Wednesday, May 7, 2014

Cómo Deshacerse de la Esclava—Ambición Egoista—y de Su Hijo 1


Gálatas 4:28-30
28Y ustedes, amados hermanos, son hijos de la promesa igual que Isaac; 29pero ahora son perseguidos por los que quieren que cumplan la ley, tal como Ismael —el hijo que nació del esfuerzo humano— persiguió a Isaac, el hijo que nació por el poder del Espíritu.
30¿Pero qué dicen las Escrituras al respecto? «Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque el hijo de la mujer esclava no compartirá la herencia del hijo de la mujer libre».

Una manifestación clara de la influencia del espíritu Anticristo en la vida de una persona es su ambición egoísta. Esta es la motivación que lleva a una persona a hacer cosas independientemente de Dios con obras de la carne que lo impulsan a lograr sus ambiciones por si mismo y fuera de la voluntad de Dios. Tomen en cuenta que escribí la palabra “ambiciones” aquí. Esto no es lo mismo que seguir la visión de Dios para nuestras vidas porque una visión de Dios es más grande que nuestras propias capacidades y toma a Dios y su poder sobrenatural para ayudarnos a cumplirla. Pero hay veces que una persona puede haber recibido una visión de Dios para sus vidas y aún no haber aprendido a vivir únicamente bajo la dirección del Espíritu Santo en su vida diaria para que dirija su vida a aprender a caminar por fe que funciona a través del amor.

El amor tiene que convertirse en la principal motivación para nosotros lograr algo en nuestras vidas porque estamos llamados a amar a Dios sobre todas las cosas y nuestros hermanos como a nosotros mismos. Hay mucho que decir sobre este tema individualmente, pero vamos a centrarnos ahora en las consecuencias de caminar y trabajar por nuestras propias fuerzas más que por la gracia de Dios en nuestras vidas porque estamos siguiendo la dirección del Espíritu Santo diariamente en el proceso seleccionado por Él para cada uno de nosotros individualmente así como corporalmente hasta alcanzar el cumplimiento de sus promesas.

Gálatas 4:24 dice que una vida de esclavitud da a luz a hijos esclavos. Esto significa que no podemos vivir nuestras vidas aparte de una relación con Dios que consiste en amarlo y seguir con obediencia reverente y dependiente, y con intimidad con su Espíritu, para que sepamos cómo proceder en las situaciones que nos encontramos diariamente. Es más fácil saber como proceder cuando vivimos una vida de oración, adoración y lectura de la palabra y nuestra asociación y cooperación con Dios y los mandatos que nos da. Viviendo nuestras vidas amando a Dios, tener momentos íntimos con Él diariamente y caminar en unidad con Él nos llevará a ser usados para traer vida al mundo que nos rodea, siempre pensando en los demás y considerándolos como mejor que nosotros (Filipenses 2:3) porque estamos aprendiendo a ver con los mismos ojos que Dios ve. El nos ve como su obra terminada que nos ha llamado a ser aunque aún cuando somos trabajo en progreso sin importar que tan maduros seamos en las cosas del Espíritu. Así se manifiesta una vida de fe que funciona a través del amor. Y así también vamos a querer ayudar a otros y servirles usando nuestros dones y destrezas con el fin de que puedan encontrar a Dios de la misma manera que nosotros como hijos de Dios Altísimo y de su promesa que ellos también son.

Ismael nació de Abraham como una obra de su carne porque él y su esposa Sara entraron en pánico y pensaron que más años les iban a pasar y usaron sus propias fuerzas y habilidades para ver su promesa de Dios cumplida, así que se adelantaron para traer la manifestación de la "promesa" fuera de los caminos de Dios y su proceso seleccionado para ellos. Decidieron omitir el proceso de Dios para ellos porque un proceso de Dios toma tiempo para llevarse a cabo. El resultado fue entonces que cuando el hijo verdadero de la promesa vino fortalecido por el Espíritu de Dios para su manifestación, el hijo de la carne luego comenzó a hostigar al hijo del Espíritu. 

