Salmo 92:13 "Quienes están plantados en la
casa del señor deberán prosperar en los tribunales de nuestro Dios".
Hay
otro aspecto de la importancia de ser plantado en la casa del Señor. Llegamos a
florecer en los tribunales de nuestro Dios. De acuerdo a el diccionario de
referencia la palabra atrio o corte significa entre otras cosas: a. un lugar
donde se administra justicia; b. un tribunal judicial debidamente constituido
para la audiencia y la determinación de los casos; c. una sesión de la Asamblea
judicial.
Uno
de los propósitos de Dios para nuestras vidas es levantarnos como guerreros que
avanzan su reino en la tierra y proceden contra las tretas del enemigo y sus
tácticas para descarrilarnos y no cumplir el plan de Dios para nuestras vidas y
desarrollar nuestra capacidad (unción) para influenciar a otros para Cristo. 1
Juan 3:8 dice…El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del
diablo.
Jesús
cumplió esto cuando camino en la tierra haciendo el bien, curando a los
enfermos y echando fuera demonios (hechos 10:38), fue a la Cruz y murió y luego
recibió las llaves de la muerte y del infierno (Apocalipsis 1:18). De la misma El
manera nos ha dado un mandato apostólico de ponernos en contra de las obras del
Diablo y retomar el dominio que Dios mando desde la época de creación cuando
dijo en Génesis 1:28 después de bendecirlos, «Sean fructíferos y
multiplíquense;
Llenen la tierra y sométanla;
Dominen a los peces del mar y a las aves
del cielo,
Y a todos los reptiles que se arrastran
por el suelo.» AMP.
Dios
mismo nos enseña a luchar. El puede hacerlo a través de nuestros líderes y
otros mentores que él posiciona en nuestras vidas, también cuando pasamos
tiempo personal de comunión con él (Salmo 18:29, 34). Esto se realiza a través
de la oración (Salmo 91) y la lectura de la Biblia para aprender las
advertencias que nos da de los ataques del enemigo y para familiarizarnos con
su arsenal y armamento que él nos da para contrarrestar cada ataque del enemigo
(Jeremías 50:25). Mucha alabanza también es necesaria para ponernos en contra el enemigo y sus ataques contra
nosotros. Pasando valioso tiempo alabando y adorando al Señor, podemos recibir
estrategias específicas que nos darán las respuestas que destruyen las inundaciones
del enemigo. (Salmo 149:1-9).
Ser
plantados en la casa del Señor y someternos a los dirigentes designados a
nosotros también nos ayudará a aprender a luchar corporativamente porque la
Biblia dice que uno puede perseguir a mil y dos pueden perseguir a diez mil (demonios)
(Deuteronomio 32:30). En otras palabras, hay poder en los números, y Dios no
agrega, él multiplica las bendiciones y las victorias cuando nos reunimos en la
unidad para luchar contra las tretas del enemigo. Mateo 18:20 dice, "Donde
dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy en medio de ellos."
La
Biblia está llena de ejemplos alentadores de cómo Dios dio victorias a su
pueblo. Pero una cosa que todos ellos tenían en común es que buscaban al Señor
por estrategias y fueron capaces de obtenerlas porque siempre buscaban la ayuda
de Dios primero que todo en cada situación. El obedecer y confiar en la palabra
del Señor y su promesas los hizo capaces de obtener victorias triunfantes
(Proverbios 3:5-6). La Biblia dice que estas victorias triunfantes son nuestra
herencia de él (Isaías 54:17). Una de las maneras en que esto se manifiesta en
nosotros es la capacidad de discernir lo que es de Dios y lo que es un espíritu
contrario incluso cuando la información del espíritu contrario suena a verdad,
pero no lo es.
Isaías
11:2-5 dice: " 2 El Espíritu del Señor reposará sobre él:
Espíritu de sabiduría y de entendimiento,
Espíritu de consejo y de poder,
Espíritu de conocimiento y de temor del
Señor.
3 Él
se deleitará en el temor del Señor;
No juzgará según las apariencias,
Ni decidirá por lo que oiga decir,
4
sino que juzgará con justicia a los desvalidos,
Y dará un fallo justo
En favor de los pobres de la tierra.
Destruirá la tierra con la vara de su boca;
Matará al malvado con el aliento de sus
labios.
5 La
*justicia será el cinto de sus lomos
Y la fidelidad el ceñidor de su
cintura.
La
escritura explica que el espíritu del Señor nos lleva a discernir lo que es de
Dios y no es. Esto es también parte de
la guerra espiritual en la que nos vemos sometidos porque el enemigo también suelta palabras al
viento y por esta razón es esencial caminar bajo la influencia del espíritu de Dios.
Es importante también poner atención al llamado de Dios para que caminemos con sabiduría
para poder evitar las trampas del enemigo (véase Proverbios 1:20-23; 2:1-16).
Más en la enseñanza de la semana próxima. A Dios solo sea toda la gloria.
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