Mateo
25:11-13
11 “Después
vinieron también las otras vírgenes diciendo: “¡Señor, señor, ábrenos!”. 12 Pero
él respondiendo dijo: “De cierto les digo que no las conozco”. 13 Velen,
pues, porque no saben ni el día ni la hora.”
¿Estás usando el nombre de Jesús sólo para propositos
carnales como cuando una persona menciona el nombre de una persona importante
para implicar que son conocidos, o realmente Él te conoce?
Yo estaba en la biblioteca el otro día y una señora entró
y cuando la vi pensé, "esa señora me parece conocida, ¿de dónde la
conozco? Normalmente recuerdo las caras de las personas, así que el pensamiento
se volvió persistente en mi mente hasta el punto de que no podía sacudirlo.
Comencé a pensar si la había conocido en la iglesia, o quizás cuando mi hijo
estaba en la escuela, o si la conozco de mi vecindario. Hice esto hasta que
finalmente me armé de valor y me acerqué a ella para preguntarle si nos hemos
conocido antes con la esperanza de que me diera las pistas que no tenia yo.
Pero cuando le dije que me era familiar, su respuesta era de perplejo porque
ella no me conocía.
Algún tiempo después recordé el encuentro incómodo y el
Señor lo usó para decirme que muchas personas dicen conocerlo o que Él los
conoce pero no tienen relación con Él. Sólo usan su nombre para aparentar quel lo
conocen, pero no lo conocen como su Dios, su fuente de todo lo que necesitan, y
mucho menos vienen a pasar tiempo con Él para que puedan llegar a conocerlo. Lamentablemente,
llegará el día en que en su tiempo de necesidad vendrán a Él esperando
respuestas de un Dios que sólo conocen de oídas o sólo de antiguos encuentros
en los que usaron su nombre y Él les respondió, y ahora tienen la audacia de
decir , "Jo! ¡ gran Jota! Este es tu amigo, tal y cual. ¿te acuerdas de
mí? Solíamos pasar tiempo juntos. "pero Él les dirá:" le ruego me
perdone! Yo no le conozco.
En primer lugar, no deshonramos a nuestro Dios usando su
nombre en vano. Él tampoco es el hombre de allá arriba. Su nombre es Jesús y su
nombre debe estar en nuestras bocas con adoración reverencial y alabanza por el
sacrificio del derramamiento de su sangre por nuestro bien que nos reconcilió
con nuestro Padre después de la caída de Adán en el jardín del Edén. Su nombre
también debe estar en nuestras bocas para exaltarlo y declarar su fama porque Él
es la única puerta y camino a la salvación. Él es el único que puede llevarnos
a aprender la verdad a través de su Espíritu Santo. Y Él es el único que puede
derramar luz en nuestra oscuridad para ayudarnos a vivir la vida de abundancia
que murió para darnos.
En segundo lugar, no debemos tratar a Jesús sólo como una
celebridad y usar su nombre para recordar sólo las cosas del pasado mientras abandonamos
sus caminos en el ahora. Esto sucede cuando nos negamos a ser cambiados del
viejo odre y todavía fingimos ser usados por Dios cuando en realidad, nuestra
vieja condición no en nuestra edad sino en nuestra mentalidad se pone de obstáculo
para ser usado de Él cuando viene a visitar a su iglesia. La intimidad con Él
se ha convertido en una cosa del pasado para muchos cristianos y la lectura de
su palabra se hace como una rutina, para chequear en nuestra lista de que
haceres diarios en lugar de buscar tener encuentros con su espíritu que traen
la transformación por la renovación de nuestra mente.
Dar la bienvenida a lo nuevo que Dios quiere traer es
rechazado por muchos que se establecen en las tradiciones y permiten que el
miedo les impida experimentar lo que no han conocido antes, pero que es el
requisito que nos ayudará a cumplir nuestro llamamiento y ser relevantes en
estos últimos tiempos. No podemos recurrir a las cosas viejas que Dios ha hecho
en nuestras vidas y a través de nosotros y decir que todavía estamos caminando
en relevancia con su Espíritu. Esta relevancia sucede cada vez que el logos de
su palabra se convierte en un Rhema que nos ayuda a verlo de una manera nueva y
también nos ayuda a avanzar hacia nuestro destino en Él. Sin estas
revelaciones, sólo nos alimentamos de información histórica. Lo peligroso de
esto es que estas son señales de que la presencia de Dios se ha apartado de
alguien o de un grupo entero y servirle se convierte en una tarea más que un
privilegio gozoso.
Otra cosa triste que he presenciado es cuando he estado
alrededor de algunas personas que se comportaron de manera inmadura. Incluso gente
en posiciones de liderazgo. Pero después de no estar cerca de ellos durante un
año o dos y estar con ellos nuevamente por un tiempo, nada habían cambiado y
todavía actuaban y reaccionaban a las circunstancias de la misma manera
inmadura y tratando a las personas que no están de acuerdo con su carnalidad en
formas que son contrarias a lo que dice la palabra. Estas personas pensaron y
se comportaron como si fueran mejores que otras y trataron las situaciones en
que estaban involucrados más como niños de tres años de edad que atesoran y
acaparan sus juguetes o caramelos lejos del alcance de otros y todavía esperan
que Dios los promocione en la próxima temporada. Lucas 12:48 dice:
8 “Pero
el que no entendió, aunque hizo cosas dignas de azotes, recibirá pocos azotes.
Porque de todo aquel a quien le ha sido dado mucho, mucho se demandará de él; y
de aquel a quien confiaron mucho, se le pedirá más.”
