de Dios con su amor como estandarte.
La verdad y la paz son sus emblemas, y su humilde, pero
feroz reconocimiento de que sin Dios no pueden hacer nada, también los
conducirá a decirle al enemigo que no tiene parte, porción o memoria en la
restauración de la esfera que se les ha dado para influir, conquistar y
resucitar las ciudades y naciones a la intención original de Dios. De esta
manera ellos ayudarán a difundir el conocimiento de la gloria del Señor así
como las aguas cubren el mar, y verán a las generaciones doblando sus rodillas
y proclamando el nombre de Jesús como su Dios para adorarle y servirle
solamente a Él.
Este remanente de hijos e hijas de Dios ha sobrevivido al
fuego en el desierto de pruebas y tribulaciones diseñadas para convertirlos en
un gran ejército, portadores fuertes de su gloria, dispuestos a hacer su
voluntad sin razonar o negociar sus órdenes. Ellos marchan ferozmente a la
batalla para devorar al enemigo de su propósito y destino porque primero han
buscado el Reino de Dios y toda su justicia, y saben que es hora de recibir la
cosecha para la que han sembrado con lágrimas y penurias. Éstos se describen en
Joel 2:2B-3, 7-8 que dice,
“…Se aproxima un
ejército pueblo grande y poderoso, como nunca antes lo hubo ni lo habrá después
durante muchas generaciones. Viene como el alba, cuando se extiende sobre los
montes. 3 Lo
precede un fuego consumidor, y llamas destructoras cierran su marcha. Antes de
que pasen, la tierra es como el huerto de Edén; pero después de que han pasado
queda la tierra como un desierto deshabitado. ¡Nadie puede librarse de ellos!”
7 “Corren como soldados, trepan por los muros como guerreros; cada uno de
ellos mantiene la marcha, sin cambiar el rumbo. 8 Ninguno
estorba a su compañero; cada uno mantiene el paso; ¡no hay espada que los
detenga!”
Una razón importante por la cual no son destruidos por el
enemigo es que ellos saben quiénes son — un pueblo santo, separados para servir
a Dios y por eso no sucumben a la influencia del espíritu del mundo. Ellos son
disciplinados y conocen su autoridad y rangos y cómo operar las armas que se
les ha dado con precisión. Son ovejas que sólo responden a la voz de su pastor
y entienden que la gracia que se les ha dado para hacer las obras predestinadas
para ellos es un don, y no es nada que puedan ganar porque como muchos otros,
fueron llamados pero se encuentran entre los pocos que fueron elegidos.
Es por eso que tienen una devoción inquebrantable para
adorar y servir al Dios Altísimo, porque a través de su intimidad con Él
reciben revelaciones que ordenan sus pasos para ver nuevos niveles de favor con
Él y con los hombres que les ayuda a cumplir su destino. Apocalipsis 22:21 dice,
21 “Que la gracia del
Señor Jesucristo sea con todos. Amén.”
Pero interesantemente, la versión Amplified Classic
Edition dice traducida al español, 21 "la gracia (bendición y favor) del Señor Jesucristo (el Mesías) sea con
todos los Santos (el pueblo santo de Dios, los que se apartan para Dios, para
ser, por así decirlo, exclusivamente suyo). Amén (así sea)!”
Esta lectura reitera que estos poderosos creyentes también están conscientes de que la gracia de Dios es necesaria para salir del sistema que los ha oprimido durante tantos años y para los cuales tuvieron que esperar a que se llenara la copa de iniquidad de su enemigo (ver Génesis 15:16). Los israelitas sirvieron a Egipto—una representación del sistema de este mundo gobernado por el espíritu del Anticristo. Este sistema está lleno de idolatría y rechazo a Dios y sus caminos.
Pero ha llegado el momento de Dios para su remanente que
no sucumbió a la tentación del enemigo de Dios para buscar riquezas y una buena
vida a expensas de perder su destino. No siguieron la lujuria de su carne, ni la
lujuria de sus ojos, o el orgullo de la vida. A estos, Dios ha dicho:
"bien hecho, siervos buenos y fieles". Ahora pueden entrar en la
alegría del Señor que es recibir la recompensa de su fidelidad a Él — la
evidencia de que son hijos y siervos del GRAN YO SOY.
La evidencia es la transferencia de riquezas que
recibirán del sistema del enemigo que los oprimió y les robó. El poder de su
Dios traerá ahora una gran demostración de su poder para cumplir sus promesas y
ellos ahora serán reconocidos como hijos e hijas del Dios Viviente. Sus
declaraciones de quiénes son y a quién pertenecen al igual que de la palabra de
Dios enmarcarán su mundo junto con cada obediencia a las órdenes que Dios les
da.
Estos son también como José, que soportó el hoyo, la
esclavitud, y la prisión, pero fue restaurado después que el tiempo de la
prueba de la palabra que Dios habló sobre su vida terminó. Fue entonces cuando
él fue enviado al palacio para ocupar una posición de preeminencia, como
segundo en mando después del faraón. Al igual que José, este remanente entiende
la función de administración gubernamental y el propósito de cada título y
posición que se les da. Saben que es para salvar las vidas de muchas personas y
exponer al enemigo y sus artimañas para que los cautivos puedan ser liberados.
