Tuesday, May 14, 2013

Niveles de Obediencia más Grandes

1 Samuel 15:22-23
22 Samuel le contestó: “¿Y crees que al Señor le gustan tus holocaustos y ofrendas más que la obediencia a sus palabras? Entiende que obedecer al Señor es mejor que ofrecerle sacrificios, y que escucharlo con atención es mejor que ofrecerle la grasa de los carneros.
23 Ser rebelde es lo mismo que practicar la adivinación, y ser obstinado es lo mismo que ser idólatra. Puesto que tú no tomaste en cuenta lo que el Señor te ordenó, tampoco él te toma en cuenta como rey de Israel.” RVC
En nuestro andar como cristianos esperamos crecer en el conocimiento de Dios y de los caminos de su reino. Este es un principio básico que nos ayuda a conocer y comprender nuestro caminar como hijos de Dios Altísimo y como ciudadanos del cielo en la tierra. Nuestra relación con Dios nos lleva a diferentes niveles y dimensiones de su poder y autoridad para avanzar como sal de la tierra y luz del mundo a través de las revelaciones que recibimos y que nos ayudan a obtener progresivamente el carácter de Jesús con los nueve frutos del espíritu.
Mateo 15:13-14 nos dice, 13 “Ustedes son la sal de la tierra, pero si la sal pierde su sabor, ¿cómo volverá a ser salada? Ya no servirá para nada, sino para ser arrojada a la calle y pisoteada por la gente.
14 “Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. RVC
Como se ha mencionado en previas enseñanzas, cuando Dios nos hace promesas, esto significa que Él nos está mostrando el final desde el principio de sus planes y sus intenciones para poder alcanzar nuestro destino siempre y cuando lo hagamos según su tiempo, su voluntad y su forma. Al igual que algunos niños pequeños pueden verse graciosos y se les permite ciertas travesuras, pero cuando crecen esas cosas no se ven tan graciosas y se exige más de su obediencia, lo mismo nos pasa con nuestro Padre celestial. Algunas cosas se nos permitirán en nuestro caminar como cristianos principiantes, pero cada vez que el Señor nos da más conocimiento y comprensión de Él y de sus caminos, y nos ayuda a descubrir más de nuestra relación con Él para que podamos alcanzar la madurez espiritual y ser confiados con más responsabilidades para avanzar su reino, se nos exige más niveles de obediencia.
Lucas 12:48 nos aconseja, “Pero el que se hace acreedor a recibir azotes sin conocer la voluntad de su señor, será azotado poco. Porque al que se le da mucho, también se le exigirá mucho; y al que se le confía mucho, se le pedirá más todavía.” RVC
Eso se debe a que todo lo que hacemos ya sea pequeño o grande está conectado directa o indirectamente a la eternidad de otra persona. Las oraciones, el dar de nuestro tiempo, de nuestras finanzas y recursos o nuestra conexión con otra persona o personas o incluso ceder el paso para que otros puedan ir delante de nosotros siempre está ligado a la gran cadena de acciones y requerimientos necesarios para avanzar el Reino de Dios en lo espiritual y lo natural.
No obedecer los mandamientos de Jehová en el tiempo que nos ha dado la gracia para cumplir con esas tareas puede ponernos en peligro de convertirnos en obstruidores del plan y propósito eterno de Dios para la humanidad y la salvación de aquellos que Él llama a unirse a su familia de creyentes. Aquellos que obstruyen por desobediencia también se obstruyen a sí mismos porque se quedan estancados y no se pueden mover más allá de la última orden que Dios les dio. Ellos no recibirán ninguna otra instrucción o mandato ni avances de Dios para ellos hasta que obedezcan lo último que se les dijo que hicieran. Sí empiezan a verse atrapados y en medio de caos en sus vidas podría ser porque se han obstruido por desobedecer el último mandato que Dios les dio.