Este hijo de la carne proviene de una mentalidad de esclavitud, guiada por el espíritu del Anticristo que es guiado por ambiciones egoístas para obtener las cosas incluso en nombre de Dios y aparte de su liderazgo y autoridad en nuestras vidas. Personas bajo esta influencia a veces obstruyen el camino para otros y se convierten en obstáculos para que otros obtengan su herencia en Cristo. Cuando vivimos libres de esta clase de influencia, estamos dispuestos a escuchar lo que el Señor quiere que hagamos y elegimos renunciar a nuestras propias ambiciones diariamente para hacer y obedecer su voluntad y su autoridad sobre nosotros sin importar lo que nos pida y sin razonar las cosas, siempre estando listos para tomar pasos de fe cuando se nos pida hacerlo porque sabemos que si nos pidió que saltemos de un barranco (figurativamente hablando) Él nos apañará y estaremos protegidos porque una vida obediente es una vida protegida contra las asechanzas del enemigo.

La otra parte de la ambición egoísta es que hay un sistema de mantenimiento de legalidad que sostiene a una persona en la esclavitud de la ley. Esto significa que ellos obedecen la letra de la palabra, pero no han aprendido a caminar obedeciendo el Espíritu de la palabra (rema). Las palabras remas son instrucciones personales específicas de la palabra de Dios para nuestras vidas que Él nos manda a hacer y mantener hasta su manifestación o hasta que cambie las instrucciones sin importar cuánta oposición encontremos. Seguimos estos mandatos porque hemos sido hechos libres para obedecer la autoridad de Dios sobre nosotros y cómo Él ha escogido dirigir nuestras vidas en un momento dado o temporada de nuestras vidas porque hacer esto causará que caminemos bajo su gracia para poder lograr todo lo que Él nos ha mandado a hacer.

Seguir nuestros propios planes y propósitos religiosos aparte de la autoridad y dirección de Dios por su Espíritu nos causará que nos apartemos de la gracia que Cristo murió para darnos en la Cruz. Eso también dice que llevar un caminar por fe no es nuestro objetivo, sino nuestro propio deseo de hacer las cosas según nuestros planes y de esta manera pisoteamos nuestra libertad en Cristo porque esta libertad no significa que vivimos haciendo lo que nos plazca, sino lo que agrada a Dios. Otra parte de esto es que perdemos la autoridad en el ámbito del espíritu cuando no obedecemos la autoridad de Dios en nuestras vidas. Por tanto, el hacernos tercos y rebeldes nos lleva a heredar serias consecuencias que no podemos contrarrestar porque no tenemos la autoridad espiritual necesaria para luchar en su contra.

Cristo nos dió esta libertad para servirnos unos a otros en amor (Gal.5:13) así la libertad crece y se expande porque otros son tocados por el amor de Dios en nosotros que les da esperanza y hace que se extienda aún más en otros y de esa forma se esparce la masa de probióticos (buena levadura) en el cuerpo de Cristo. Actos de libertad engendran hijos de la libertad porque ellos son motivados por el amor a los demás así como ellos se aman a sí mismos. Siguiendo la dirección del Espíritu Santo diariamente es lo que nos ayuda a vivir de esta manera. Nuestra carne no es capaz de hacer esto porque "hay una raíz de egoísmo en nosotros que está en contradicción con el espíritu libre, y de la misma manera el Espíritu libre es incompatible con el egoísmo" (Gálatas 5:17). 

Estas dos formas son contrarias una a la otra y producen cada una comportamientos y mentalidades que se convertirán en fortalezas que son totalmente opuestas. No podemos elegir seguir un día una forma y al día siguiente la otra. Por otra parte, hay tambien erráticas de una vida dominada por ley destacadas en ambiciones egoístas según Gálatas 5:19-21 que en la traducción al Español de la version Mensaje dice, "es obvio qué clase de vida se desarrolla tratando de conseguir su propio camino todo el tiempo: repetidas relaciones sexuales, sin amor, baratas; una apestosa acumulación de basura mental y emocional; atentados frenéticos y sombríos para obtener la felicidad; dioses de baratija; espectáculos de religión con magia; soledad paranóica; competencias feroces; querencias de todo-pero-nada los satisface; un carácter brutal; una impotencia para amar o ser amados; hogares divididos y vidas divididas; búsquedas mezquinas y desiguales; el hábito vicioso de despersonalizar a todos y hacerlos rivales; adicciones incontroladas e incontrolables; feas parodias de comunidad. Podría seguir. Esto no es la primera vez que se los advierto, ya saben. Si utilizan su libertad de esta manera, no heredarán el Reino de Dios."