También debemos recordar que Dios no es burlado y lo que
hemos sembrado en la temporada pasada es lo que será cosechado. Gálatas 6:7 nos
recuerda, 7 “No
se engañen; Dios no puede ser burlado. Todo lo que el hombre siembre, eso mismo
cosechará. 8 Porque el que siembra para su carne,
de la carne cosechará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu
cosechará vida eterna.”
Una regla de medición también ha sido traída para
medirnos contra la verdad de su palabra en Gálatas 5:22-26 que dice: 22 “Pero
el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad,
fe, 23 mansedumbre y dominio propio. Contra tales
cosas no hay ley 24 porque los que son de Cristo
Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
25 Ahora que vivimos en el Espíritu,
andemos en el Espíritu. 26 No seamos vanidosos,
irritándonos unos a otros y envidiándonos unos a otros.”
Aquellos que han sido encontrados no midiendose a la
altura de la medida que busca Dios en ellos por causa de su inmadurez emocional
y espiritual, especialmente aquellos que ocupan posiciones de liderazgo o aspiran
a tales posiciones, están siendo enviados en su lugar a un período de
descontaminación de la influencia del espíritu de este mundo que implica una
apremiante temporada en el desierto de pruebas donde aprenderan a conocer a
Dios y a sí mismos y se aferrarán a Él para asegurarse de que Él los conoce. En
este lugar, también serán reducidos a Cristo y aprenderán a estimar a otros más
altamente de lo que piensan de sí mismos.
Romanos 12:3 dice:3 “Digo,
pues, a cada uno de ustedes por la gracia que me ha sido dada, que nadie tenga
más alto concepto de sí que el que deba tener; más bien, que piense con
sensatez, conforme a la medida de la fe que Dios repartió a cada uno.”
Parte de las cosas que el Señor encuentra en estas
personas es que se entregan fácilmente a calumnias, chismes, a señalar el dedo,
y a convertirse en obstáculos para el avance de otros. Dios en su gracia y
misericordia, ha tratado de atraerlos a Él con el fin de sanarlos de las
heridas en su alma que los han cegado a su mentalidad y comportamiento inmaduro
para que puedan llegar a ser emocionalmente maduros, pero han huido continuamente
de Él y de su método de sanación. Hemos mencionado antes que el problema de la
inmadurez emocional es que se interpone en el camino de la madurez espiritual.
Pero estamos llamados a alcanzar la unidad en la fe y en el conocimiento del
hijo de Dios. Un creyente maduro es aquel que alcanza la medida de la plenitud
de Cristo que le permite trabajar en unidad con otros como lo expresa Efesios
4:13,
13 “hasta
que todos alcancemos la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios,
hasta ser un hombre de plena madurez, hasta la medida de la estatura de la
plenitud de Cristo.”
Cuando permitimos que el Señor nos dé su toque sanador
que resucita aquellas áreas que han muerto en nuestras almas a causa del pecado
y las heridas, así como los traumas, podemos ser libres para experimentar más
de Él y conocerlo no sólo en la comunión de su sufrimiento, sino también al
compartir su gloria que nos lleva a tener vida más abundantemente porque su
presencia está morando entre nosotros. Por otro lado, cuando nos escapamos de
nuestros problemas, y en su lugar tratamos de resolverlos de acuerdo a nuestro
propio entendimiento y traemos soluciones hechas por el hombre en lugar de las
soluciones divinas que recibimos de nuestros tiempos de intimidad con el
Espíritu Santo, estamos tomando medidas para recorrer la montaña de la
desesperación y pruebas una vez más porque no hemos aprendido que para vencer
al enemigo de nuestras almas tenemos que aferrarnos al amante de nuestras almas
(Jesucristo).
Esto sucede cuando hacemos lo que Romanos 12:1-2 dice,1 “Así que, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que
presenten sus cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, que es el
culto racional de ustedes. 2 No se conformen a este
mundo; más bien, transfórmense por la renovación de su entendimiento de modo
que comprueben cuál sea la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.”
Estamos en tiempos en que lo que se espera de nosotros es
nuestra preparación al asociarnos con Dios y aferrarnos a Él para aprender
quién es Él en nuestras circunstancias, y pasar tiempo en su palabra, en la
adoración, ayunando, y obedeciendo cada cmandato que sale de su boca (Mateo
4:4) que nos trae transformación. Esto es
importante porque estamos llamados a convertirnos en su imagen y semejanza cada
día más. Si venimos a Él y Él se ve a sí mismo en nosotros, entonces nos dirá
que nos conoce. Pero cuando evitamos el proceso cada vez y nos vemos más como
el mundo que está tratando de que evitemos renovar nuestra mente, vamos a
encontrar que al igual que sucedió con las vírgenes mal preparadas, la puerta
también se cerrará para nosotros.
No podemos seguir evitando pasar por el proceso que saca
de nosotros el aceite de la unción así como una aceituna se aplasta para que
saque el aceite de oliva puro. El proceso no es agradable, pero se asegurará de
que nuestra lámpara estará llena de aceite y estemos listos para recivir a
nuestro novio. Recuerden que Él está buscando verse a sí mismo en nosotros y si
puede verse en nosotros cono en un espejo, lo escucharemos decir, "bien
hecho siervo bueno y fiel, entra en el gozo del Señor."
2 Corintios 3:18 testifica, “Así que, todos nosotros, a
quienes nos ha sido quitado el velo, podemos ver y reflejar la gloria del
Señor. El Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más parecidos a él a
medida que somos transformados a su gloriosa imagen.” NTV
Sólo Dios sea toda la gloria. ■
Escrituras tomadas de la Reina
Valera Actualizada excepto donde notado.
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