A veces puede tardarnos tiempo a obedecer porque no entendemos completamente lo que Dios pide de nosotros, pero eso no es ninguna excusa para no dar un paso de fe y saber que Dios hará el resto cuando descubrimos que Él está pidiendo que hagamos cosas que pueden parecer poco ortodoxas e inusuales. Cada nivel que alcanzamos en nuestro caminar con Dios requiere un nivel más alto en nuestra obediencia. Cuanto más crecemos en Él y estamos cada vez más cerca de llegar a nuestro destino y ver sus promesas cumplidas, es cuando se espera  más obediencia de nosotros a cosas más grandes.
Cuando no hacemos eso, nosotros podríamos estar actuando como impedimentos para otros porque nuestra desobediencia podría causar otro creyente que también desobedezca hasta alcanzar un efecto dominó que podría producir una avalancha de rebelión cuando otros que influimos ven nuestro camino rebelde como la manera correcta de operar en nombre del Reino de Dios (Esther 1:9-22).
También podemos ser como aquellos que detienen el avance del Evangelio y la salvación de otros cuando nuestra parte en el plan de Dios que no estamos obedeciendo provoca desavenencias, dolor y sufrimiento innecesarios en otras personas. Esto podría llevarnos a ser catalogados entre los inicuos (aquellos con pensamientos torcidos) o incluso entre la gente malvada que deliberadamente desafían los caminos del Señor y obstruyen su pueblo a llegar a su destino en Él para salvar a los perdidos o los descarriados.
El plan de Dios para la humanidad es de redención y seguridad próspera en Él. Para eso Él nos pide hacer obras que han sido planeadas desde los cimientos del mundo que Él quiere trabajar a través de nosotros que somos su mano de obra para llevar a cabo estos trabajos en nombre de otros, incluso cuando estamos creyendo por cosas que nos beneficiarán también a nosotros.
Efesios 2:10 nos lo explica así, “Nosotros somos hechura suya; hemos sido creados en Cristo Jesús para realizar buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que vivamos de acuerdo con ellas.” RVC
Recuerdo hace unos años mi coche se estaba descomponiendo y teniendo problemas cada vez más hasta que se paró completamente. En esa época había ido a un estudio bíblico con otras mujeres y estábamos hablando de cosas para las que estábamos creyendo a Dios. Mencioné la situación de mi coche y discerní cuando el Señor le había dicho a una de las hermanas allí que me comprara un coche. No se lo mencioné a ella, pero oré para que ella actuara con prontitud para obedecer el mandato de Dios debido a mi necesidad. El Señor me había dado una tarea que llevó a mi familia y a mí a mudarnos de la zona en la que estábamos viviendo, pero mi hijo continuó yendo a la escuela en ese vecindario porque el Señor había mandado eso para él.
Me tardaba de 30 a 40 minutos llevar a mi hijo a la escuela en coche. Era un sacrificio, pero era para su beneficio porque necesitaba tener la seguridad de permanecer en algo con lo que estaba familiarizado. Puesto que mi coche se dañó por completo, entonces nos tomaba a mi hijo y a mí 2 horas y media para subirnos a un autobús y yo oraba para poder hacer la conexión con el próximo autobús que nos llevaría más cerca de su escuela y luego caminar el resto del trayecto. Lo mismo sucedía de vuelta hacia donde estábamos hospedados en aquel momento. Fue una lucha seria para nosotros física y financieramente. Yo no había oído nada de esa señora durante ese tiempo, pero seguía creyendo que ella actuaría en lo que yo sabía que Dios le había dicho. Había transcurrido un mes y mi hijo y yo nos sentíamos drenados por todo lo que teníamos que hacer para poder llevarlo a la escuela, pero no podía moverlo fuera de la escuela que asistía. Entonces finalmente un día llamé a un amigo con llantos para que nos viniera a buscar en su carro porque no podía con el agotamiento por el viaje a la escuela de mi hijo y mi hijo también se sentía cansado más a menudo que antes y necesitaba más motivación para hacer sus tareas porque quería descansar en cuanto llegábamos a casa.