Por otro lado, seguir y someterse a la decisión del Espíritu Santo en nuestras vidas a diario nos lleva a un resultado diferente según Gálatas 5:22-26, en la versión NTV que dice, 22En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, 23humildad y control propio. ¡No existen leyes contra esas cosas!
24Los que pertenecen a Cristo Jesús han clavado en la cruz las pasiones y los deseos de la naturaleza pecaminosa y los han crucificado allí. 25Ya que vivimos por el Espíritu, sigamos la guía del Espíritu en cada aspecto de nuestra vida. 26No nos hagamos vanidosos ni nos provoquemos unos a otros ni tengamos envidia unos de otros.

La ambición egoísta es peligrosa y sin duda puede ser contraproducente. Ha sido la causa de la caída de muchos poderosos líderes Bíblicos incluyendo Saúl (1 Samuel 15), Acab y Jezabel (1 Reyes 22:1-26) y David. Hay una manifestacion escrita de ambición egoísta en el Rey David que le costó la construcción del templo de Dios. En 1 Samuel 11, en un momento cuando tenía que haber ido a la guerra, el rey decidió quedarse en su palacio y desde su techo vio a Betsabé, hija de Eliam y esposa de Urías el Hitita bañándose. David envió por ella cuando su marido estaba en el campo de batalla y se acostó con ella, embarazándola. 

Después de que se enteró que Betsabé estaba embarazada, él rey ideó un plan contra Urías, un hombre que era fiel a él y a su reino que terminó muriendo en el campo de batalla. Pero en 1 Samuel 12:1-14, el Señor mostró su desagrado a las acciones egoístas de David y le envió al profeta Natán. El profeta le dijo una adivinanza que enfureció a David, pero también lo reveló como la mente maestra detrás de la muerte de Urías para ocultar su pecado. Dios habló a través del profeta y le recordó a David de todas las cosas que Él había hecho por él y cuánto más Él estaba dispuesto a hacer, pero David había "tratado su palabra con desprecio desfachatado, al hacer este gran mal. Por este motivo fue condenado por Dios.

En 1 Samuel 12:11-14 el Señor declaró, 11Luego el Señor envió a Gedeón, a Bedán, a Jefté y a Samuel para salvarlos, y ustedes vivieron a salvo.
12»Pero cuando tuvieron miedo de Nahas, rey de Amón, vinieron a mí y dijeron que querían un rey para que gobernara sobre ustedes, aun cuando el Señor su Dios ya era su rey. 13Está bien, aquí está el rey que han escogido. Ustedes lo pidieron y el Señor se lo concedió.
14»Ahora, si ustedes temen al Señor y lo adoran, si escuchan su voz y no se rebelan contra sus mandatos, entonces tanto ustedes como su rey demostrarán que reconocen al Señor como su Dios.

David y Betsabé más adelante tuvieron a Salomón y fue él quien construyó un templo a Dios porque lo consideraba tener manos pacíficas. 1 Crónicas 22:7-10 dice, 7«Hijo mío, yo quería edificar un templo para honrar el nombre del Señor mi Dios —le dijo David—, 8pero el Señor me dijo: “Tú has matado a muchos hombres en las batallas que has peleado. Puesto que has derramado tanta sangre ante mis ojos, no serás tú el que edifique un templo para honrar mi nombre; 9pero tendrás un hijo que será un hombre de paz. Le daré paz con sus enemigos de todas las tierras vecinas. Su nombre será Salomón y, durante su reinado, yo le daré a Israel paz y tranquilidad. 10Es él quien edificará el templo para honrar mi nombre. Él será mi hijo, y yo seré su padre. Además, afirmaré el trono de su reino sobre Israel para siempre>>.

En este pasaje a primera vista podríamos pensar que Dios estaba hablando sobre la sangre derramada por David en las muchas batallas que luchó para defender su reino y su reinado como la razón que lo de le impidió construir el templo. Pero Dios se estaba refiriendo aquí a la sangre de Urías el Hitita que David fue acusado de derramar junto con otras sangres derramadas en su familia y por su familia hasta que Salomón llegó a reinar. La sangre derramada por David en tiempos de guerra, ésas fueron ordenadas y autorizadas por Dios y su Reino para avanzar y ampliar su reinado a través de David en la tierra, pero no los asesinatos de Urías y otros que fueron cometidos por otros miembros de su familia y también miembros de su familia que murieron para cumplir con el decreto de Dios contra David. Ésas sangres fueron derramadas por ambiciónes egoístas. A Él solo sea toda la gloria.■

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