Las generaciones se beneficiarán de la influencia de
estos siervos influyentes y como Éxodo 34:10 establece, las señales y
maravillas que Dios realiza en ellos y a través de ellos dejarán a muchos
asombrados a lo largo de su camino. Eso es porque el que los llamó de la zarza
ardiente desafiará las leyes de la naturaleza para que ellos puedan avanzar de
una manera que ojos no han visto y oídos no han oído lo que Dios hace para aquellos
que lo aman. La escritura dice:
10 “El Señor contestó:
‘Mira, yo hago un
pacto delante de todo tu pueblo. Voy a realizar maravillas nunca antes vistas
en toda la tierra, ni en nación alguna. Todo el pueblo, en medio del cual tú
estás, verá las obras tan sorprendentes que yo, el Señor, haré contigo.”
Estos milagros, señales y prodigios que Dios realizará
para el remanente de su pueblo y a través de ellos, serán hechos también en favor
de los pobres para quienes ellos han sido ungidos para predicar las buenas
nuevas, los ciegos verán y los cautivos recibirán libertad. Los corazones rotos
también serán sanados, y las puertas de la prisión estarán abiertas para
aquellos que han sido atados. Además, este remanente levantará árboles rectos
que serán plantados por el Señor sólo para su gloria (Isaías 61:1-3).
Por otra parte, la vara que usaban a lo largo de su viaje
en el desierto que les recordaba la fidelidad de Dios y les mostraba cada nivel
de autoridad que habían alcanzado en el espíritu para hacer que sus nombres sean
reconocidos por el cielo y el infierno, ahora se convertirá en una serpiente
que devorará a las serpientes de los magos porque el poder creativo de Dios no
puede ser imitado o superado por los que adoran a otros dioses.
Esto frustrará a los hechiceros y los adivinos serán
enloquecidos, los sabios se retrocederán y su conocimiento se verá como necedad
porque las palabras de este grupo remanente de siervos de Dios serán
confirmadas y su consejo como mensajeros hará que Dios actúe para que la
sociedad pueda ser reconstruida y habitada por aquellos que serán levantados
para seguir el consejo y la guía del Espíritu Santo de todo corazón (Isaías
44:25-26).
Por último, Eclesiastés 2:21 dice, "21 ¿Tener que dedicar sabiduría, conocimientos
y rectitud, para luego dejarle el fruto de su trabajo a quien nunca se lo ganó?
¡Eso también es vanidad, y un mal muy grande!"
Este pasaje explica lo que Dios ha estado haciendo tras bastidores
en nombre de su remanente, ya que ellos se preocupan de cumplir el mandato de
Dios para ser fructíferos y multiplicarse, llenar la tierra y someterla, y
tomar el dominio sobre las esferas que les han sido dadas para gobernar con
autoridad y poder del cielo y el consejo del Espíritu Santo. De igual manera, Dios
hace distinción entre su remanente y los que usaron la sabiduría y el
conocimiento de este mundo para hacer riquezas. Hageo 2:6-8 dice,
6-8 “Yo soy
el Dios de Israel,
y dentro de poco tiempo
haré temblar el cielo y la tierra;
¡sacudiré el mar y la tierra firme!
Haré que tiemblen todas las naciones;
haré que me traigan todas sus riquezas
para llenar con ellas mi templo,
pues la plata y el oro me pertenecen.” TLA
y dentro de poco tiempo
haré temblar el cielo y la tierra;
¡sacudiré el mar y la tierra firme!
Haré que tiemblen todas las naciones;
haré que me traigan todas sus riquezas
para llenar con ellas mi templo,
pues la plata y el oro me pertenecen.” TLA
Hay ciclos de tiempo en los que Dios envía un gran
temblor para juzgar el espíritu de este mundo, y todo lo que se hizo bajo su
influencia se desmoronará (Amós 9:9) porque Dios es dueño de la plata y el oro,
y Él hará que la riqueza levantada por los malvados llegue hasta las manos de
sus hijos, los que le sirven a Él. Él lo hace para revelar su gloria en sus
vidas y a través de ellos. Eso es porque somos mayordomos de las verdaderas
riquezas del Reino de Dios y aunque Él nos da el poder para hacer riquezas, él
todavía es dueño de todo y puede decidir qué hacer con lo que le pertenece en
cualquier momento.
Nuestro trabajo es obedecer cada mandato y entregar sus
bienes de manera específica al próximo administrador asignado. Aquellos que,
influenciados por el espíritu de este mundo, piensan que todo lo que tienen les
pertenece y lo atesoran para sus propias ambiciones egoístas, no se dan cuenta
de que están siendo vistos como ladrones ante los ojos de Dios y recibirán un
despertar a la realidad de que la tierra le pertenece al Señor y toda su
plenitud (Salmo 24:1-2).
El sacudimiento descrito en Hageo tendrá como fin mover esas
cosas de sus manos para que lleguen a las manos de aquellos a quienes han sido
asignadas. Es por eso Nabucodonosor dijo en Daniel 4:37: 37 “Por eso yo, Nabucodonosor, alabo y
engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son
verdaderas, y sus caminos justos, y él puede humillar a los que se muestran
soberbios.”
Sólo a Dios sea toda la gloria. ▪
Escrituras de la versión Reina Valera Contemporánea RVC,
excepto donde notado.
Imágenes cortesía de Google Images
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