Entonces clamé con llantos a Dios por su intervención, y el Señor me habló y dijo que la ayuda ya estaba en camino. Efectivamente al día siguiente recibí una llamada telefónica de la hija de la señora que dijo que su madre quería hablar conmigo. Nuestra conversación fue sobre el carro que Dios le había dicho que comprara para mí, por lo que finalmente me lo entregaron al día siguiente. Más adelante la señora me dijo que lo que la llevó a tomar tiempo para obedecer era que tenía miedo decirle a su esposo lo que había escuchado de Dios para hacer, pero una vez que ella le dijo, no tardaron tiempo para tramitar la compra  juntos. Incluso reclutaron a uno de sus yernos para que los ayudara a buscar y examinar unos autos antes de hacer la compra. ¿Te imaginas el alivio que mi hijo y yo sentimos al poder llevarlo a la escuela y hacer incluso más cosas con más facilidad? Esto también sirvió como testimonio a la gente a mi alrededor que vieron cuán bueno es Dios con sus hijos.
Les pido que se examinen y reflexionen sobre lo último que Dios les pidió hacer porque no se trata solo de nosotros, sino que es algo que toma parte en su plan redentor para la humanidad no importa que sea algo pequeño como orar por alguien, llamar y dar una palabra de aliento, o algo mas  grande como conectarse con otra persona para hacer una tarea o asignación especial, o suplir la necesidad de alguien más. Arrepiéntanse si han dudado en obedecer y rendirse a la dirección del Espíritu Santo porque el plan de Dios necesita continuar por el bien de los perdidos y para darles libertad a su pueblo que ha sido oprimido. A Él solamente sea toda la gloria.

Saturday, May 4, 2013

Confianza y Compromiso con el Señor-Nuestro Proveedor

Mateo 6:31-34 (DHH)
31 Así que no se preocupen, preguntándose: “¿Qué vamos a comer?” o “¿Qué vamos a beber?” o “¿Con qué vamos a vestirnos?” 32 Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan. 33 Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas. 34 No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas.”
Cuando le pedimos a Jesús que venga a nuestras vidas y se haga nuestro Señor y Salvador, muchos no creen lo que esto significará para el resto de sus vidas. En una enseñanza anterior mencioné que estamos en esta tierra para servir como administradores de cosas como las finanzas y los recursos que Dios nos da para administrar en la tierra. Estas cosas nos ayudan a tener todo lo necesario para la vida en abundancia y también para tener devoción a Él y poder avanzar su reino como los ciudadanos del cielo que somos (2 Pedro 1:3-4).
Esto toma aprender las leyes del reino a la hora de manejar las riquezas de Dios. Preocuparnos por las cosas que necesitamos  o queremos no mueve la mano de Dios, sino el aprender a confiar en Él y cometer nuestro camino al reconocer que Él es Dios en todo lo que hacemos, para que  Él nos muestre el camino a la respuesta de nuestras peticiones. Es por eso que la Escritura anterior nos dice dos veces que no nos preocupemos o nos llenemos de ansiedad.
Salmos 37:4-5 nos dice, “Deléitate en el Señor,
    y él te concederá los deseos de tu corazón.
Entrega al Señor todo lo que haces;
    confía en él, y él te ayudará.”
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También  Proverbios 3:5-6 añade, “Confía en el Señor con todo tu corazón,
    no dependas de tu propio entendimiento.
Busca su voluntad en todo lo que hagas,
    y él te mostrará cuál camino tomar.”
