4 Isaías había hablado de Juan cuando dijo:
“Es una voz que
clama en el desierto:
“¡Preparen el camino para la venida del Señor!
¡Ábranle camino!
5 Los valles serán rellenados,
y las montañas y las colinas, allanadas.
Las curvas serán enderezadas,
y los lugares ásperos, suavizados. NTV
“¡Preparen el camino para la venida del Señor!
¡Ábranle camino!
5 Los valles serán rellenados,
y las montañas y las colinas, allanadas.
Las curvas serán enderezadas,
y los lugares ásperos, suavizados. NTV
Este es un momento interesante para muchos en el cuerpo
de Cristo en el que algunas personas están empezando a pasar por una temporada
que no parece muy agradable, pero es muy necesaria. Es una temporada en la que
el Señor nos pide que le permitamos hacer mayores obras en nuestro interior para
poder llevarnos a niveles más altos en Él, el cual nos ayudará a verlo de una
manera nueva y más precisa para poder ver como Él ve. Esto conlleva
purificación y limpieza que hace planas las montañas de obras carnales que no
fueron dadas a luz por su Espíritu en nuestras vidas. También los valles de obras
fundadas a través del miedo serán sacudidos para poder ser llenados con la
verdadera adoración en Espíritu y en verdad (Juan 4: 23-24) al Dios viviente,
cada lugar torcido se hará recto y los lugares escabrosos se harán suaves. De
esta manera la intención de Dios es llevarnos a niveles más altos de justicia y
santidad y entonces Él podrá venir y demostrar en nosotros lo que Él quiere
hacer a través de nosotros en las vidas de aquellos que nos ha llamado a
influir para su gloria solamente.
Isaías 35:8 nos dice, Un gran
camino atravesará esa tierra, antes vacía;se le dará el nombre de Carretera de la Santidad.
Los de mente malvada nunca viajarán por ella.
Será solamente para quienes anden por los caminos de Dios;
Para esto se nos exige un cambio de mentalidad para
remover las formas del mundo que han influido grandemente en nosotros y que son
contrarias al carácter y maneras de hacer las cosas de Dios y que nos ha
impedido ser verdaderamente obedientes a su palabra. Una de las razones de esto
es la influencia del espíritu del mundo que nos lleva a querer tener control de
nuestras circunstancias y rechazar el proceso que Dios ha prescrito para que seamos
limpios y purificados. El rendimiento constante y la entrega que debemos dar a
Dios son también contrarios a las formas del mundo que persiguen el orgullo de
la vida, la lujuria de los ojos y los deseos de la carne y los hacen más
importantes que darnos a nosotros mismos como ofrenda para que podamos llegar a
ser verdaderos adoradores que adoran a Dios en espíritu y en verdad (Juan
4:24).
Además, como se ha mencionado antes, esto toma un
sacudimiento y desarraigo de las cosas que no han nacido del espíritu de Dios y
de la eternidad no sólo en nuestra generación sino en las generaciones
anteriores que se convirtieron en nuestra manera normal de pensar y de vivir. Pero
Dios sacude esas fundaciones erróneas para sustituirlas con las cosas eternas
que nacen del espíritu no sólo para nosotros , sino también para las
generaciones venideras para que nosotros y nuestros descendientes podamos
aprender la forma verdadera de adorar a Dios y seguir los principios y caminos
de su Reino en cada área de nuestras vidas.
Además, hemos escuchado que el juicio comienza en la casa
de Dios (nosotros el templo del Espíritu Santo) y muchas personas tienen miedo a
esta frase, pero este juicio en realidad es una restauración del temor
reverente del Señor que nos hace no querer extraviarnos de su camino porque el
temor reverente a Jehová es el principio de la sabiduría y verdadero
conocimiento de Dios (Proverbios 9:10). Esto también nos lleva a aprender a ser
realmente dependientes de Él con un tipo de dependencia que lo hace nuestra
primera y extrema necesidad y requisito porque fuera de Él nada podemos hacer (Juan
5:30, 15:5).
Por consiguiente, el proceso que Dios ha prescrito para
que nosotros lleguemos a niveles más altos de justicia y santidad nos llevará a
una caminata más intencional y consciente de su Espíritu que nos da el hambre y
la sed de querer saber más de sus pensamientos y caminos más altos (Isaías 55:8)
y un establecimiento más profundo de los frutos del espíritu en nosotros (Gálatas
5:22-23). Dios nos ha hecho muchas promesas maravillosas, pero Él también nos
manda a buscar primero su reino y su justicia (relación íntima con Él y
conocimiento de los principios de su Reino) y luego se agregarán las cosas que
Él ha hablado sobre nuestras vidas (Matthew 6:33). Cuanto mayor sea la promesa,
más altos son los niveles de rectitud y santidad que se requieren de nosotros.Lucas 12:48 lo dice de esta manera, “Pero alguien que no lo sabe y hace algo malo, será castigado levemente. Alguien a quien se le ha dado mucho, mucho se le pedirá a cambio; y alguien a quien se le ha confiado mucho, aún más se le exigirá.” NTV
Por lo tanto, hay una manera que Dios requiere que le permitamos venir a limpiar y purificarnos. Se encuentra en 2 Crónicas 29:3 el cual nos explica, “3 En el primer mes del primer año de su reinado, Ezequías reabrió las puertas del templo del Señor y las reparó.” NTV
Este pasaje habla del Rey Ezequías que abrió las puertas
del templo (en nuestro caso las puertas de nuestros corazones y nuestras vidas)
en entrega y consagración, siendo fijados aparte para las obras que Dios quiere
hacer en nosotros para que más adelante las pueda hacer a través de nosotros.
En este momento, las áreas donde Él quiere manifestarse a través de nosotros
están en gran necesidad de ser reparadas y una razón importante de que sean
reparadas es para que el enemigo no pueda usar nuestros corazones heridos y nuestras
vidas para manifestar sus abominaciones encontradas en Proverbios 6:16-19,
16 Hay seis cosas que el Señor odia,no, son siete las que detesta:
17 los ojos arrogantes,
la lengua mentirosa,
las manos que matan al inocente,
18 el corazón que trama el mal,
los pies que corren a hacer lo malo,
19 el testigo falso que respira mentiras
y el que siembra discordia en una familia.
Permitir que Dios trabaje en nosotros el proceso
prescrito para nuestras vidas y de acuerdo a su plan y propósito para nosotros
también nos ayudará a obtener la norma de Cristo para estos tiempos finales.
Por lo tanto, para poder ir a niveles más altos de justicia y santidad debemos
consagrar (nuestras vidas aparte) para hacer que lo que es importante para Dios
sea también importante para nosotros. Esto comienza con la eliminación de toda contaminación
que se ha opuesto a la restauración de la adoración a Dios en nuestros
corazones y a través de nuestras vidas y nos ayude a ser limpiados y purificados
de la influencia del regidor de este mundo, el anticristo y su espíritu
independiente de religión, culto a mamón (espíritu de avaricia y hambre y sed
de poder material) y el control y la manipulación de Jezabel. Sólo a Dios sea
toda la gloria. © 2015
Imagen de Google Images
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