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Es muy importante aprender a caminar con Dios en esta, así como todas las demás áreas de nuestras vidas, pero esta área de las finanzas y nuestro sustento es la que ha evitado que la mayoría de los creyentes vivan como vencedores en el poder y autoridad de Dios y su reino. Esto es porque a pesar de que aman al Señor y afirman que le han dado acceso a toda puerta de sus corazones para que El entre y reorganice los muebles o incluso sustituya algunas cosas que pueden llevarlo hasta rehacer los cimientos de la casa (el corazón), esta es la puerta que le han tirado en su cara porque no le permiten acceso a el manejo de las finanzas de acuerdo a las leyes de su reino.
Dios ha mostrado a su pueblo su gran poder de mover montañas a favor de ellos, pero como hicieron los israelitas después que fueron sacados de Egipto con señales y prodigios, sólo para construir un becerro poco después y lo llamaran su "Dios que los sacó de Egipto," muchas personas han hecho y continúan haciendo lo mismo provocando la ira de Dios porque Él es un Dios celoso que quiere tener una verdadera relación con sus hijos (Éxodo 32-10; 34:14).
El Señor les había demostrado ser un gran proveedor y Libertador antes e incluso durante su huida de Egipto, pero poco después se dieron adorar al espíritu de avaricia a poseer riquezas en su lugar. Esto ha sido una gran batalla que Dios ha tenido por el corazón de sus hijos en esta área durante muchas generaciones. De hecho, esto comenzó con Adán y Eva en el jardín de Edén cuando comieron la manzana prohibida del árbol del conocimiento del bien y del mal (Génesis 3:1-6).
El tipo de relación que Dios quiere tener con cada uno de sus hijos es progresivo en el que crecemos de ser niños en nuestro conocimiento de Él, a ser amigos y siervos, hasta convertirnos en su esposa. También como se ha mencionado en otras enseñanzas convertirse en que su esposa significa madurez espiritual que nos lleva a una posición de ser enviados a cumplir nuestro destino en Él después de pasar por el proceso de ser llamados y después ser elegidos.
Muchos han violado su pacto con Dios debido a lo que escogieron adorar en el área de finanzas. La razón por la que han hecho eso es porque no recibieron su gracia para crecer en confianza en Él y compromiso para que Dios los lleve a través de las circunstancias que les enseñará los caminos de su reino en esta área y los alejara de la adoración del espíritu de la avaricia a las riquezas. Se trata de un proceso que nos lleva a muchos niveles de confianza y compromiso en El y en sus caminos y muy necesario para poder ser confiados con más de sus riquezas porque no podemos amar a Dios y al espíritu de avaricia a la misma vez.
Mateo 6:24 nos explica, 24 Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o apreciará a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir a Dios y a las riquezas.” NBLH
1 Timoteo 6:10 nos explica el significado de esta Escritura, “10 Porque todos los males comienzan cuando sólo se piensa en el dinero. Por el deseo de amontonarlo, muchos se olvidaron de obedecer a Dios y acabaron por tener muchos problemas y sufrimientos.” TLA
Nos convertimos en esclavos de cualquier cosa en la que confiamos o dependemos la mayor parte del tiempo (Romanos 6:16). Por lo tanto, dando a Dios esta área al igual que debemos darle nuestras relaciones y el cuidado de nuestros cuerpos, nos ayuda a caminar con más poder y autoridad en todos los niveles de nuestro proceso porque nuestro Dios es el Señor que posee la tierra, el mundo y todo lo que hay en él (Salmo 24:1) y el enemigo, por medio del miedo nos lleva a participar en el control y la manipulación de todas las circunstancias en las que nos encontramos ya sea con las finanzas, con nuestras relaciones y también con lo que hacemos con nuestros cuerpos. De esa manera el  intenta robarnos y despojarnos de ese poder y autoridad necesarios para tener vida en abundancia y paz.
Volvamos a los caminos del reino de Dios para que las cosas por las que estamos pidiendo, suplicando y creyendo a Dios que nos manifieste se nos puedan  agregar a nosotros de una manera duradera porque podemos ser lo suficientemente maduros como para que el Señor nos las confíe. A Él solamente sea toda la gloria.▪